Sábado, 8:00 AM...
El sonido insistente de la bocina se mezclaba con la vibración del teléfono sobre la mesita de noche. Jimin poco a poco salía del mundo de los sueños mientras la realidad se hacía presente. Abrió los ojos y el ruido golpeó sus oídos.
— ¿Qué demonios pasa? — murmuró tomando el celular para ver que tenía diez llamadas perdidas de Jungkook — ¿Mmm? — no lo había visto desde el jueves y las cosas no es que hubiesen salido muy bien.
Sin embargo, al mirar la pantalla, se percató de que era sábado y una nueva llamada entró — ¿Hola?— ¿Se te olvida que tienes cita en el salón de belleza hoy a esta hora?
— Sinceramente, sí. Lo olvidé.
— Estoy afuera, tienes quince minutos para estar listo. Iré por un café y volveré por ti. Ponte el collar.
— Ok...
— ¿Ok?
— Sí, señor.
— Apúrate.
Tenía sueño, muy poco humor y cero ganas de ir a la peluquería. Pero esos sentimientos nunca predominaban en Jimin. La pereza no era opción, el cansancio no era opción. Por lo mismo se levantó y preparó para salir. Una ducha rápida, vaqueros y un abrigo, nada más. Observó su imagen en el espejo y lució aquella gargantilla de plata que le había cambiado la vida — Eres increíble — se dijo a sí mismo — quita esa jodida cara y ve a que te pongan más hermoso. Es el trato que mereces — tomó las llaves y salió justo cuando el pelinegro estaba llegando de vuelta. Subió al copiloto y saludó — Buenos días, señor.
— Buen día — le ofreció un café, un sándwich con jamón y se acercó para darle un beso en los labios. Era como si nada hubiese pasado el jueves, sin mencionar que el viernes se había desaparecido — ¿De verdad olvidaste la cita?
— Con todo esto de los nuevos lanzamientos he tenido muchísimo trabajo. De verdad necesitaba dormir, señor.
— ¿Te estás alimentando bien?
— Sí.
— Ok... Igual, iremos a que te atiendan y luego a almorzar. Después podemos ir a comprar algo que necesites o simplemente algo que quieras.
— Bueno — sonrió antes de beber del café.
Y así empezó su día. La relación que ellos tenían no se basaba en quejas ni reclamos. Estaban demasiado ocupados con su vida como para perder el tiempo en sentimientos vagos. Lo que sea que haya pasado: ya pasó.
Las mujeres recibieron a Jimin para hacerle lo de cada sábado: hidratación en su cabello, limpieza facial, manos y pies. Solo que esta vez habría un retoque de tinte. Mientras todo eso ocurría, Jeon lo esperaba; trabajando en su celular y al medio día estaban saliendo. A pesar de que se llevaba mucho tiempo, el mayor no se quejaba y esperaba pacientemente. Le encantaba ver a su sumiso de punta en blanco.
— ¿Qué te gustaría comer?
— Lo que usted escoja.
— Bien, iremos por algo oriental.
Se bajaron en un restaurante y almorzaron. Ninguno hablaba mucho, solo el ruido de los utensilios contra la cerámica del plato era lo que predominaba. Al terminar eso, seguía un centro comercial.
A medida que recorrían las vitrinas, Jimin señalaba discretamente algunas joyas que llamaban su atención.
— ¿Qué te parece ese collar? Cuando no estés usando el de sumiso podrías lucir ese. Se te vería increíble — señaló un maniquí de cuello en una vitrina.
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When no ones sees' - Kookmin
FanficNormalmente le tememos a lo desconocido, a lo prohibido y peligroso. Seguimos a las multitudes como robots y dejamos a un lado lo que verdaderamente queremos. Sin embargo, Jimin no es así. Mientras mayor sea el reto y más probabilidades existan de f...