Capítulo 15 🐲

180 13 0
                                    

A la mañana siguiente Visenya no se encontraba bien como para seguir con su día como si nada hubiera pasado, Aegon y Aemond rondaban en su mente, incluso Helaena también, no sabía si debía de contarle lo que pasó pues era su marido pero eso podía hacerle daño pero a la vez sabía como era él por lo que igual podía contárselo, por otro lado estaba su familia a la que no podría decirle nada porque podría provocar una gran pelea entre todos.
Posiblemente podría contárselo a Baela, era su mayor confidente junto a su hermano Jacaerys, por lo que no se sentiría incomoda.
Envió a una sirvienta a avisar a Daemon de que no iría a entrenar, puso una excusa de que no se encontraba bien y que pasaría todo el día en su habitación.
Por otro lado Aemond se había levantado molesto, consiguió lo que no quería mantener a Visenya lejos, volviendo a tener una relación inexistente después de haber estado tan bien.
Bajó a entrenar con la esperanza de verla, pero cuando llegó solo vio a Daemon y a sus sobrinos, no había ni rastro de Visenya, se le hacía raro pues había mencionado que entrenaba todos los días, intentaría preguntarle a Helaena a ver si sabía algo, mientras tanto se centraría en su entrenamiento con Criston Cole.
Sin saber nada de su hermana mayor lady Baela Targaryen fue a buscar a Visenya, se le hacía extraño que no saliera y para ver que pasaba decidió ir a buscarla, tocó a la puerta y al escuchar la voz de la princesa permitiéndole entrar se encontró a su hermana en un camisón y tumbada en un sofá.

-Baela: ¿Estas bien Vis?

-Visenya: No sabría que responderte.

-Baela: (Se sentó junto a ella) ¿Y eso? ¿Qué ha pasado?

-Visenya: Te lo contaré pero no puedes decírselo a nadie, Baela a nadie.

-Baela: Claro, no diré nada.

-Visenya: (Suspiró) Pues anoche Aegon entró aquí por el pasadizo, quería acostarse conmigo, incluso me preguntó si Aemond o Jace me habían tocado.

-Baela: ¿Qué?

-Visenya: Yo quería que se fuera pero él no quería, así que cuando me negué trató de forzarme. -Cerró los ojos con fuerza. - Conseguí liberarme y por el pasadizo fui a los aposentos de Aemond, era el único sitio que recordaba, le dije lo que pasó y me dijo que hablaría con él, además cuando le dije que le eché de menos me dijo que él a mi también pero que teníamos mantener la distancia.-Terminó para coger aire.

-Baela: Dioses Visenya, lo siento.

-Visenya: No te preocupes, estaré bien pero hoy prefiero quedarme aquí. No sé si decírselo a Helaena.

-Baela: Es quien más conoce a Aegon, no creo que le sorprenda.

-Visenya: En eso tienes razón. También debo contarte otro secreto.

-Baela: ¿Cuantos secretos tienes Vis?

-Visenya: Este es el último. - Suspiró. - El rey me ha propuesto ir a una batalla y a cambio estar 6 lunas haciendo lo que quiera pero después debo casarme.

-Baela: Kepa te matará o al rey por querer enviarte allí y tu aceptar.

-Visenya: Él también quiere que sea una guerrera, pero aún no puedo contarlo.

Baela se quedó toda la tarde con ella, tenía miedo de dejarla sola pero a la noche la convenció y fue con Rhaena.

Por otro lado Aemond había intentado verla pero, parece que Visenya había dicho que estaba enferma y que no tenía planeado salir hoy. Aegon tampoco había aparecido, seguramente estaba en la ciudad durmiendo en cualquier lado. A la noche se arregló, se puso su capa y fue a la ciudad por el pasadizo, necesitaba distraerse.
Al llegar al hogar que tan bien conocía, tocó la puerta y en un par de segundos una mujer de mediana edad, cabello negro abrió dejando pasar al príncipe al interior, se sentó en una silla y espero a que la mujer le sirviera una copa.

-Alys: Has tardado mucho en venir.

-Aemond: No he podido.

-Alys: ¿Ya la has visto?

-Aemond: Si

Alys Rivers era una bastarda de la casa Strong y amante del príncipe Aemond Targaryen desde hacía 3 años.
El príncipe le había contado toda su vida incluyendo la mención de Visenya, cuya existencia le molestaba a la mayor, saber que alguien era especial para Aemond y que estaba enamorado la enfurecia.

-Alys: ¿Qué ha pasado? - Preguntó curiosa.

-Aemond: Nada. - Dijo de mala forma.

-Alys: Sino fuese nada no estarías así.

Era junto a su madre las únicas que se atrevían a decirle algo al príncipe. Él molesto se levantó hasta donde estaba ella y comenzó a desvesitirla con vehemencia, se quitó su ropa y se encaminaron a la cama, donde Alys se tumbó y Aemond quedó sobre ella.
Alys le había provocado con el fin de excitarle y que sacase su lado dominante en la cama, sonreía aquella princesa no lo tenía en su cama sino que era la única que podía excitar a Aemond. Pero no estaba saliendo como ella quería, el príncipe no conseguía endurecer su miembro por más que lo intentaba así que Alys decidió tomar las riendas y arrodillarse frente a él para comenzar a estimular su miembro buscando un buen resultado pero, todo lo contrario.
A pesar de tener la disposición por pasar un buen rato el príncipe empezó a vestirse molesto y una Alys muy enfadada por el trato, empezó a maldecirle.
Aemond se marchó de allí directo a maldecir a la mujer que lo había atrapado y en la que no dejaba de pensar desde que llegó.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora