Capítulo 36 🐲

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Hubo una discusión entre ellos, Aemond necesitaba ver que ella seguía dispuesta a estar con él, pero le preocupaba la conexión que vio entre ambos. Sentía que se quedaba solo, aunque Alys estuviera ahí no lo sentía como algo positivo, en cambio ella ahora tendría a sus hermanos, padres y un marido. La ausencia de ella se sentiría como volver a estar vacío al igual que había sentido la primera vez cuando eran más pequeños, además de la segunda tres lunas antes, ella daba luz y color a aquella vida tan oscura al igual que solitaria.
Por su lado Visenya había cumplido con el tiempo estipulado, ahora tenía que concentrarse en lo que se le venía, aunque a su vez estaba más animada, conocer a Cregan había sido un alivio para ella, ahora se tenía que enfrentar al príncipe caprichoso que solo miraba por él.

-Visenya: Aemond... No deberíamos vernos más, se puede malinterpretar y tampoco podemos estar juntos.

-Aemond: (Estaba impactado) Vis... - Trato de agarrar su cara pero ella se movió.

-Visenya: No Aemond, deja de hacer esto más difícil.

-Aemond: Yo quiero estar contigo.

-Visenya: Quieres estar conmigo pero solo yo tendría que traicionar a mi familia, eso no va a pasar, por favor vete antes de que esto empeore.

-Aemond: Bien, me ire. - Salió por el pasadizo.

Visenya comenzó a llorar, había sido muy duro para ella pedirle a Aemond que se fuera pero no podía hacer otra cosa que alejarlo, a la vez que no quería empezar un posible matrimonio con mentías y secretos.
Le había gustado mucho Cregan y su forma de ser, aunque no lo hubiera dicho en voz alta ya había elegido a su futuro marido, ahora debía conocerle un poco más para presentárselo a Caníbal. Comenzó a recordar las palabras de su madre de aquella mañana sin duda había acertado, conoció a alguien que llamó su atención y sin importar el título que poseía. Guardó las joyas que había que Aemond le había regalado, le apenaba la forma en la que había terminado todo, pero con el carácter de ambos no podía haber pasado de otra manera. Se fue a dormir más tranquila sin embargo el príncipe no podría, le angustiaba todo lo que había pasado, salió en busca de Alys muy a su pesar pues le hablaría del tema.
Tocó la puerta dos veces, la mujer de pelo oscuro abrió con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

-Alys: Mi príncipe. - Dejó la puerta abierta para que pasase.

-Aemond: (Se sentó en un sofá) No estoy para tus mofas.

-Alys: ¿Por qué? La princesa bastarda ya está buscando a otro.

-Aemond: No debí venir. - Suspiró.

-Alys: Por alguna razón estas aqui.

-Aemond: Para dejar de pensar.

-Alys: Bien, dejaré el tema.

Se sentó junto a él con una copa en la mano mientras veían el fuego de las llamas que les proporcionaba calor, estaban en silencio haciéndose compañía mutua. Aemond no quería hacer nada con ella simplemente quería sentir que no estaba solo, aunque solo se engañaba a si mismo, Alys no le quería solamente lo utilizaba para tener poder, en el momento en el que el rey Viserys muriese intentarían colocar a Aegon en el trono, por lo que estar cerca del príncipe le proporcionaba beneficios. Realmente sí que estaba solo, aunque tenía a Helaena ella tenía sus propios problemas, su madre y su abuelo lo utilizaban para sus planes, Aegon era Aegon, Daemon estaba lejos y Visenya se iba a casar. Suspiró, como segundo hijo varón no recibía tanta atención como su hermano, existía una constante comparación que aunque beneficiaba a Aemond nunca sería suficinte. Tras mucho pensar decidió marcharse, no se sentía a gusto en ningún lado, aquella sensación parecía que fuera a ser durante el resto de su vida.
Visenya se levantó a la mañana siguiente con una sonrisa, hacía un día soleado tan bonito que animaba a cualquiera, al bajar a desayunar se encontró a todos a excepción de Aegon y Aemond, supuso que seguía enfadado por su conversación de el día anterior.

-Visenya: (Hizo una reverencia) Mi rey.

-Viserys: Buenos días Vis.

-Jacaerys: Me han pedido que te pregunte si deseas pasear con el. -Susurró.

-Visenya: (Sonrió) Claro que si.

-Jacaerys: (Rio) Supuse que dirías eso, así que me ha dicho que después de desayunar te reúnas con él en el patio de entrenamiento.

-Visenya: Bien.

Nada más terminar salió de la estancia junto a Helaena, una parte de ella estaba preocupada por Aemond, con lo impulsivo que era podía hacer cualquier cosa.

-Visenya: Hel, necesito hablar contigo.

-Helaena: Claro Vis. ¿De qué se trata?

-Visenya: De Aemond, anoche discutimos y no he vuelto a verle, estoy algo preocupada.

-Helaena: ¿Por qué discutisteis?

-Visenya: Porque sabe que escogeré a Cregan Stark y no es de su agrado, pero debo elegir a alguien con quien casarme y ese es Cregan.

-Helaena: Entiendo, te informaré cuando sepa algo.

-Visenya: Gracias Hel y por favor no se lo digas, eso podría complicar más las cosas.

-Helaena: Bien. - Sonrió. - Sé lo mucho que lo quieres y lo duro que está siendo para ti, Aemond no es consciente de la suerte que tiene.

-Visenya: Gracias por tus palabras. - Abrazó a su tía. - Iré a pasear con Cregan.

-Helaena: Disfrutalo Vis. - Sonrió.

-Visenya: Lo haré. - Sonrio.

Se dirigió al patio en busca del hombre que había conocido la noche anterior, al salir lo vio con los que por la vestimenta supuso que eran miembros de su casa y personas cercanas a él, jugaban entre risas, uno de ellos al ver a la princesa esperando con una sonrisa se detuvo provocando que los demás se girasen para ver la razón por la que su amigo paraba. Todos le hicieron una reverencia a la princesa que empezó a acercarse lentamente.

-Visenya: Lamento interrumpir.

Wallace, Aaron, Samuel, entre otros amigos de Cregan habían acompañado a Cregan a la capital, como apoyo y en el caso de que saliera bien estar en la boda de su amigo.

-Cregan: No te preocupes. - Sonrió.

-Visenya: Veo que has venido acompañado.

-Cregan : Son como de la familia.

Todos se presentaron ante la joven y comenzaron una conversación de lo más natural, veían que las expectativas que tenían de la nieta del rey eran erróneas, se la imaginaban soberbia, antipática y egocéntrica cuando realmente era todo lo contrario, a la vez que era una joven muy hermosa, sin duda su amigo era un hombre con suerte, veían las miradas que se dedicaban y sonreían contentos, parecía que seria muy probable que un dragón surcase los cielos de Invernalia.

-Cregan: ¿Vamos a pasear?

-Visenya: Por supuesto. - Se dirigió a los amigos de su acompañante. - Ha sido un placer conoceros. - Sonrió.

-Wallace: El placer ha sido nuestro princesa.

-Visenya: Solo Visenya por favor.

Cregan veía contento la escena, parecía que se integraba bien con los suyos, sin duda su viaje a Desembarco del Rey había salido bien.

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Ig: @l_pequedragona

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora