«Cuidado»

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Capitulo setenta y nueve.

Aviso: PENÚLTIMO CAPITULO.

Justin's POV.

Me desperté a las 8:00 am. La casa y la cama se sentía demasiado vacía sin Leah aquí. Suspiré, y me levanté de golpe, recordando todo lo ocurrido el día anterior.
Sonreí inconscientemente. 

Corrí cortinas de nuestra habitación y fui a ducharme rápidamente. Hice la cama en minutos, y bajé corriendo por las escaleras. Abrí las persianas que cubrían las puertas dobles que daban a nuestro patio desde el living y me dirigí a la cocina. 

Me hice un sándwich con todo lo que encontré, y al terminar me tomé de una vez un vaso de jugo de naranja.

—Mierda.—solté cuando oí mi celular sonar. 

¿Dónde lo había dejado anoche? Suspiré y corrí escaleras arriba para ir a buscarlo. Era la alarma que había puesto para levantarme hoy.

Lavé mis dientes, tomé mi casco, mis llaves, mi celular y salí de la casa rápidamente. Entonces, recibí una llamada de Damon.

—Hey—contesté.

—Hermano, ¿Cómo estás?

—Bien. ¿Y tú? ¿Irán a visitar a Leah hoy?—Damon rió.

—Si, te iba a preguntar si ya ibas saliendo. —pasé una pierna al otro lado de la moto y quedé sentado con el casco en mi regazo. Acomodé mi cabello.

—Si, estoy subiendo a la moto. —sonreí. —Llego en unos minutos. ¿Te veo ahí?

—Claro. Nos vemos.

Colgué y guardé todo en el bolsillo de mi chaqueta negra. Me lamí los labios y sonreí. Luego me coloqué el casco y arranqué.

Avancé un par de cuadras y estacioné para comprar un ramo de flores, y un globo gigante. Ya quería ver el precioso rostro de Leah cuando entrara con estas cosas.

Entré a maternidad con el casco de la moto, mi chaqueta negra en la mano izquierda, y los regalos en la derecha. En el primer mesón al entrar, una enfermera me detuvo.
Mierda.

—Faltan quince minutos para el horario de visita general.

—Bueno, soy padre, así que da igual. —expliqué de mala gana. Quería ver a Leah ya, y sostener a Rachel.

Ella me inspeccionó de arriba abajo, deteniéndose en mis brazos tatuados y en el resto de mi ropa más de lo normal. Hoy andaba en moto, no iba a ponerme un traje para montarla. Había optado por unos pantalones negros, unos zapatos tipo bototos que había elegido Leah en uno de nuestros últimos días de compras, y una polera blanca combinada con la chaqueta que, para mi, era esencial si andaría en moto.

—Por favor.

Fruncí el ceño.

—¿Por favor qué? Mira... enfermera. —me acerqué—mi mujer esta ahí dentro, y mi hija también. Y no por una mirada de dos segundos que me diste no entraré. Así que...—guiñé el ojo. —Un gusto. Te veo al terminar la visita. 

Me giré, y aunque amenazó con llamar a seguridad caminé rápidamente hasta la habitación de Leah.

Esta ya estaba con Rachel en sus brazos. Hoy traía el pelo suelto, y Rachel ya no vestía de rosa, sino de rojo. Avancé con cuidado de no despertar a la compañera de habitación de Leah y sonreí mirándolas desde los pies de la cama. Leah levantó su mirada y abrió su boca sorprendida.

—Mi amor...—sonrió meciendo a nuestra hija.

Me acerqué, y dejé el casco a un lado.

—¿Te gustan?—pregunté acomodándolas en su mesa. Saqué unas flores plásticas que estaban en un jarrón de decoración, y puse las que compre dentro, echándoles el agua de una de las botellas que Leah debía tomar.

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2017 ⏰

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BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora