Capitulo cuarenta y ocho.
Justin's POV.
—Hola bonito...—susurró Leah acariciando mi cabello. Me moví y noté que estábamos en un auto.
—¿Por qué le hablas como si fuera un bebé? —preguntó su padre. Leah soltó una risa.
—Es mi bebé. —respondió aún acariciando mi cabello. Su papá bufó y Cristiane soltó una risa nerviosa. Leah me miró.
—¿Cómo te sientes?
—Bien. —respondí—¿Aún vamos a casarnos?
Leah y mi suegra soltaron una risa.
—Si cariño.
—Sobre mi cadáver. —comentó su padre.
—Basta, James. Ya asustaste al chico. Sé lo de la Antártida y los pingüinos, Leah me lo contó. Y tuvo suficiente con el golpe.
Oh. ¿Lo sabía?
Me sentí feliz. Mi suegra me apoyaba. Ya no estaba indefenso.
—¿Te duele la cabeza? —preguntó Leah. Asentí.
—Es normal princesa. En el hospital lo explicaron. —dijo James. Joder, ¿hospital? ¿Enserio su padre me hizo llegar al hospital?
—¿Hospital? —pregunté.
Su padre rió malévolamente.
—Está jugando—dijo Leah. —No te llevamos al hospital.
—¿Cuánto pasó desde que tu padre me golpeó?
Me encontraba con la cabeza en su regazo. Ella acariciaba mi rostro y mi cabello con suavidad, y yo me dejaba hacer.
—Apenas unos minutos—respondió—te pegaste con la silla, y estuviste con los ojos cerrados... ¿unos cinco minutos?
—Más o menos. —dijo su madre. Su padre estacionó y me confundí.
—¿Dónde estamos?
—En la casa de mi papá. —dijo ella. Solté una maldición. Leah se bajó con cuidado, y luego me senté derecho. Bajé del auto y Leah tomó mi mano.
—Vamos. —dijo.
—No quiero quedarme en la casa de tu padre. —susurré.
—Sólo será una noche. Dormirás conmigo.
Coloqué mis manos en su cintura.
—Eso me gusta.
—No la toques cuando lo esté viendo, Bieber. —su padre pasó por mi lado con el bolso de su ex esposa, y nuestra maleta.
—Ya, papá—dijo Leah sonriendo.
Leah eligió su antigua habitación para que durmiéramos, y su madre tomó la de los invitados. Nos sentamos en el sofá. La cabeza me dolía, y la mejilla otro poco.
Agradecí que no me pude parar después del golpe. De lo contrario, no me hubiera resistido y hubiera golpeado al padre de Leah también, provocando algo peor. Él se acercó titubeante con dos bolsas de gel helado, de esas que te pones en los golpes. Leah las recibió, y le dio una sonrisa sin mostrar los dientes.
—Gracias.
Asintió y se sentó en el comedor con una taza de café. Y un libro. Miré la televisión unos momentos.
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BANG ll: Explosion of love.
AcciónTERCER LUGAR CATEGORÍA ACCIÓN EN LOS #BIEBERAWARDS2016 No leer esta historia si no has leído la primera temporada disponible en el perfil. «Todo lo que dejaste atrás, vuelve a repetirse. El peligro, el miedo, la adrenalina, el fuego, el amor... Tod...