Capítulo 35

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El mismo policía que irrumpió en nuestro apartamento ante con la buena noticia traía consigo una tensión palpable, como una ráfaga de viento gélido que cortaba el aire cálido de la habitación. Su rostro estaba marcado por la seriedad y la urgencia, lo que nos indicaba que las noticias que traía no eran buenas.

Observé cómo Alex intercambiaba miradas rápidas con el oficial, su expresión se tensaba aún más con cada palabra que escuchaba. Sarah estaba al borde de las lágrimas, su voz apenas un susurro tembloroso mientras formulaba la pregunta que todos estábamos pensando.

—¿Cómo pudo suceder esto? —inquirió, sus ojos llenos de incredulidad y miedo.

Alex exhaló profundamente, su mandíbula apretada mientras intentaba procesar la situación. Sabía que debía mantener la compostura, pero la noticia del intento de secuestro lo tomó por sorpresa.

—Aún no lo sabemos con certeza, pero parece que alguien está intentando liberar a Melisa a toda costa. Estamos investigando el incidente, pero por ahora, necesitamos estar alerta y tomar precauciones adicionales —respondió con firmeza, aunque su voz denotaba la preocupación que sentía.

El silencio pesado que siguió a sus palabras era ensordecedor. Nos miramos unos a otros, tratando de procesar la gravedad de la situación. A pesar de que Melisa estaba bajo custodia, el peligro aún acechaba a nuestro alrededor, invisible pero tangible.

—Debemos estar preparados para lo que sea que venga —dije, tratando de infundir un sentido de determinación en nuestras voces a pesar del miedo que sentíamos.

Alex asintió con solemnidad, su mirada fija en el horizonte mientras contemplaba las posibles ramificaciones de este nuevo desarrollo. Sabía que tendríamos que ser más cautelosos que nunca, pues el enemigo que enfrentábamos era astuto y decidido.

La tarde pasó en un estado de pánico latente, cada minuto que transcurría sin noticias nos sumía más en la incertidumbre y la preocupación. Las horas se volvieron eternas, marcadas por el tic-tac ansioso del reloj y el zumbido constante de las noticias que resonaban en el televisor.

Cada actualización sobre la balacera en la carretera que llevaba a la cárcel era un golpe directo a nuestros corazones. El recuento de víctimas aumentaba con cada informe, y el temor se aferraba a nuestras mentes como una sombra persistente.

Alex permanecía en silencio, su rostro sombrío reflejando la gravedad del momento. Se mantenía alerta, sus ojos escudriñando cada detalle de las noticias mientras trataba de encontrar algún indicio que pudiera ayudarnos a entender lo que estaba sucediendo.

Sarah estaba en estado de shock, sus ojos vidriosos reflejaban la conmoción y el miedo que sentía en su interior. Me acerqué a ella, colocando una mano reconfortante sobre su hombro en un intento de brindarle algo de consuelo en medio de la tormenta.

—¿Qué vamos a hacer ahora? —preguntó con voz temblorosa, su mirada buscando desesperadamente alguna respuesta en medio del caos que nos rodeaba.

Alex se volvió hacia nosotros, su expresión grave pero determinada.

—Tenemos que ser aún más cautelosos. Esta situación ha escalado a un nivel peligroso, y no podemos permitirnos bajar la guardia. Necesitamos reforzar nuestra seguridad y mantenernos alerta en todo momento —dijo con firmeza, su voz resonando con autoridad mientras trazaba un plan para enfrentar la crisis que se cernía sobre nosotros.

- Primero, mantengámonos aquí hasta tener más información. No sabemos cuál es la situación afuera. - Alex volvió a hablar para mantener nuestra calma se acercó a mí y me pone una mano en el hombro

- ¡Oh no, están reportando sobre el intento de liberar a Melisa! - Sarah miraba la televisión con horror

-Hemos recibido informes sobre un violento intento de liberar a la famosa modelo Melisa que ha sido detenida por dispárale a la novia del empresario Alexander Stone y también secretaria. Varios oficiales de policía han resultado heridos y se desconoce de los rostros de los agresores. – informa el reportero en la televisión:

- No puedo creer que esto esté sucediendo. ¿Cómo pudo salir tan mal? – se me llenaron los ojos de lágrimas

- No lo sabemos todavía, pero estamos a salvo aquí. Eso es lo importante ahora. - Alex me sostuvo las manos para tranquilizarme

- ¿Y si Melisa logra escapar? ¿Qué pasará con nosotros? – Alejandro se le acercó a Sarah al oírla hablar con miedo

-No lo permitiré. Pondremos todas las medidas necesarias para nuestra seguridad.

Asentimos en silencio, reconociendo la gravedad de la situación y la importancia de seguir las indicaciones de Alex. Sabía que no podíamos permitirnos cometer errores en un momento tan crítico, y estábamos dispuestos a hacer lo que fuera necesario para protegernos a nosotros mismos y a los que amábamos.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora