BANG ll: Explosion of love.

«¡Olvide su cumpleaños!»

Capitulo treinta y dos.

Justin's POV.

El viaje a Italia había sido corto, efectivo, y preciso. Gavin y Darían se encargaron de todo lo sucio. Cuando volvimos, pudimos sacar a Damon de la cárcel y nos estábamos quedando en la mansión de Isaiah. Helena no se encontraba aquí, por su puesto. De lo contrario tenía claro que Leah jamás hubiera aceptado quedarse. Había tenido suficiente soportando sus indirectas sobre mi pasada vida sexual con ella en Italia. Creo que solo fueron dos veces. En realidad, ni si quiera recuerdo bien cómo, o cuando fue que me acosté con Helena.

Helena se había quedado con nosotros, Gavin y Darían esos días en la misma casa. Fue un desastre, pero por suerte logré que Leah no le arrancara la cabeza.

Inhale el aroma de mi hermosa novia. Sus cabellos rubios estaban alborotados por todos lados, y su mejilla izquierda pegada en mi pecho desnudo. Hoy había sido un día tranquilo, Damon y yo nos estábamos planteando seriamente darnos unas merecidas vacaciones.

Tal vez el Caribe, o simplemente alguna isla tropical. Suspiré, y acaricié su cabello. Miré el techo. Odiaba las noches como estas. Sufría de insomnio, y cuando esto ocurría pensamientos oscuros llegaban a mi cabeza.

Pensamientos, de todo lo malo que he cometido en mi maldita vida. Observé el rostro ensombrecido de Leah y sus largas pestañas. Me tenía completamente enamorado. La vibración producida por mi celular me distrajo de mi observación. Me estiré un poco y lo tomé.

Aunque estuviera oscuro, y el caliente cuerpo de Leah estaba encima del mío, estaba seguro de haber perdido el color, y la temperatura de mi cuerpo. Era un recordatorio;

''Cumpleaños de Leah♥''.

¿Qué demonios significaba esto?

¡Joder, había olvidado el cumpleaños de mi novia!

Nota mental: no colocar recordatorios a las tres de la mañana en el celular. Solté una serie de maldiciones y me levanté teniendo cuidado de no despertarla. Tenía que hacer algo.

Leah no se podía enterar de que había olvidado su cumpleaños de otra manera, mis bolas desaparecerían. Leah podía ser el mismo infierno si se lo proponía. La tapé bien antes de levantarme, me coloqué unos jeans y salí de nuestra habitación para correr por el pasillo y meterme sin pudor alguno a la habitación de Damon y Kendall. Cerré de un portazo, despertándolos. Prendí la luz, y ambos se taparon los ojos. Kendall se sentó, dándome una vista de sus pechos.

Damon la miró con los ojos abiertos y le tiró la sabana por arriba de la cabeza. Luego, me miró con el ceño fruncido.

-No tendré otro trio contigo. -dijo con una pequeña sonrisa. Kendall se tapó hasta el cuello y lo miró indignada.

-¿Qué te crees? -le dijo.

-Mañana es el cumpleaños de Leah y lo he olvidado-interrumpí.

Ambos se miraron y luego a mí, soltando una maldición. Los miré con los ojos bien abiertos, sin que mi cerebro funcionara. Joder, Leah no me perdonaría esto jamás.

-La has cagado. -dijo Damon frunciendo el ceño.

-Lo sé-gemí. -Kendall ayúdame, eres su mejor amiga.

-¿Qué quieres que haga? -dijo suavemente, suspirando.

-¿Qué le regalo?

Esto era una mierda, no había pensado en nada... ¡porque no me había acordado antes! Demonios, un novio sabría que regalarle a su novia por su cumpleaños número veintidós. Pero no podía pensar bajo presión. Tenía que hacerle algo bonito.