«Sólo amor»

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Capitulo treinta y uno.


Al momento de aceptar, había estado perdida. La vida es sólo para los astutos. Una vez dentro de este mundo, ya sólo se trata de sobrevivir de alguna manera, o por lo menos eso es lo que Justin decía.

Era increíble como el decir ''Si'' a él me había dado vuelta por completo. Aún no podía parar de creerlo.

Él es una oportunidad única, y peligrosa.

Los lujos, el placer, el dinero.

Jamás fui muy atada al dinero, siempre lo tuve todo en la vida y ese es parte de mi existente problema. Justin estaba ligado a eso. Era lo que le gustaba agregando el peligro y la adrenalina.

Muchas veces fui aconsejada de alejarme de él. Los propios chicos del internado en algunas ocasiones, llegando hasta él mismo, una vez. Pero ya no podía. Y aunque tenía miedo, no podía irme.

''El miedo no te lleva a nada, amor. Sólo te tiene preso, y no deja vivir''.

Sus palabras para defenderse habían sido calculadas, e inteligentes.

Como siempre, he de decir.

La idea me afectaba. Justin una vez, en una de nuestras noches de sinceridad me confesó que jamás había matado a una persona. Pero en ese instante, éramos adolecentes. Poco tiempo después de todas maneras, había visto de lleno como de deshacía de un tipo que intentó violarme, disparándole junto a Damon.

Eso había sido diferente.

No iba a negar de que, me había afectado mucho. En el momento les grité a ambos que como habían sido capaces de hacer eso, y demás. Luego había llorado bastante, y me había pasado noches completas de insomnio sólo pensando en eso. Ahora, que me enteraba de que no sólo había cometido ese homicidio, me entraba el pánico, y no podía parar de llorar.

Habíamos discutido con él en el mismo momento en que desperté. Justin estaba calmado, al margen. Pero sabía que no se resistiría más tiempo en acercarme. Yo era su debilidad, su talón de Aquiles.

El punto al que nadie podía llegar.

Su forma de ser cambiaba radicalmente conmigo. Me protegía, me amaba, y se aseguraba de que siempre lo supiera. En cambio con otra gente era duro, frio, peligroso, y con aire amenazador.

—¿Co... como—tragué—como es eso?

—¿Qué cosa muñeca?

—Ese negocio del que habló Gavin. —dije como si no fuera obvio.

Él suspiró.

— Italia. —dijo en un murmullo. —La casa está en Italia.

Miré al piso.

—¿Y que hacen? —dudé. —¿Por qué pretendías que no me enterara?

Me enfadé, y me levanté.

—Soy tu novia. Y vivo contigo. Dejé todo por ti, ¿y pretendes mantenerme al margen de cosas importantes? —chillé.

Justin se pasó las manos por la cara, con una expresión de agobio, confusión, y tristeza. Eso me partió el corazón, no lo negaré. Pero no podía inclinarme, besarlo y decirle que por favor no me matara colocando esa expresión. Porque nos desviaríamos del tema principal y necesitaba saber qué es lo que pasaba allí.

—¡Es mi pasado Leah! —exclamó. —No quiero que te involucres. Ya tengo bastante con el cargo de conciencia.

Su voz era feroz. Estaba enojado, o no lo sé. Pero tenía derecho a saber.

BANG ll: Explosion of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora