«Así es el amor»

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Capitulo diecinueve.


Cuando Kendall se fue a su habitación pensando en que yo me había quedado dormida, comencé a hacer una maleta.

Las cosas, no podían estar así.

Si quería estar con Meredith bien por él. Pero supongo, que él debía tener claro que no encontraría a otra chica como yo. Y siendo honesta conmigo misma y con él, Meredith no llegaba ni al primer centímetro de mis altos e inseparables zapatos de tacón. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No iba a ser la segunda opción de nadie. Y menos con alguien como Meredith en la delantera.

Ni si quiera había desempacado todo, así que el trabajo se redujo notablemente. Dejé ropa para vestirme al día siguiente, y tomé mi celular. Le marqué a mamá rápidamente, rogando que estuviera despierta. La diferencia horaria era de aproximadamente siete horas pero no tenía ganas de calcular. Si mamá debería estar despierta justo ahora. Tal vez trabajando. Contestó al instante y yo intenté que no se notara que estaba llorando justo ahora.

¡Hola cariño! —Exclamó con felicidad.

—Hola mamá. —dije suspirando, y secándome las lágrimas.

¿Qué pasó Leah? ¿Estás llorando?

Se oía un ruido insistente hacia atrás. Personas hablando. Muchas personas, algo de música como en desfiles de moda, y un montón de tacones resonando. Lo entendí, mamá estaba en su trabajo.

John le había comprado una empresa de diseños textiles. Mamá tenía sus propias modelos, y bueno la clave de todo eso era el dinero. Dinero dinero dinero.

—Volveré a casa. Tomaré un vuelo en unas horas.

¿Por qué estás llorando mi amor? —insistió.

—Te cuento cuando llegue. Me quedaré en tu casa. —avisé.

—Claro cariño. Te tendré una habitación. ¿A qué hora es tu vuelo?

—Aún no lo compro. Son las cinco y media de la mañana aquí mamá.

¿Dónde estás? —Casi percibía su ceño fruncido.

—En Australia. —me mordí el labio.

Dios Leah, pensé que estaban en Europa. España... Roma, no lo sé. —gimió.

—Hubo un ligero cambio de planes. Te avisaré cuando tenga mi vuelo. Te amo mamá. Nos vemos pronto.

Le corté antes de recibir otra palabra. Tomé una manta y me envolví por completo con ella. Fui al living, y me acosté en el sofá suspirando. No sé en qué momento había comenzado a llorar idiotamente de nuevo. Sólo había sido un beso.

Oh Dios no. Tal vez estaban teniendo sexo justo ahora en este momento. Me tape la cara y comencé a llorar de nuevo. Probablemente, después de eso el cansancio me venció.

Cuando abrí mis ojos, me encontré con los ojos de Justin moviéndome suavemente. Me sonrió ligeramente y lo miré sin una mueca en el rostro. Sería totalmente indiferente.

Sin peleas, sin gritos.

Solo me iría de una vez, y seria todo.

—Hola muñeca. —Dijo aún sonriendo. Su cara cambió cuando notó que lo ignoré por completo. Aún con la mantita envuelta a mí alrededor, me levanté para ir a darme una ducha.

—¿Qué ocurre?

—Nada. —respondí. Miré a Damon. Estaba sin camiseta, con unos pantalones azul marino de pijama y haciendo huevos en la cocina. Kendall estaba sentada bebiendo un poco de jugo de naranja. Damon tenía su estúpida cámara de grabación al lado.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora