Capítulo 12

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Después de mi encuentro con Roberto, mi viejo amigo, me dirigí a la discoteca en busca de mi hermano. La medianoche había llegado, y era hora de llevarlo a casa, especialmente después de la llamada de mi madre preocupada.

Al entrar, me sorprendió encontrarme con la novia de mi hermano, Sarah, saliendo de la discoteca, visiblemente afectada por el alcohol. Me buscó inmediatamente para que los llevara a casa, ya que ella no estaba en condiciones de conducir.

-Alex, por favor, necesitamos que nos lleves a casa - murmuró Sarah, tambaleándose un poco.

Suspiré, consciente de la responsabilidad que recaía sobre mis hombros. Busqué a mi hermano entre la multitud y lo encontré en un estado igualmente lamentable. Estaba recostado contra la barra, completamente borracho.

Mi secretaria, Emily, estaba junto a él, cantando una canción de Pablo Alborán con voz desafinada. Era evidente que también había bebido más de la cuenta.

¿Dónde está el amor del que tanto hablan?
¿Por qué no nos sorprende y rompe nuestra calma?

Déjame que vuelva a acariciar tu pelo
Déjame que funda tu pecho en mi pecho
Volveré a pintar de colores el cielo
Haré que olvides de una vez el mundo entero

Déjame tan solo que hoy roce tu boca
Déjame que voy a detener las horas
Volveré a pintar de azul el universo
Haré que todo esto solo sea un sueño

Decidí actuar rápidamente. Sarah parecía ser la única capaz de mantenerse de pie, así que la ayudé a llevar a mi hermano hasta el auto. Por otro lado, Emily estaba tan ebria que apenas podía sostenerse en pie. Tuve que cargarla en mis brazos mientras ella coqueteaba torpemente, aparentemente sin reconocerme, y se quedó dormida en mi brazo.

Con los cuatro a bordo, conduje hacia mi apartamento. Ninguno de ellos estaba en condiciones de dirigirse a casa, y la casa de mi madre estaba demasiado lejos. Al llegar al edificio, pedí ayuda a los guardias para llevar a Sarah y a mi hermano a mi apartamento. Subí a Emily en mis brazos, sintiendo el peso de la noche sobre mis hombros mientras me dirigía hacia el ascensor.

El silencio reinaba en el ascensor mientras subíamos hacia mi apartamento. Las luces parpadeantes del pasillo iluminaban suavemente el rostro sereno de Emily mientras dormía. Sabía que tendríamos mucho de qué hablar por la mañana, pero por ahora, solo esperaba poder llevar a todos a salvo a casa y descansar un poco antes de enfrentar los desafíos del nuevo día.

Después de agradecer a los guardias por su ayuda, los vi llevar a mi hermano a la habitación a mi habitación y a Sarah a la otra habitación. Con cuidado, deposité a Emily en la cama junto a su amiga, quien aún dormía profundamente. Observé por un momento cómo parecía encontrar comodidad en la suave cama, antes de dar media vuelta y dirigirme a mi propia habitación, que estaba al lado de la de mi hermano.

El silencio del apartamento me envolvió mientras caminaba por el pasillo, dándome cuenta de lo cansado que estaba. Entré en mi habitación y vi a mi hermano acostado en la cama, con los brazos extendidos y el rostro relajado en el sueño. Me quité los zapatos y me recosté en mi propia cama, sintiendo el agotamiento de la noche pesando sobre mí.

Cerré los ojos y dejé que la oscuridad me envolviera, sintiendo cómo el cansancio me invadía lentamente. Mi mente divagaba entre pensamientos sobre lo que acababa de suceder y las preocupaciones sobre cómo manejar la situación por la mañana.

Sin embargo, a pesar de todas las preocupaciones y el caos de la noche, una sensación de tranquilidad me envolvió al saber que ellos estaban a salvo y descansando. Sabía que mañana sería otro día lleno de desafíos, pero por ahora, decidí dejar que el sueño me llevara lejos de todo, confiando en que las respuestas vendrían con el nuevo día.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora