Capítulo 13

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   Sábado, 7:30 am:

Las puertas de la estética estaban abiertas solo para recibirlo a él.
Jimin entró en el lujoso establecimiento, donde fue recibido por un equipo de especialistas en belleza. El ambiente tranquilo y sofisticado lo hizo sentir inmediatamente relajado y cuidado.

Comenzó con un tratamiento capilar rejuvenecedor, donde su cabello fue mimado y nutrido. Luego, pasó a recibir un masaje relajante de manos y pies, aliviando las tensiones acumuladas de su ardua semana de trabajo y otras cosas... También se me hizo manicura y pedicura dejando sus uñas limpias y brillantes.

Después de los cuidados físicos, una esteticista experta se encargó de su rostro, realizando una serie de tratamientos que incluyeron limpieza profunda, exfoliación y máscaras hidratantes. Cada paso estaba diseñado para revitalizar y rejuvenecer su piel.

Mientras el rubio se entregaba a los suaves toques de las expertas, una sensación de calma y renovación llenaba su cuerpo y mente. Se permitió sumergirse completamente en el cuidado que estaba recibiendo.

Al terminar los tratamientos, se miró en el espejo y quedó sorprendido por lo bien que se veía y se sentía. Su cabello brillaba, sus manos y pies lucían impecables, y su piel resplandecía con una nueva vitalidad.

Justo en ese momento, Jungkook apareció en el salon y lo observó con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

— Te ves increíble — Se acercó y lo besó, apretándole ambos glúteos — me encanta que estés arreglado.

— Gracias por esto...

— No hay de qué, precioso. Y para continuar con nuestro día, llegó la hora de llevarte de compras.

— ¡Sí! — aplaudió suavemente, emocionado y le dió otro beso.

Nadie dijo nada, nadie vio nada. A fin de cuentas, Jungkook tenía comprada a más de una persona.

Juntos, salieron de la estética y se dirigieron al deportivo del mayor, llegando poco después. Los guardaespaldas se mantenían a una distancia prudente, sin entrar a la tienda.

A medida que caminaban juntos por los impecables pasillos de la boutique, reinaba un aire de lujo y sofisticación. Los espejos, enmarcados en elegantes marcos dorados, reflejaban no solo las prendas de alta costura, sino también la complicidad entre ambos.

Jungkook, era un hombre acostumbrado a tener el control, pero también, era incapaz de resistirse a los encantos de Jimin. Se movía con confianza entre los elegantes estantes, seleccionando atuendos que desatarían un río de pasión y deseo. Cada elección tenía un propósito: su satisfacción propia al ver cada pieza en el cuerpo de su sumiso.

El menor, por su parte, se dejaba llevar por los deseos y caprichos de su amo. Cada prenda que se probaba era un acto de rendición y provocación, permitiendo que su cuerpo y sus curvas se convirtieran en un lienzo para los ojos hambrientos de su amante.

El ambiente en el probador se cargaba de electricidad, mientras desfilaba ante Jungkook, modelando con gracia y destreza cada atuendo elegido. Cada movimiento, cada suspiro y cada ajuste de la ropa eran una afirmación erótica que avivaba el fuego ardiente que los consumía.

Los ojos de Jeon seguían cada curva, cada gesto seductor de Jimin, y su mente se llenaba de imágenes morbosas.

— Me encanta como se ve eso en ti.

— ¿Le gusta mucho? — se miró al espejo, detallando una fina camisa de seda en color champagne, que al ser tan suave resaltaba sus pezones.

— Increíble — se paró detrás de él y llevó las manos hacia sus dos protuberancias para acariciarlas, mientras sus ojos se encontraban en el reflejo del cristal — realmente eres muy hermoso.

When no ones sees' - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora