«Cassy»

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Capitulo veintitrés.


Bajamos del avión nueve horas más tarde. Era madrugada pero yo por lo menos estaba más despierta que nunca. Había dormido sobre Justin todo el viaje. Ahora, Justin había ido a buscar las maletas. Se supone que con ayuda de Damon, pero este se nos puso adelante, y comenzó a grabar caminando hacia atrás. Sonrió, y yo miré a Kendall. Ambas íbamos del brazo.

—¿Cómo estás, mis bellas damas? —Dijo caballerosamente.

—Jodete. —le dije riendo.

—¿Por qué quieres grabarlo todo? —gimió Kendall.

—Dios, ¿tendré que repetirlo de nuevo? Será divertido mirar esto. Oigan, aquí.... Entre nosotros, ¿creen que pueda robarme una maleta? —Preguntó en ton confidente. Kendall y yo nos miramos y fue simplemente imposible no reír.

—¿Por qué quieres robar una maleta? —Susurré con risa retenida.

—Hay algunas que tienen cosas interesantes. —se encogió de hombros.

—Tengo hambre. ¿Vamos allí? —me dijo Kendall señalando una tienda de dulces.

—Eso no es tener hambre. —Damon rodó los ojos. —Voy a buscar las maletas con Justin. No se pierdan por demasiado tiempo, Cassandra está del otro lado.

Asentí, y fui arrastrada por Kendall hasta una tienda llena de colores, y llena de dulces. Compramos pequeñas bolsitas de muchas cosas, y volvimos a donde estábamos anteriormente. No vimos a los chicos por ningún lado asi que decidí llamarlos.

—¿Cómo crees que será todo aquí? —preguntó Kendall en un suspiro, comiéndose una gomita en forma de gusano de color amarillo y rosa, y cubierta de azúcar.

—Bueno... supongo. Eso espero. —murmuré. Me lleve el teléfono a la oreja, y Justin contestó.

—¿Dónde estás? —pregunté. —Ah, genial, vamos para allá.

Kendall comió otra, sin apartar su vista de mí. Esta tenia color azul, y verde. Sonreí.

—¿Dónde están? —preguntó.

—Con Cassandra. En el lado oeste del aeropuerto.

—Ugh, no quiero verla.

—Tranquila Ken. Damon te quiere.

—Lo sé, pero es que ella está...—La interrumpí.

—Ella está dispuesta a todo. —Murmuré. —Lo entiendo. También... siento eso.

Kendall asintió.

—Ella se iría al infierno con los dos. Porque es igual. ¿Lo sabes? Y eso es lo que ellos necesitan. Una mujer que los acompañe hasta el final, y me pone los pelos de punta el hecho de que tal vez, no soy la mujer que Damon necesita.

Paré de caminar, y la miré.

—Kendall, eres lo que él necesita y mucho más. Y sería un idiota si no se diera cuenta de eso. Él... él lo sabe. —la tranquilice. —Te ama.

Mi amiga asintió y suspiro. Se llevó otra gomita a la boca y comenzó a caminar nuevamente de mi brazo. Llevaba un bolso de color negro en su mano y en la otra una bolsa de color rosa con un arcoíris y el nombre de la tienda de los dulces. Su bolsa estaba llena.

—Como te comas todo eso te da un coma diabético. —me reí.

—Ya lo creo. —Bufó—Pero son demasiado ricos.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora