Pasaron dos largos años, tiempo en el que finalmente Sanji acepto tomar la herencia que Judge le habia dejado antes de morir y todo por la insistencia de Reiju, no sabia que hacer con tanto dinero, no la había tomado antes por que no quería nada que viniera de esa familia, aparte de que el dinero no le hacía falta, pero después de haberlo pensado tanto decidió darle un buen uso e invertir en algo que le gustará, así abriendo su primer negocio que se trataba de un restaurante, estaba orgulloso de sí mismo por el echo que había logrado una de sus metas y era algo que finalmente podía decir que era suyo, esta vez no había dependido de Zoro para lograrlo, por suerte tuvo éxito y no podía estar más feliz por ello.
Al principio comenzo trabajando con el demás personal y con forme iba pasando el tiempo fue dejando que su gente se encargará, personas que les fue de mucha ayuda, el negocio creció así volviéndose famoso en la ciudad, ya no había tanta necesidad de aparecer por ahí, sus trabajadores se hacían cargo y hacían un buen trabajo que al final le brindaron confianza.
Por alguna razón esa noche se encontraba ahí, tratando de asegurarse que todo estuviera bien y lo estaba, durante todo el día hubo mucho trabajo que por la noche se había mantenido tranquilo, por último se ofreció a cerrar, al ver que ya no había nadie salio del lugar comenzando a cerrar.
Se dio cuenta que la noche era un poco fría, las estrellas brillaban a lo lejos y las calles estaban tranquilas, mantenia su cigarrillo encendido sobre sus labios, habia vuelto a ese hábito que a Zoro siempre le molestaba, pero que a Sanji le relajaba, ahora solo le quedaba esperar por el peliverde, había quedado de pasar por el, ya pasaban de las diez de la noche, a lo lejos pudo ver su auto qué después se detuvo justo frente a el, no dudo en subir saludándolo con un tierno beso en su mejilla.
-¿Cómo te fue?-preguntó el peliverde con una sonrisa.
-Cansado, quiero llegar a casa y dormir toda la noche.
-Tenemos que dormir bien, mañana en la mañana tenemos una cita muy importante.
-Estoy nervioso, ¿y si nos rechazan la solicitud?
-¿Porque lo harían? La asesora nos dijo que teníamos todos los requisitos solo era de esperar.
-Si, pero no puedo evitar sentirme asustado, crei estar listo.
-Y lo estas, nos hemos preparado para esto
Sanji sonrió, Zoro siempre lograba tranquilizar sus nervios.
A la mañana siguiente el rubio se levantó muy temprano, queria estar a tiempo para todo lo que tenia que hacer, empezo por preparar el desayuno, después llamó a su esposo comenzando a comer junto a él, tomaron un baño y se vistieron lo más rápido que pudieron, conducieron hasta la ciudad llegando a tiempo a su destino.
Una mujer vestida con un lindo traje los recibió a ambos con una linda sonrisa, los llevo hasta una oficina invitandolos a sentarse frente a su escritorio donde les dio una una noticia que les cambiaria la vida ambos apartir de ese día.
-Bien, familia Roronoa, su solicitud para la adopción fue aprobada, felicidades.-dijo con una sonrisa.
Ambos estaban felices, el sueño de ser "padres" estaba por ser cumplido y no había mejor noticia que la que acababan de recibir.
Para Sanji había sido triste la cantidad de niños huérfanos que se encontraban en ese lugar, si fuera por el se llevaba a todos, lamentablemente no podía hacer eso, su corazón se apachurraba al saber que por cada día que pasaba había un niño que tenía la esperanza de ser adoptado por una familia, simplemente muy triste para su frágil corazón.
Finalmente tomaron la decisión de adoptar a una pequeña niña de tan solo cuatro años, era una pequeña castaña de ojos azules que Sanji al verla se derritió de tanta ternura.
-¿Tu serás mi mami?-preguntó con inocencia.
-D-dios no puedo...Es muy tierna.-dijo Sanji con lagrimas en los ojos.
Sanji se arrodillo hasta quedar al tamaño de la pequeña, puso una mano en su cabeza comenzando acariciar su cabello.
-Si tu me lo permites linda, puedo ser tu mami.-sonrió.
Las lágrimas caían de sus ojos resbalando por sus mejillas.
-¿Poque lloras?-preguntó la pequeña.
-Es porqué estoy feliz, no te preocupes. -sonrió.
-No llores mami.
La reacción de la pequeña fue abrazar al rubio, rodeando su cuerpo con sus pequeños brazos, Sanji tardo en reaccionar pero también correspondió a ese abrazo con todo el cariño que tenia.
Zoro al verlos no pudo evitar soltar una lagrima, era una imagen muy linda para sus ojos, tenía que aceptar que Sanji sería un excelente padre, amaba a los niños y ya lo había visto convivir con pequeños niños antes, la paternidad no sería difícil para el.
Después de termianr de llenar papeles y más papeles la niña finalmente se fue junto a ellos, por la expresión en su cara se notaba felicidad, desde ese día ambos se habían comprometido a volver los días de esa pequeña en los más felices de su vida.
Algunos meses después la pequeña habia logrado encajar, agarrándoles cariño a ambos, de verdad se sentía en casa y tener a esos dos como padres habia sido divertido, tanto Sanji cómo Zoro habían logrado ganar el título de padres, porqué esa pequeña ya los veía cómo eso.
Definitivamente habían logrado cambiarle la vida, habia cambiado para los tres y todo para bien, gracias a esa niña que llenaba de risas y de felicidad, sin duda era lo que le faltaba a su hogar.
Era una tarde soleada y los tres se encontraban en el patio trasero de la casa, Zoro corría detrás de la pequeña la cual corría atrás de un pequeño perro que habían adoptado por petición de su hija.
¡Papi! Tienes que correr hasta alcanzarnos!-dijo la niña desde lejos.
-Dios, ya me siento viejo para correr detrás de esta niña, es que nunca se le acaba la batería.-dijo Zoro quien se encontraba sentado junto al rubio, pero se vio obligado a levantarse.
-Que triste por ti, ¡anda!, tienes que ir a jugar con ella.
-Que suerte tienes.-Zoro se levantó de su silla yendo detrás de la niña intentando alcanzarla.
Sanji desde lejos veía como estos se divertian, no tardaron en invitarlo a jugar también, no tuvo de otra más que aceptar unirse al juego, tratando de atrapar al perro, hoy en dia eran puras risas y mucha diversion pero con el aún llevaba el recuedo de su primer bebé, el cuál llevo por meses en su vientre, recordarlo aun lo ponía triste, sin embargo esa tristeza era momentánea porqué su felicidad siempre regresaba al ver la sonrisa de la pequeña que ahora lo llamaba "mamá".
Y fin
Gracias por leer esta historia, de verdad que cada voto, comentario y cada seguidor significa mucho para mi, eso me hace saber que de verdad les gusta leer lo q les escribo y de verdad q se los agradezco, me gusta mucho escribir es una manera para distraerme, ya casi un año escribiendo esta historia omg, pero ya este es el final y en unos días subo un extra pq no tengo nada escrito, en fin tengo q confesar q escribo los caps mientras escucho corridos tumbados jajajjaa de alguna manera me inspiran 😘
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ENTRE NOSOTROS//OMEGAVERSE
FanfictionSanji era un Omega sin olor y Zoro un Alfa sin olfato, o eso creían hasta que se conocieron.