Capítulo 6

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Después de dos días de descanso, regresé a la oficina el lunes por la mañana, con la esperanza de un nuevo comienzo y de dejar atrás los problemas del pasado. Sin embargo, desde el momento en que entré por la puerta, sentí una tensión palpable en el aire. Alexander Stone estaba ocupado en su oficina cuando llegué no hubo ninguna mención del incidente del café derramado me sorprendió el silencio sobre el tema, pero decidí no mencionarlo y continuar con mis tareas como de costumbre.

Sin embargo, la tranquilidad no duró mucho tiempo por la tarde, mientras trabajaba en mi escritorio, escuché un alboroto proveniente fuera de la oficina de Alexander levanté la mirada y vi a una mujer desconocida, de cabello oscuro y mirada decidida, exigiendo ver a mi jefe.

- ¡Necesito hablar con Alexander Stone ahora mismo! - gritaba la mujer, su voz resonando por el pasillo.

Me quedé perpleja ante la escena, preguntándome quién podía ser esta misteriosa visitante y qué podría querer de Alexander. Sin embargo, mi jefe parecía decidido a no recibirla, ya que lo escuché negarle la entrada.

-Lo siento, pero el señor Stone no está disponible en este momento - dijo mi colega un secretario del vicepresidente que es amigo de Alex

La mujer no parecía dispuesta a aceptar un no por respuesta. Continuó insistiendo, exigiendo ver a Alexander y haciendo un escándalo en el proceso la situación era cada vez más tensa, y pude sentir la intranquilidad creciendo en el ambiente.

Decidí intervenir, acercándome a la mujer con cautela. - ¿Puedo ayudarte con algo? - pregunté, tratando de mantener la calma a pesar de la situación tensa.

La mujer me miró con intensidad antes de responder con voz ríspida: - No necesito tu ayuda. Solo quiero hablar con Alexander Stone.

-Lo siento, pero como su secretaria, puedo ayudarte a programar una cita si lo deseas - ofrecí, tratando de calmar los ánimos.

Sin embargo, la mujer parecía determinada a tener lo que quería. - No necesito una cita. Necesito hablar con él ahora mismo - insistió, su tono lleno de urgencia.

Mientras la situación continuaba intensificándose, me pregunté qué podría haber llevado a esta mujer a nuestra oficina y qué relación tenía con Alexander Stone. Pero antes de que pudiera obtener respuestas, la situación dio un giro inesperado cuando Alexander finalmente salió de su oficina, con una expresión de determinación en el rostro.

-Lo siento, pero no puedo ayudarte - dijo con firmeza, mirando a la mujer directamente a los ojos. - Por favor, retírate de mi empresa.

La mujer pareció sorprendida por la negativa de Alexander, pero finalmente asintió con resignación y se dio la vuelta para marcharse. Observé con curiosidad mientras se alejaba, preguntándome qué había llevado a esta misteriosa visitante a nuestra oficina y qué secretos podía estar ocultando Alexander Stone.

Después de que la mujer misteriosa se retirara de la oficina, un silencio incómodo se instaló en el ambiente. Observé a Alexander mientras regresaba a su oficina, su expresión tensa y pensativa, como si estuviera lidiando con una serie de pensamientos tumultuosos.

Decidí no presionar sobre el tema, ya que parecía que mi jefe no estaba dispuesto a discutirlo. En cambio, me concentré en terminar mis tareas del día y mantener la oficina funcionando sin problemas.

A medida que pasaba el tiempo, no pude evitar sentir una intriga creciente sobre la visita de la mujer misteriosa. ¿Quién era ella y por qué estaba tan decidida a ver a Alexander? ¿Qué tipo de relación tenían?

Sin embargo, cualquier intento de averiguar más sobre el asunto fue detenido abruptamente cuando Alexander anunció que se retiraba temprano ese día. No hizo ninguna mención de la visita de la mujer, pero su salida repentina dejó en claro que algo había sucedido para perturbarlo.

Con la partida de Alexander, la oficina quedó en silencio una vez más, dejándome con preguntas sin respuesta y una sensación de intranquilidad que no pude sacudirme. ¿Qué secretos ocultaba mi jefe y cómo afectarían a nuestro lugar de trabajo?

El resto de la tarde transcurrió sin incidentes, pero la presencia de la mujer misteriosa seguía flotando en el aire como una sombra ominosa. Me encontré ansiosa por descubrir la verdad detrás de su visita, pero también temerosa de lo que podría significar para mí y para mi relación con Alexander.

Cuando finalmente llegó el momento de cerrar la oficina y regresar a casa, me sentí aliviada de dejar atrás el misterio y la tensión del día. Sin embargo, sabía que la visita de la mujer misteriosa había dejado una marca indeleble en mi mente, y que las repercusiones de su presencia se harían sentir en los días venideros.

Mientras caminaba hacia mi apartamento, me pregunté qué otras sorpresas me esperaban en el futuro y cómo lidiaría con los desafíos que vendrían una cosa era segura: la calma aparente de la oficina había sido sacudida, y no había vuelta atrás.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora