Capítulo 26 🐲

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Jace y Visenya se encontraban hablando para ponerse al día mientras estaban sentados en el árbol de corteza blanca.

-Visenya: ¿Ya se fue tu amigo?

-Jacaerys: ¿Cregan?

-Visenya: Si.

-Jacaerys: Si, hace dos días aunque volverá pronto, necesitaba regresar a su hogar pero me dijo que estaría aquí para ser unop de tus pretendientes.

-Visenya: ¿Se lo has dicho? ¿Por qué?

-Jacaerys: Porque me parece un buen hombre y le he hablado de ti, cuando le mencioné tu futuro matrimonio me dijo que desearía presentarse.

-Visenya: Será un placer conocer al señor del norte, Daemon también me dijo que era un buen hombre.

-Jacaerys: ¿Y como has estado con Aemond?

-Visenya: Todo ha estado bien aunque sea difícil de creer, ha obedecido a mis órdenes sin problema.

-Jacaerys: Por aquí también ha estado tranquilo, Aegon ha estado muy ausente.

-Visenya: Creo que es por el embarazo de Helaena.

-Jacaerys: Siento pena por ella.

-Visenya: Yo también, debo ir a verla.

-Jacaerys: Y tu mano... ¿Qué pasó?

-Visenya: Me metí en una cueva para ir a por la corona y durante la pelea me clavó el cuchillo pero después yo le clavé mi espada.

-Jacaerys: (Hizo una mueca de asco) No me imagino lo que has tenido que ver.

-Visenya: Cosas horrorosas pero normales en la guerra. - Animó a su hermano. - No te preocupes más, estoy bien.

-Jacaerys: Tu mano no dice lo mismo.

-Visenya: (Se puso de pie) - Ignora mi mano. - Removió el pelo del joven. - Iré a ver a Helaena y después al maestre a que me cambie las vendas, no iré a cenar, mañana nos vemos. - Besó su cabeza.

-Jacaerys: (Sonrió a su hermana) Descansa.

Y con eso se marchó, fue rápido a los aposentos de su tía, empezaba a pasarle el efecto de la leche de amapola, quería hacerle una pequeña visita a Helaena, al llegar tocó la puerta y una sirvienta le abrió, la anunció para después dejarla pasar, al entrar vio a la mayor sentada con una barriga bastante pronunciada.

-Visenya: Hel, estás preciosa.

-Helaena: ¡Vis! Que alegría verte. -Intentó levantarse.

-Visenya: No te levantes tranquila. - Abrazó a su tía. - Siento oler tanto a dragón, sé que suele molestar a las embarazadas.

-Helaena: Tranquila, no me molesta.

-Visenya: (Se sentó) ¿Cómo lo llevas?

-Helaena: Bien, es muy tranquilo.

-Visenya: (Sonrió) Me alegra oír eso.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora