Capítulo 37

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Después de cinco meses del terrible incidente que sacudió nuestras vidas, finalmente comenzamos a retomar cierta normalidad. A pesar de la persistente sombra del peligro que aún nos acechaba, encontramos la fuerza para seguir adelante y enfrentar los desafíos que se presentaban en nuestro camino.

Durante ese tiempo, decidí visitar a mis padres por una semana. Fue un viaje necesario para reconectar con ellos y encontrar algo de paz en medio del caos que había dominado nuestras vidas en los últimos meses. Sarah y el hermano menor de Alex se quedaron en el apartamento, asegurándose de mantener la seguridad en nuestra ausencia.

Me sentía nerviosa mientras el auto se acercaba al hogar de sus padres. A pesar de que habían pasado cinco meses desde el atentado, la emoción y el miedo aún me invadían al enfrentarse a sus seres queridos después de tanto tiempo. Alex, sentado a mi lado, le apretó suavemente la mano en señal de apoyo

- ¿Estás listo para esto? – le pregunté mientras miraba por la ventana mientras él conducía a la dirección de la casa mis padres

- Estaremos bien. Estamos juntos en esto – me dijo Alex sonriendo tranquilizadoramente

El auto se detuvo frente a la casa de mis padres sentí un nudo en el estómago mientras salía del vehículo. Las lágrimas comenzaron a emerger en mis ojos cuando ví a mis padres esperándonos en la puerta. Corrí hacia ellos y nos abrazamos con fuerza, dejando que las emociones fluyeran libremente.

- ¡Los extrañé tanto! – dije con lágrimas en los ojos

- Nosotros también te extrañamos, cariño. Estamos tan felices de tenerte de vuelta.

- Gracias por recibirnos – Alex se acercó donde estábamos

- Siempre serán bienvenidos aquí. Estamos agradecidos de que estés a su lado, Alex. – Mi mamá le agarro el cachete a Alex mirándolo con cariños para después abrazarlo – Ere bienvenidos en nuestra familia Alex.

- Vamos adentro y pongámonos al día – Mi padre y Alex fueron a buscar las maletas en el auto

Entramos a la casa y nos sentamos en la acogedora sala de estar. La conversación fluía con naturalidad mientras compartían historias y risas, dejando de lado por un momento las preocupaciones y los problemas del mundo exterior.

-Hay algo que necesito decirles – interrumpí las interrogantes de mis padres

- ¿Qué pasa, cariño? – mi mamá nos acercó té de manzanilla, espere para que se sienten y presten atención

- Alex y yo... - tome la mano de Alex – Él y yo somo novios

-Mi mamá grito emocionada bombardeándonos con preguntas mientras mi papá fruño el ceño al irme hablar lo miro a él y después a mí, sonrió

La conversación continuó durante horas mientras Alex y yo explicábamos la naturaleza de nuestra relación y cómo habíamos enfrentado juntos los desafíos de los últimos meses. Hubo lágrimas, risas y abrazos, pero al final, reinaba un profundo sentido de amor y apoyo entre todos los presentes.

El reencuentro con mis padres fue emocionante y reconfortante. Pasamos tiempo juntos, compartiendo historias y recuerdos, y encontrando consuelo en la calidez de su compañía. Había extrañado su presencia y su apoyo, y su amor incondicional me recordó que, a pesar de todo, siempre tenía un refugio en el que podía confiar.

Al regresar al apartamento, me sentí renovada y lista para enfrentar lo que sea que el futuro tuviera reservado para nosotros. Sabía que aún quedaban desafíos por delante, pero también sabía que contaba con el apoyo de mi familia y de Alex para superarlos juntos.

Una vez de vuelta en casa, decidí abordar un tema que había estado rondando en mi mente desde hace algún tiempo: la decisión de Alex de no revelar nuestra relación a Melisa. Después de todo lo que habíamos pasado, sentía que era importante abordar esa cuestión y comprender sus razones detrás de esa elección.

Me senté con Alex en el sofá del salón, el ambiente tranquilo y sereno a nuestro alrededor. Lo miré a los ojos, buscando respuestas en su mirada serena pero profunda.

—Alex, quiero hablar contigo sobre algo que ha estado rondando en mi mente últimamente —comencé, mi voz firme pero suave.

Él me miró con atención, esperando a que continuara.

—¿Por qué decidiste no decirle a Melisa sobre nuestra relación? —pregunté directamente, deseando comprender mejor su perspectiva sobre ese tema.

Alex suspiró, su expresión reflexiva mientras consideraba sus palabras.

—Emily, lo que pasó con Melisa fue una situación extremadamente complicada y peligrosa. Sabía que, si ella descubría nuestra relación, podría usarla en nuestra contra y poner en riesgo nuestras vidas. Quería protegerte, protegernos a ambos, y pensé que mantener nuestra relación en secreto era la mejor manera de hacerlo —explicó, su tono cargado de sinceridad y preocupación.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora