Capítulo 11

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Pov Alexander

Salí del trabajo esa noche sintiéndome agotado y abrumado por todo lo que había sucedido. Había tenido que lidiar con el problema que había causado al ir a un bar para encontrarme con Marisa y recuperar un documento que había sido robado de la casa de mi madre. Fue una situación incómoda y desagradable, y me había dejado con un sabor amargo en la boca.

Al llegar a mi apartamento, me encontré con mi hermano menor, Alejandro, quien me estaba esperando ansiosamente. Había venido a visitarme para invitarme a acompañarlo a una discoteca y para presentarme a su nueva novia, Sarah. Aunque no estaba de humor para salir, no pude negarme a la insistencia de mi hermano, así que accedí a acompañarlo.

En la discoteca, me dirigí a la barra donde Alejandro y Sarah estaban sentados, riendo y charlando animadamente. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a ellos, ocurrió algo inesperado.

Mientras caminaba hacia la barra, sentí un ligero empujón y luego el calor de un cuerpo contra el mío. Giré para ver quién era, y me encontré cara a cara con Emily, una de mis empleadas. Antes de que pudiera reaccionar, ella me abrazó con fuerza y me besó, sorprendiéndome por completo.

Me quedé atónito por un momento, sin saber qué hacer. Emily parecía confundida y avergonzada, y me di cuenta de que claramente había cometido un error. La situación era incómoda, y no sabía cómo manejarla.

-Emily, ¿estás bien? - pregunté, tratando de mantener la compostura a pesar de la sorpresa.

Ella balbuceó algunas disculpas antes de alejarse, visiblemente avergonzada por lo que acababa de suceder. Me sentí confundido y preocupado por ella, pero antes de que pudiera decir algo más, Alejandro me llamó desde la barra, atrayendo mi atención de vuelta hacia él y su novia.

A medida que la noche continuaba, traté de apartar de mi mente el extraño encuentro con Emily y concentrarme en disfrutar del tiempo con mi hermano y su novia. Sin embargo, no pude evitar sentir una sensación de intranquilidad en el fondo de mi mente, preguntándome qué había llevado a Emily a actuar de esa manera y cómo afectaría esto nuestra relación en el trabajo.

Después del incómodo encuentro con Emily en la discoteca, me sentía abrumado por una mezcla de emociones. La sorpresa y la confusión seguían girando en mi mente mientras intentaba procesar lo que acababa de suceder. No estaba seguro de qué pensar o cómo reaccionar ante el beso inesperado de mi secretaria.

Decidí salir un momento del bullicio de la música para poder aclarar mis pensamientos. Me alejé de la barra y me dirigí hacia un rincón más tranquilo, buscando un poco de paz en medio del caos de la discoteca.

Justo cuando estaba a punto de sacar mi teléfono para responder a algunas llamadas perdidas, recibí una notificación de mi madre. Me llamaba, preocupada por la falta de comunicación con mi hermano menor. Suspiré, sintiendo la responsabilidad pesar sobre mis hombros una vez más.

Contesté la llamada y traté de tranquilizar a mi madre, asegurándole que hablaría con mi hermano tan pronto como pudiera. Después de asegurarle que todo estaba bien, colgué y me quedé allí, sumido en mis pensamientos.

Fue entonces cuando vi a un viejo amigo que se acercaba hacia mí. Reconocí su rostro de inmediato, y una sonrisa se formó en mis labios al verlo.

- ¡Alex! - exclamó mi amigo, estrechando mi mano con entusiasmo. - ¡Hace tanto que no te veía! ¿Cómo has estado?

Me sentí reconfortado por la familiaridad de su presencia, y pronto nos encontramos inmersos en una conversación animada, recordando viejos tiempos y poniéndonos al día sobre nuestras vidas.

Hablamos de todo, desde el trabajo hasta los momentos divertidos que habíamos compartido en el pasado. Fue un breve respiro de la tensión y el estrés que había experimentado esa noche, y me sentí agradecido por la oportunidad de reconectar con un viejo amigo.

Sin embargo, en el fondo de mi mente, seguía pensando en Emily y en el beso inesperado que compartimos. Sabía que tendría que abordar la situación eventualmente, pero por ahora, decidí dejar esos pensamientos a un lado y simplemente disfrutar del momento presente con mi amigo. Después de todo, a veces todo lo que necesitas es la compañía de un buen amigo para ayudarte a olvidar tus preocupaciones y volver a encontrar la calma en medio de la tormenta.

Entre Informes y Sonrisas: El Destino Laboral de Dos CorazonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora