Capítulo 12 🐲

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Después del desayuno Visenya y Viserys fueron a los aposentos del rey, anhelaba que su nieta le pintase como cuando era pequeña, le costaba creer que aquel bebé había crecido tan rápido aún se acordaba de aquel parto tan largo que había tenido su hija y lo feliz que estaba con su niña en brazos, sin ninguna duda Rhaenyra amaba a todos sus hijos y era muy buena madre, lo más importante para ella era el bienestar de sus hijos además de su felicidad.
Visenya observaba la recreación de Valyria que hacía su abuelo mientras este se preparaba para posar.

-Viserys: Siempre te ha gustado observar mi maqueta.

-Visenya: Es lo más bonito que he visto, no puedo evitar no quedarme prendada cada vez que la veo.

El rey sonrió se sentía halagado de que su nieta disfrutase tanto algo que él había hecho con sus propias manos, se sentó en una silla y la joven comenzó a colocar todo para disponerse a pintar.
Estuvieron toda la mañana con ello y el rey pidió un descanso, e invitó a una taza de té a la joven.

-Viserys: Visenya mi niña, deseo pedirte algo y por supuesto te daré algo a cambio.

-Visenya: (Alzó una ceja y dejó la taza en la mesa) Mi rey habéis conseguido llamar mi atención.

-Viserys: Lo sé. -Rió. -Debo pedirte que no se lo cuentes a nadie por el momento tampoco a Rhaenyra o Daemon.

-Visenya: Bien ¿De que se trata?

-Viserys: Hace muchos años antes de que tu nacieras, Daemon y Lord Corlys estuvieron en una guerra en los Peldaños de Piedra y ganaron, de hecho Daemon fue coronado como Rey de los Peldaños de Piedra, pero decidió marcharse tras la muerte de Lady Rhea Royce y poco después se casó con tu tía Lady Laena Velaryon por lo que abandonó aquella guerra y finalmente hubo otros gobernantes.
Te cuento esto porque sé a la perfección que te gustaría luchar en batalla, me gustaría que fueras y ganases aquella región.

-Visenya: (Se encontraba sorprendida) ¿Me ves a mi luchando allí?

-Viserys: Visenya. -Acarició su cabeza.- Serás una gran guerrera, no tengo dudas.

Visenya sonrió siempre había querido eso pero por ser princesa no se le permitía, y finalmente parecía que se iba a cumplir.

-Visenya: Dudo que madre acepte.

-Viserys: Yo soy el rey y si tu aceptas yo lo haré y nadir puede ignorar mi orden.

-Visenya: Y... ¿A cambio de que?

-Viserys: Después de venir dejaré que durante 6 lunas puedas hacer lo que quieras, pero después deberás casarte eso sí con quien tu desees.

-Visenya: (Suspiraba odiaba que le recordasen ese tema) ¿Y si quien elija madre o Daemon no lo aceptan?

-Viserys: Vendrás y me dejarás eso a mí.

-Visenya: (Miró a su abuelo) Bien, acepto con todas las consecuencias.

-Viserys: (Se levantó y celebró la noticia) No sabes lo feliz que me hace saber que deseas seguir adelante.

En ese momento entró la reina y al ver a la joven allí frunció el ceño, era muy notable, solamente ella podía hacer que Aemond a pesar de lo leal que era a su familia, cambiase de bando.
Al ver la escena, decidió preguntar:

-Alicent: ¿Qué celebras Viserys?

-Viserys: No planeo contarlo por ahora.

-Visenya: (Notablemente incómoda se levantó) Bueno mi rey, los dejo a solas.

-Viserys: Espero que podamos repetir más veces esto.

-Visenya: Cuando quieras abuelo.

-Viserys: Acuérdate de lo que te dije.-Besó la cabeza.

Alicent arrugó la cara con molestia, no le gustaba que Visenya supiera algo que Viserys tenía en mente y ella no, le preocupaba que podía ser.

-Visenya: Majestad. -Se despidió de Alicent.

-Alicent: Princesa Visenya.

Salió de los aposentos del rey y fue en busca de su hermano Jacaerys, desde la cena estaba enfadado con ella, de camino se encontró a Aegon y Aemond.

-Aegon: ¡Visenya! Que alegría verte. (Sonrió)

-Visenya: Hola Aegon, pequeño príncipe. (Le sonrió a Aemond al llamarlo por su apodo que ella le había puesto)

-Aemond: "Pequeña dragona"

-Aegon: (Le molestaba esa complicidad) ¿A donde ibas?

-Visenya: Estoy buscando a Jacaerys.

-Aegon: ¿Y eso?

-Visenya: No importa ¿le habéis visto?

-Aemond: Le vi hace poco, iba a montar.

-Visenya: Bien, gracias. (Empezó a caminar alejándose de sus tíos)

-Aegon: ¿Qué fue eso?

-Aemond: (Empezó a caminar lejos de su hermano) ¿El qué?

-Aegon: (Aumentó el ritmo de sus pasos) Lo de pequeño príncipe y pequeña dragona.

-Aemond: (Sonrió con la mención de los apodos) Hermano, para saber tanto de mujeres y no entender esto, me haces dudar si realmente eres bueno conquistando o solo eres bueno cuando pagas.

Y con esto el príncipe se fue, dejando a su hermano mayor molesto por sus comentarios, por otro lado Aegon iba a vengarse y reírse de su hermano, eso haría que ese ego que Visenya le subió, se lo bajase ella misma.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora