When no ones sees' - Kookmin

Extra

  En la penumbra de la habitación de Jimin, una atmósfera cargada de anticipación y deseo se colaba entre las sombras. La luz tenue de las velas parpadeaba suavemente, proyectando cálidos destellos de luz sobre los muebles elegantes y los objetos cuidadosamente colocados.

La pareja se encontraban frente a frente, y una chispa vibrante en sus ojos destellaba mientras se preparaban para una experiencia única: un cambio de roles que los llevaría a explorar nuevas fronteras en su dinámica dominante-sumiso. En esta ocasión especial, sería el turno de Jimin asumir el control y guiar la sesión con su propia visión y autoridad.

Era algo que tenían que hacer para reafirmar su confianza y entrega hacia el otro.

Con determinación y un toque de nerviosismo excitante, el rubio tomó el primer paso para cambiar las reglas del juego. Lentamente, movió su mano con delicadeza pero firmeza, deslizando las cuerdas de seda alrededor de las muñecas de Jeon, asegurándolas con precisión y suavidad. La sensación de poder y control se apoderaba de él, empoderándolo de una manera que nunca antes había experimentado, pero que siempre había existido.

Jungkook, por su parte, se entregaba completamente a la guía, sumiso y expectante, listo para explorar esta faceta de su relación bajo un nuevo prisma. La expectativa se mezclaba con la euforia mientras el menor profundizaba en su papel de Dominante, explorando cada rincón de su deseo y autoridad recién descubiertos; puestos en práctica por primera vez en una sesión.

— ¿Estás cómodo con esto?

— Me siento sofocado, pero muy excitado... — Jimin elevó una ceja — Amo...

— Muy bien... No olvides que en este momento eres mi sumiso y por lo tanto me debes respeto — Jungkook estaba de rodillas y sus manos atadas se mantenían hacia arriba con una cuerda que caía del techo.

— Perdóneme, mi señor. No se volverá a repetir.

— Chico bueno.

Tener de sumiso a alguien cómo Jeon, era sumamente morboso. Su cuerpo trabajado, lleno de tatuajes, collar de sumisión en su cuello, cabello negro azabache un tanto alborotado y una terrible erección entre sus piernas; podría hacer perder el control a más de uno y suplicar por ser tomado. Sin embargo, Jimin disfrutaba mucho tenerlo así. Eso demostraba que realmente estaba comprometido con su reconciliación; cediendo el poder.

— Dime la palabra de seguridad, bebé.

— Rojo.

— Puedes decirla si sientes que no puedes más — caminó al redor de él, hasta llegar a la cama y tomar una fusta. El rubio estaba vestido con un atuendo que emanaba fuerza y sensualidad: para complementar su físico atlético y su confianza innata, eligió llevar un arnés de cuero ajustado que envolvía su torso, delineando sus músculos leves y acentuando su cintura pequeña. Los detalles metálicos del arnés brillaban bajo la luz tenue, añadiendo un toque fetichista y provocativo a su apariencia.

En la parte inferior, optó por un suspensorio de cuero que abrazaba sus caderas y dejaba al descubierto sus gluteos, creando una sugerente vista que resalta su jugosa retaguardia y su figura escultural. La sensualidad se intensificaba con la combinación del arnés y el suspensorio, creando un equilibrio entre la dominación y la provocación.

Para completar su conjunto, se puso unas botas de tacón alto hasta la rodilla, de cuero negro brillante, que añadió altura y elegancia a su postura. Cada paso que daba resonaba con determinación y poder, erizando la piel de Jungkook.

Con calma volvió hacia él y deslizó el objeto por su columna, haciéndolo jadear. Jamás había estado en esa posición, nadie nunca lo había sometido.