Las suaves sábanas abrazaron su cuerpo mientras el frío de la madrugada le hacía compañía. Dentro de poco el sol saldría, dándole paso a un nuevo día y dejando atrás la intensa noche que habían vivido.
Jungkook miró por última vez al rubio, antes de cerrar la puerta. Dejándolo descansar un poco. Abajo lo esperaba su chófer, quien lo llevaría a su casa. Encendió un tabaco y miró por la ventana durante todo el trayecto.
Finalmente entró, dejando los zapatos en el vestidor de la enorme mansión. Caminó a pasos calmados y, después de haber cerrado una puerta, abría otra. La mujer dormía plácidamente en aquella cómoda cama mandada a hacer, duplicándole el tamaño a una matrimonial. Volvió a cerrar y se encerró en el despacho.
Era una especie de guarida, dónde, cuando no podía dormir, se refugiaba. Exhaló profundamente y se sirvió un whisky. Mientras su cabeza se llenaba de pensamientos y recapitulaba todo lo sucedido, el celular comenzó a vibrar.
Bebió todo el líquido amargo y contestó — Eso fue más rápido de lo que esperé.
— Él es una joya...
— No te acostumbres.
— Abriste la caja de Pandora al dejarme probarlo. Ya veo porqué hace lo que quiere contigo.
— No lo hace. Solo le estoy abriendo la mente a un mundo de posibilidades. Es nuevo en esto y debe experimentar para saber qué le gusta y qué no.
— Tu invitación fue sorpresiva, ¿cómo estabas tan seguro de que me escogería a mí?
— Nunca me equivoco, Mikkai. Jimin no te fue indiferente en la reunión. Así que era mejor que viviera la experiencia de ese modo. A pesar de que a primera instancia no sabía que eras tú, su cuerpo le dió la orden por sí solo.
— Quiero repetirlo.
— ¿Por qué debería aceptar?
— A él le gustó y a ti también.
— Me dió morbo, claro que sí.
— Nos recibió muy bien... Deberíamos quedar para hacerlo en un lugar más privado. Esto podría beneficiarnos en cuanto a nuestros acuerdos.
— No me parece.
— Piénsalo. Volveré a Rusia en un par de horas y deseo tener noticias de ti nuevamente.
— No te hagas ilusiones de todos modos.
— Ten buen día, Jeon.
— Adiós.
La llamada finalizó. Por el momento, Jungkook no pensaría en eso. Lo había pasado bien y había disfrutado todo. Después de salir de la reunión, estuvo estudiando la actitud de Jimin, dándose cuenta de que Mikkai le llamaba en cierto modo la atención. Por lo tanto, había decidido invitarlo al club. Quería ver cómo el rubio reaccionaba, si su cuerpo se sentía atraído hacia el contrario y más que eso, era un tipo de prueba para sí mismo.
Cómo dominador, debía cumplir también una serie de reglas y una de ellas era complacer a su sumiso en sus fantasías. ¿Sintió celos? Tal vez, al separar a Mikkai de Jimin, quiso dejar claro que él era quién llevaba el control y aunque estuviesen teniendo sexo, el pequeño era suyo.
Así nada más. De eso se trata...
Por otro lado, el rubio despertaba con un dolor punzante en su espalda baja. La cabeza le daba vueltas y al mismo tiempo imágenes en rojo venían a su mente, recordando las escenas obscenas que había pasado.
De inmediato, una sonrisa se formó en su rostro y tomó el celular para ver la hora. Eran las doce del medio día, Jungkook le había dicho para ir al médico después de las dos, por lo tanto se debía levantar y preparar. Con pesar lo hizo pero un mensaje lo obligó a mirar la pantalla.
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When no ones sees' - Kookmin
FanfictionNormalmente le tememos a lo desconocido, a lo prohibido y peligroso. Seguimos a las multitudes como robots y dejamos a un lado lo que verdaderamente queremos. Sin embargo, Jimin no es así. Mientras mayor sea el reto y más probabilidades existan de f...