Capítulo 15

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El desayuno transcurrió en un silencio incómodo, solo interrumpido por las conversaciones de Alex, Sarah y Alejandro. Mientras ellos hablaban animadamente de diversos temas, yo permanecía en silencio, sumida en mis pensamientos.

Mis ojos de vez en cuando se desviaban hacia Alex, pero evitaba su mirada directa, sintiendo la vergüenza acumulándose en mi interior. Cada vez que recordaba el incidente en la cocina, una sensación de incomodidad se apoderaba de mí, haciéndome desear poder retroceder en el tiempo y evitar la situación por completo.

Sin embargo, en medio de la conversación de los demás, un pensamiento inapropiado se coló en mi mente, como un destello repentino de una memoria olvidada o una fantasía indeseada. La imagen de Alex y yo compartiendo un beso torpe se deslizó en mi mente, y por un momento, no supe si era un recuerdo real o simplemente una invención de mi imaginación.

El pensamiento me dejó aturdida, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho. ¿Cómo podría haber imaginado algo así? Era absurdo, ridículo incluso. Pero a pesar de mis esfuerzos por apartar la idea de mi mente, seguía acechándome, como una sombra persistente en mi conciencia.

Traté de concentrarme en la conversación que se desarrollaba a mi alrededor, pero mis pensamientos seguían vagando hacia lugares oscuros y desconocidos. ¿Qué significaba ese pensamiento? ¿Y por qué ahora, en medio de todo este caos y confusión?

Mientras el desayuno llegaba a su fin y nos levantábamos de la mesa, me prometí a mí misma encontrar respuestas a estas preguntas. No podía permitir que estos pensamientos perturbaran mi paz mental, especialmente en un momento en el que ya estaba lidiando con suficiente estrés y confusión.

Con determinación en mi corazón, decidí enfrentar mis pensamientos de frente y descubrir la verdad detrás de ese inquietante destello de recuerdo. No importaba cuán incómoda fuera la verdad, sabía que debía enfrentarla si quería encontrar la paz interior y seguir adelante.

Después del incidente en la cocina y el consiguiente regreso a nuestro apartamento, nos despedimos de Alejandro y nos preparamos para enfrentar la situación en nuestra propia morada. Sin embargo, antes de que pudiéramos siquiera pensar en abordar la incomodidad que había surgido entre Alex y yo, Sarah me sorprendió con un gesto inesperado.

Al salir del auto, Sarah se abalanzó sobre Alejandro y lo besó apasionadamente, dejándome un poco atónita. El beso fue breve pero intenso, y cuando finalmente se separaron, ambos estaban sonriendo ampliamente.

—¡Lo siento, Emily! No pude evitarlo, ¡es tan lindo! —se disculpó Sarah, con una mirada traviesa en sus ojos.

Alejandro parecía igualmente complacido, aunque un poco sorprendido por el gesto repentino de Sarah. Se río suavemente y le dio un abrazo antes de despedirse y marcharse.

Al entrar en nuestro apartamento, Sarah parecía radiante, mientras yo me sentía un poco abrumada por la situación. Inmediatamente, comenzó a hacerme preguntas sobre la relación entre Alex y yo, como si de repente el beso entre ella y Alejandro hubiera encendido una curiosidad insaciable se dirigió hacia mí con una sonrisa juguetona en el rostro.

—¡Vaya, eso sí que fue inesperado! ¿Qué piensas, Emily? ¿No crees que hacemos una bonita pareja?

—Sí, definitivamente se ven bien juntos —respondí, todavía un poco sorprendida por el repentino beso de Sarah.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora