Capítulo 41

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  ¿Qué había sido todo eso?
  ¿Desde cuándo no lloraba de esa forma? Y ni siquiera había podido detenerse...

Después de ese momento intenso con Jungkook en el vehículo se sentía estúpido y no podía parar de llorar. Las lágrimas fluían como un río colmado de sentimientos que lo volvían vulnerable y frágil: todo lo que odiaba.

Recordaba el momento cuando sus padres fallecieron y sólo, tuvo que hacerse cargo de su hermano. Cómo pasaron hambre y como durmieron muchas noches sin electricidad al no tener como pagar la energía.

Recordaba como aquel hombre asqueroso lo tocaba, besaba e insultaba cuando le vendió su cuerpo para poder pagar aquella demanda y como estuvo por tres horas sentado bajo la ducha, deseando que el agua se llevara la sensación de suciedad.

Había tenido que hacer tanto para llegar a dónde ahora estaba... Pero lo que sentía por su jefe era realmente fuerte. Nadie nunca lo había hecho quebrar de esa forma. Sollozaba con odio hacia sí mismo por permitirlo, sollozaba con imágenes suyas atado a ese sofá mientras Jungkook tomaba al otro sumiso. Fue algo insoportable de presenciar.

En ese instante se dió cuenta de que no lo quería ver con más nadie. No importaba el contrato y la exclusividad que juraran tener; Jeon siempre estaba con su mujer los domingos, las fechas importantes, en los momentos importantes y él, era solo el de los martes, jueves y sábados. Eso le molestaba aún más. Sin contar el hecho de que sentir molestia por algo como eso, aumentaba su ira.

  Limpió sus lágrimas y se levantó para vestirse. Tenía muchas cosas qué hacer. Perder el tiempo lamentándose no le daría su vida soñada... Dedicó la mitad del día, terminando algunos asuntos de Seraphic Studios y después se dedicó a hacer uso de las redes sociales para investigar.

— Min-Jun... — varios perfiles le aparecieron, dando con el indicado en pocos minutos, al tener una suma alta de seguidores. El chico era modelo y pertenecía a una academia famosa de Seúl — eso fue fácil — apagó el celular y se dispuso a dormir. Por la mañana se preparó para el trabajo y vistió su fachada de seguridad como cada amanecer. Caminó con elegancia resonando sus zapatos hasta llegar a su oficina y ahí, nuevamente había un desayuno y flores. Sonrió en automático, acercándose a olfatear la belleza natural para después sentarse y comer — un nuevo comienzo — murmuró.

La jornada laboral estuvo tranquila, Jungkook llegó cerca del mediodía e intercambiaron miradas. Ambos estaban atascados de trabajo, sin embargo, el rubio quería hacerle saber que estaba ahí para él. Entró en su espacio y dejó masajes en sus hombros — ¿Cómo va todo?

— Hacer lo de los dispositivos solo es bastante cansado — se refería a tener toda la carga sin Mikkai — de todos modos va bien. Se ha vendido todo el lote.

— Si necesitas ayuda, no dudes en pedírmela.

— Gracias — lo hizo sentar en sus piernas y lo besó por un largo rato, hasta que la respiración se interpuso; hasta que sus labios estaban hinchados — ¿Te gustó la comida?

— Me encanto, muchas gracias. ¿Puedo usar mi collar mañana?

— Me gustaría muchísimo.

— A mí también — se volvieron a besar hasta que cada uno se centró nuevamente en el trabajo.
Finalmente la noche cayó y debían despedirse — nos vemos por el día — dijo con una sonrisa antes de subir al buggati.

— Pasa buenas noches — también subió a su auto y segundos después, partió.

Jimin condujo en dirección contraria a su casa, directo a la academia. A pesar de que estaba feliz por volver a la dinámica con Jungkook, había algo que no lo dejaba en paz y era el jodido sumiso con el que lo había reemplazado en la sesión. Estacionó su auto y bajó, encendiendo un cigarrillo. Casi nunca fumaba porque le recordaba a sus momentos en la universidad, sin embargo, ahora lo necesitaba.

When no ones sees' - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora