Capítulo 11 🐲

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En la habitación de Aemond solo se encontraban él y sus dos hermanos mayores, Helaena con una sonrisa y Aegon bastante serio, el mayor decidió romper el silencio:

-Aegon: ¿De qué hablaste con ella cuando me fui?

-Aemond: (Frunció el ceño) De nada de tu incumbencia.

-Aegon: ¿Sigues enamorado de ella?

Aemond calló, no quería contestarle a su hermano, solía no tener buenas intenciones.

-Aegon: Tu silencio me lo tomaré como un si.

-Aemond: Déjalo estar Aegon.

-Aegon: (Se levantó y se acercó a Aemond, estaban muy cerca, retándole) ¿Por qué? ¿Te preocupa que acabe en mi cama?

-Aemond: (Se rió de su hermano) No me preocupa, además estas casado y ella lo sabe incluso se lleva bien con tu esposa.

-Aegon: (Su molestia aumentó) ¿Y? ¿Creés que Visenya se fijaría en un tuerto como tú?

-Aemond: (Su enfado se había incrementado por el comentario de su hermano) ¿Y tu creés que prefiere a un borracho como tú?

Aegon estaba a punto de pegar a su hermano pero este le empujó primero y cayó al suelo, la princesa fue corriendo a avisar a Ser Criston para que pudiera interceder, entró junto a Ser Arryk Cargyll guardia de Aegon, quien terminó llevándoselo de allí.
Helaena fue junto a Aemond, le sirvió un poco de agua y le hizo sentarse en el sillón.

-Helaena: No le hagas caso, sabes que no es verdad.

-Aemond: ¿Y si tiene razón?

-Helaena: Aemond por favor ignora a Aegon te vi muy feliz con ella hoy, no recuerdo la última vez que te ví así.

-Aemond: No puedo no acercarme a ella Hel, la vi hablando con Aegon y me molestó verla tan alegre hablando con él, hasta que ví que esa sonrisa era por hablar de su dragón.

-Helaena: Visenya no está interesada en él, puedo asegurarlo no cambies ahora con ella.

-Aemond: No lo haré pero debo ser más discreto.

-Helaena: Me parece muy bien eso.

-Aemond: Iba a visitar a Alys pero después de hoy prefiero descansar e irme a dormir con este buen sabor de boca.

El príncipe se fue a descansar con la imagen de su sobrina, le haría caso a su hermana e ignoraría a Aegon que lo único que quería de Visenya era su cuerpo, cosa que él no permitiría.
Al despertar con la luz del sol Visenya no pudo evitar levantarse con una sonrisa en la cara, no podía dejar de pensar en la conversación con Aemond y en como los dos habían coqueteado brevemente.
Tenía que ir a entrenar con su padre y hermanos como cada mañana así que se vistió rápido y continuó con su rutina aunque esta vez en Desembarco del rey.
Al rato Visenya estaba agotada y algo sucia por las caídas que había tenido durante el entrenamiento, Daemon quería que fuera una guerrera por lo que era bastante exigente con ella, y día tras día durante seis años había sido perseverante a la hora de entrenar.
Al tiempo aparecieron Ser Criston, Aemond y el rey Viserys, Visenya y Daemon se encontraban peleando por lo que no se percataron de los nuevos integrantes que habían aparecido, para ganar la princesa ideó una estrategia que provocó el despiste del mayor y consiguió tirarlo al suelo convirtiéndose en la vencedora. La princesa empezó a saltar de alegría, para después darse cuenta de los visitantes que la veían con una sonrisa a excepción de Ser Criston, Visenya se sonrojó pues habían visto la escena que en su opinión era vergonzosa.

-Daemon: (Se dirigió a su hija) Tramposa.

-Visenya: (Sonrió y miró a Daemon) Más que tramposa diría inteligente.

-Viserys: Eso es cierto hermano, tú le has enseñado a ser así.

Aemond se acercó a su sobrina y le entregó la chaqueta que había cerca suya, ella la tomó y lo miró con curiosidad, por sus acciones vió que la actitud de su tío no habla cambiado y eso le alegraba.
Daemon se acercó a Viserys para hablar con él, Jace y Luke parecían estar entretenidos en su conversación lo que le permitía a tío y sobrina poder conversar.

-Visenya: ¿Cuánto llevas ahí?

-Aemond: (Sonrió de soslayo) Un buen rato.

-Visenya: Bueno, espero que hayas disfrutado del entrenamiento.

-Aemond: Mucho.

La tensión sexual entre ambos se notaba, esas miradas, esas preguntas y respuestas, la tranquilidad que sentían cuando estaban juntos olvidándose de la gente que tenían a su alrededor.

-Visenya: ¿Te toca entrenar?

-Aemond: Si ¿quieres quedarte?

-Visenya: Me encantaría pero debo ir a darme una ducha, no pueden verme.

La princesa tenía permitido entrenar en la Fortaleza Roja siempre y cuando no la vieran.

-Aemond: (Acomodó un mechón de Visenya tras la oreja) Lo entiendo, espero que puedas hacerlo estos días.

-Visenya: Claro que sí, quiero ver que tan bueno eres ahora.

-Aemond: Muy bueno, el mejor.

-Visenya: Bueno, eso tendré que verlo.

-Daemon: Dragona ¿vienes?

-Visenya : Si, voy. (Volvió a dirigir su atención a Aemond) Debo irme.

-Aemond: Nos vemos en el desayuno "dragona".

Visenya le dio un golpe juguetón en el brazo a su tío por la burla a su apodo y con eso se marchó, Aemond vio como se alejaba sin ninguna duda estaba prendado de ella y no podía negarlo.

-Viserys: Me gusta verte con esa sonrisa. -Puso una mano sobre su hombro.

-Aemond: No se de qué hablas padre.

-Viserys: Aemond, no he sido un buen padre contigo pero si te diré que busques solo tu felicidad.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora