Capítulo 27 🐲

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El príncipe se encontraba frente a Cassandra, Maris, Floris y Ellin Baratheon, se les veía a casi todas muy interesadas y alegres ante la presencia del joven Aemond.
El padre de las jóvenes le sugirió al príncipe pasear para ir conociéndolas, sería un buen apoyo para Aegon en su reclamo por el trono de hierro por lo que muy a su pesar lo haría.
El primer paseo fue con Cassandra la cual se le insinuó en un par de ocasiones al príncipe, cosa que no le gustó, después estaba Maris con la que apenas conversó, luego Floris que no dejaba de hablar y por último Ellin que veía a uno de sus guardias de forma romántica, se notaba que ella tampoco deseaba estar allí con él, suspiró tenía que elegir a una mujer y no veía ninguna buena opción.
Tras dar largas a Lord Borros regresó a Desembarco del rey y se dirigió a hablar con su madre.

-Alicent: (Se encontraba con Helaena) Aemond ¿Cómo te ha ido?

-Aemond: Ha ido bien, las he conocido a todas.

-Alicent: Es una buena noticia.

-Helaena: ¿Qué es una buena noticia?

-Alicent: Tu hermano ha ido a conocer a las hijas de Lord Borros Baratheon se casaría con alguna por su apoyo Aegon.

-Helaena: ¿Qué? ¿Por qué?

-Alicent: Aegon necesita apoyos.

-Helaena: No los necesita, Rhaenyra debe ser la reina, es su heredera y no Aegon.

-Alicent: Rhaenyra no puede ser reina, es una mujer en cambio Aegon es su primer hijo varón.

-Helaena: Pero eso no es justo para ella.

-Alicent: ¡Es lo que se merece! -Comenzó a gritarle.

-Aemond: (Se puso en medio para proteger a su hermana. -Está embarazada madre.

Alicent se marchó enfadada de la habitación, Aemond miró a su hermana y se sentó junto a ella.

-Helaena: No tenías que hacerlo, no le fue suficiente casándome con Aegon para hacerlo ahora contigo y después lo hará con Daeron.

-Aemond: No es bueno que te alteres, déjame eso a mi.

-Helaena: ¿Y que hay de Visenya?

-Aemond: Sabes que no puedo casarme con ella.

Helaena desvió su mirada a la puerta.

-Helaena: ¿No puedes cambiar y elegirla?

-Aemond: No. -Dijo de manera tajante.

-Visenya: Perdón por interrumpir, veo que estas ocupada Hel, vendré después a verte. -Salió de allí.

-Aemond: (Cerró los ojos con fuerza) Mierda.

-Helaena: Te ha oído.

-Aemond: Lo sé. -Bufó. -¿Sabías que estaba ahí?

-Helaena: Si.

-Aemond: ¿Por qué lo has hecho?

-Helaena: Porque la veo sufrir y mientras tu acatas órdenes de madre, ella se adapta a ti pero luego tú no haces nada por ella.

-Aemond: ¿Qué quieres decirme con eso?

-Helaena: Que estas siendo egoísta, la quieres pero no haces nada por ella, no quieres que se case con otro sin embargo tú estás buscando a una esposa, ella es quien se juega su vida por estar contigo mientras tú no tendrías ningún castigo.

-Aemond: Bien, la dejaré en paz. -Salió de allí.

Helaena tenía razón, ella se adaptaba a él, Visenya podía jugarse la vida pues si alguien los descubra sería algo terrible solo para ella, a el no le harían nada y en todo caso de que pudieran hacerle algo malo, su madre lo defendería. Quería buscar a Visenya pero no podía, necesitaba desconectar pero ella era en quien lo hacía, fue a sus aposentos, estaba molesto y decaído, lo que su hermana le había dicho era verdad, necesitaba estar lejos y se refugiaría en Alys.
Visenya se había ido dolida de allí, en su mente no dejaba de repetirse la pregunta de su tía y la respuesta de él, en ese momento se dio cuenta de que lo que había dicho Helaena era verdad, ella se jugaba todo incluso la vida, mientras que él no perdería nada.
Se fue a sus aposentos y se tumbó en su cama a llorar, el dolor en el pecho era intenso, culpaba a Aemond de todo sus sufrimiento, Jacaerys entró a ver que le pasaba a su hermana, la vio triste iendo rápidamente a su habitación por lo que decidió seguirla.

-Jacaerys: Vis ¿Qué ha pasado?

-Visenya: Vete Jace.

-Jacaerys: No pienso hacerlo, venga habla conmigo.

-Visenya: (Se sentó) Si te lo digo me odiarás.

-Jacaerys: Vis no hay nada que me pueda hacer odiarte.

-Visenya: (Cogió aire) Me he acostado con Aemond.

Jacaerys se quedó petrificado, nunca se hubiera imaginado lo que le pasaba a su hermana.

-Jacaerys: Visenya...

-Visenya: Lo sé, sé que está mal y que no debería de haberlo hecho, pero no me arrepiento.

-Jacaerys: ¿Desde cuando?

-Visenya: Tres días después de volver.

-Jacaerys: ¿Y por qué lloras?

-Visenya: Fui a ver a Helaena, la puerta estaba abierta así que entré pero allí estaba Aemond con ella. -Suspiró. - Helaena le preguntó si él no podía cambiar y elegirme. -Sollozó.

-Jacaerys: (Estaba decepcionado con ella pero sería su apoyo) ¿Qué dijo?

-Visenya: Que no, no cambiaría de bando por estar conmigo aunque fuera algo que ya sabía pero duele más oírlo y saber que no eres primordial.

-Jacaerys: Ya has comprendido que debes estar lejos de ellos.

-Visenya: (Asintió) Estaré lejos de él.

-Jacaerys: (Abrazó a su hermana) Me duele verte así.

-Visenya: (Se secó las lágrimas) Estaré bien.

Ambos hermanos se quedaron juntos, aquello los había unido más aunque Jacaerys estaba dolido, pero a su vez sabía que su hermana nunca le hubiera elegido.
Por otra parte Aemond fue a la ciudad a estar con Alys, era la única que a pesar de no haberse visto en un tiempo seguía ahí para él, acabó convenciendo al príncipe de que las únicas intenciones de Visenya eran que juraste lealtad a Rhaenyra a través de la seducción para conseguir más apoyos, Aemond volvía a tener un motivo para alejarse de ella por especulaciones de otros.

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El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora