Capítulo 32 🐲

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Era un buen día para todos excepto para el segundo vástago de la reina Alicent y para la primogénita de la princesa Rhaenyra. Las sirvientas habían llegado muy temprano para preparar a la joven, debía estar radiante para sus pretendientes que ansiaban verla y pasar tiempo con ella, para convencerla de que cada uno de ellos sería un buen marido y padre.
Lord Borros Baratheon había llegado con sus cuatro hijas para que mientras él pretendía a Visenya, sus hijas lo intentasen con Aemond. El príncipe tuerto le había hecho la broma a la princesa, de que escogiera al cabeza de Bastión de tormentas y a su vez él elegiría a cualquiera de sus hijas para así estar juntos, pero no le hizo mucha gracia el matrimonio era algo serio y no se debía bromear a la ligera.
La princesa Rhaenyra fue a ver como estaba su hija, por su experiencia sabía lo que podía estar sintiendo, al entrar vio a Visenya sería y pensativa mientras la peinaban, besó su cabeza para después sonreírle tras el espejo.

-Rhaenyra: Buenos días mi pequeña.

-Visenya: Buenos días madre.

-Rhaenyra: (Se dirigió a las sirvientas) Dejadnos. -Volvió a dirigirse a su hija mientras terminaba de peinarla. -Tranquila pasará rápido.

-Visenya: (Suspiró) Está bien. -Bajó la mirada.

-Rhaenyra: Siento que tengas que pasar por esto pero son nuestras obligaciones.

-Visenya: Lo sé, no pasa nada simplemente me gustaría que me vieran a mi y no al título que poseo pero supongo que es mucho pedir.

-Rhaenyra: ¿Sabes lo que creo? Que en alguno de los hombres que quieren casarse contigo encontrarás a alguien que llamará tu atención, y tendrás un matrimonio feliz además de que me darás muchos nietos.

-Visenya: ¿Realmente lo crees?

-Rhaenyra: Por supuesto que si.

Y lo que no se imaginaba es que la heredera al trono había acertado. Ambas bajaron a desayunar, el rey estaba muy contento de poder ver el futuro matrimonio de su nieta, que deseaba que las palabras de su madre fueran verdad, le provocaba muchos nervios conocer a aquellos hombres pero intentaría eliminar a los posibles rivales de su familia.
Ya habían llegado Addam Velaryon, Elmo Tully, Loreon Lannister, Ronald Darry, Borros Baratheon, Jasper Wylde, Benjicot Blackwood, Amos Bracken, Lyman Beesbury, Lord Leygood y George Graceford, aún faltaban algunos entre ellos Cregan Stark.
Aquel día estuvo conociéndolos a todos en profundidad, con los únicos que podía ver un posible matrimonio eran Addam, Benjicot y Elmo pero tenía que esperar un día para empezar a descartar candidatos, esa noche en el banquete intentaría pasar un buen rato con sus hermanos, pues poco después debería irse a su nuevo hogar y no estaría con ellos.
Estaba con Addam en uno de los jardines, estaban dando un paseo después de montar en dragón, Visenya con Caníbal y Addam con Bruma, el dragón que había sido de su padre que al verlo no pudo evitar emocionarse, le echaba mucho de menos y le hubiera encantado que estuviera ahí con ella, se imaginaba los posibles consejos elocuentes que hubiera dado.

-Addam: ¿Estás triste?

-Visenya: (Le miró) Lo siento Addam. -Limpió una lagrima que comenzaba a caer. -Ver a Bruma ha reabierto una herida que creía haber cerrado.

-Addam: (Acarició su espalda) Se ve que le querías mucho.

-Visenya: Es mi padre le quería, le quiero y siempre le querré.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora