Capítulo 25

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     La fiesta se encontraba en su apogeo, con la música a un volumen suave mezclándose con las múltiples conversaciones. Jimin y Jungkook estaban inmersos en la multitud, cada uno ocupado con sus respectivas responsabilidades.

Jeon, consciente de su papel como anfitrión, estaba con su esposa en una esquina del salón, interactuando con los invitados y asegurándose de que todos se sintieran bienvenidos. Mientras tanto, Mikkai observó la oportunidad y se acercó sigilosamente a Jimin, quien estaba disfrutando de una conversación amena con otro invitado.

— Parece que estamos destinados a cruzarnos esta noche.

— Se supone que el destino no existe cuando eres tu propio Dios — dijo burlón, mientras el otro hombre los deja hablar tranquilos y se iba con una reverencia.

— Aprendes rápido — miró sus labios y le entregó una copa. Jimin la recibió y bebió sin cortar el contacto visual — acompáñame.

Se alejaron del bullicio, sumergiéndose en una conversación que rápidamente se volvió animada y llena de risas. Sus palabras fluían con un ritmo ágil y sus miradas se encontraba con complicidad, creando una conexión que desafiaba las barreras sociales y el contexto de la fiesta.

Jimin encontraba humor en los comentarios sarcásticos y picantes de Mikkai, con su ingenio igualado solo por la perspicacia de su interlocutor.

— No puedo evitar sentir que tenemos una química muy buena.

— Y yo no puedo evitar pensar que debí haber imaginado que asistirías a la fiesta.

— Uhum... Soy socio después de todo — sonrió.

— Ya deja de mirarme así — volvió a beber.

— No puedo, ¿sabes todo lo que pasa por mi mente ahora?

— No lo digas — lamió su labio — puedo imaginarlo.

— Me fascinas...

— Trata de que no se note tanto.

— Le dije a Jeon que quería otro encuentro.

— ¿De verdad? ¿O sea que sabe que eras el del club?

— ¿Cómo? Él fue quien me invitó.

El rostro de Jimin era un poema fusionado con sorpresa y diversión.

— Qué hijo de puta — se rió.

— Mierda... ¿No lo han hablado?

— No, pero, todo está bien. No le diré nada.

Le puso una mano en la cintura y le habló al oído — Igual me importa un carajo. Estoy loco por tenerte otra vez.

Las risas y el juego verbal continuaron mientras Mikkai y Jimin disfrutaban de la compañía del otro, cediendo al flujo de coqueteo.

Sin embargo, en medio de la efervescencia de la fiesta, Jungkook dirigió su mirada a través de la multitud y percibió la cercanía entre ellos — Vuelvo enseguida, cariño — le dijo a su mujer antes de ponerse de pie.

Entonces se acercó, rompiendo momentáneamente el diálogo entre aquellos — Parece que han estado disfrutando de una conversación bastante animada. ¿Hay algo sobre el proyecto que yo deba saber?

— Ah, querido socio — le dió una palmadas en el hombro — solo estábamos discutiendo algunos temas sobre el futuro de la industria. Nada demasiado emocionante. ¿Verdad Jimin?

— Así es, solo un intercambio casual de ideas. Ya sabe cómo somos los dos: siempre explorando nuevos horizontes.

Jungkook golpeó su mejilla con la lengua y asintió.

When no ones sees' - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora