Capítulo 39 🐲

130 11 0
                                    

Tras la visita de Helaena, la princesa fue a sus aposentos a descansar un poco, cogió un libro y se puso a leer en un sillón tranquilamente, la puerta del pasadizo se abrió y de su interior apareció Aemond, al levantar la visita de su lectura frunció el ceño.

-Visenya : Aemond.

-Aemond: Sé que no debería venir pero lo necesitaba.

-Visenya: No es el mejor lugar, Cregan podría llegar en cualquier momento.

-Aemond: Me importa una mierda lo que diga o piense.

-Visenya: Pero a mi no, vete por favor.

-Aemond: Bien, hablaremos después de la cena.

-Visenya: Esta bien.

Aemond salió de allí contento, podría hablar con ella de nuevo, aunque no pasaría nada entre ellos por más que ambos quisieran. Cregan entró rato después, saludó a su esposa y se sentó junto a ella, pasó un brazo por sus hombros para acercarla a él.

-Visenya: Aemond ha estado aqui.

-Cregan: ¿Qué queria? - Le molestaba.

-Visenya: Hablar, pero le pedí que se fuera por si llegabas y te sentías incómodo.

-Cregan : No es de mi agrado ni yo del suyo, pero es mejor hablar en otro lado.

-Visenya: Hablaremos después de la cena.

-Cregan: ¿Debería preocuparme?

-Visenya: No, estoy casada y debo fidelidad a mi marido.

Cregan rio, realmente no estaba preocupado ya que ella le contaba todo y habían empezado un matrimonio sin secretos, agradecía a su vez que ella hablase de toda su historia con Aemond, le dejaba más tranquilo ver la confianza que depositó en él desde el principio.
Tras la cena Cregan regresó a los que de momento serían sus aposentos mientras Visenya iba a su encuentro con Aemond, al llegar él ya la estaba esperando.

-Aemond: Viniste. -Sonrió ligeramente.

-Visenya: Querías verme y aquí estoy.

-Aemond: Sé que te has preocupado por mí.

-Visenya: Bueno, eres impulsivo así que no sabía si cometerías alguna locura. Además sigo siendo tu sobrina.

-Aemond: ¿Cómo va tu matrimonio?

-Visenya: (Bajó la mirada) No se si deberías hacerme esa pregunta.

-Aemond: Estas casada pero piensas en mí.

-Visenya: Si, Cregan lo sabe pero no volveré a tener nada contigo.

-Aemond: (Sintió un puñal en el pecho) ¿Por qué? Deseas tanto como yo que suceda.

-Visenya: No voy a traicionarle, no voy a estar contigo.

-Aemond: ¿Por qué? - Gritó.

-Visenya: ¡Por que siempre que estoy cerca tuyo sufro! - Gritó. - ¡Tú me haces daño y nunca miras por mí, únicamente lo haces por ti además de tus intereses, dices amarme pero siempre me has cuestionado en todo y nunca has confiado en mí aunque haya estado siempre a tu lado, sin importar que tanto me hayas hecho! Ahora soy una mujer casada con un hombre que la respeta y la trata como a una igual, que confía en mí para todo y no quiere tener secretos, que se lleva bien con mi familia y no vierte falacias sobre la paternidad de mis hermanos, sin ninguna duda separarnos ha sido lo mejor. - Recuperó el aliento y salió de allí.

Aemond se encontraba en shock, si pensaba que había alguna probabilidad de volver a estar con ella, lo que acababa de decir cerraba todas las puertas a un posible encuentro, salió de allí para encerrarse en sus aposentos sin querer hablar, pues Ser Criston Cole lo había intentado después de ver salir a Visenya hacía poco tiempo, sabía que el guardia informaría a su madre de ello y la posterior consecuencia pero en ese momento le daba igual. Se sentó en su cama, quitó su parche y comenzó a reflexionar sobre todo lo que había pasado, la había perdido para siempre aún sabiendo que Aegon sería un pésimo rey. ¿Merecía la pena todo aquel dolor a cambio de que su hermano obtuviese el que él consideraba su derecho de nacimiento?
A su vez Visenya regresó al lado de su marido que miraba por la ventana sin su camisa mientras tenía una copa en la mano, se giró al oírla entrar para ver como había salido de aquella reunión con el hombre del que estaba enamorada, sonrió y se acercó a él rodeando su cintura con sus brazos mientras Cregan depositaba un beso sobre su cabeza.

-Cregan: ¿Cómo ha ido?

-Visenya: Cualquier cosa con Aemond irá mal.

-Cregan: Lo lamento.

-Visenya: No pasa nada. -Suspiró. - Quiero irme ya a nuestro nuevo hogar.

-Cregan: En pocos días dragona.

Fueron a descansar, había sido demasiado por ese día, ya quería ver como sería su nuevo hogar, ahora eran las nuevas obligaciones las que le preocupaban, esperaba poder cumplirlas y ser feliz.
Días después Daemon junto a Baela volaron a Invernalia, necesitaban llevar a guardianes de dragones para Caníbal y su inminente llegada, les atendieron muy amablemente con la ilusión de conocer a la nueva señora del norte, durmieron allí para regresar al día siguiente a Desembarco del rey a despedirse de Visenya. Era el último día en la capital, un sol muy caluroso los despertó, habían dormido muy a gusto juntos, la princesa se encontraba desnuda tapada con una fina sabana, mientras su corpulento acompañante disfrutaba de las vistas y acariciaba suavemente su brazo, aquel día lo pasarían con Jacaerys, Lucerys, Baela, Rhaena y los pequeños. Bajaron a desayunar con todos a excepción de Aemond que no aparecía más por allí desde el conflicto.

-Viserys: Espero veros pronto.

-Visenya: Por supuesto mi rey. -Sonrió.

-Rhaenyra: Nosotros irémos en un par de lunas a visitaros.

-Cregan: Seréis bien recibidos.

Tras el desayuno Cregan jugaba con Joffrey, Aegon y Viserys mientras Visenya estaba con el resto de sus hermanos, abrazaba a Jace pues sentía infinita pena de alejarse de él, para ella su hermano era lo más importante al igual que los demás pero, se podría decir que era su favorito entre ellos, toda su vida había estado a su lado, era su confidente y amigo pero en algún momento tenían que separarse aunque se prometieron ver a menudo. Los más pequeños se divertían con el marido de su hermana, y ella pudo ver como podría actuar cuando llegase su turno, su madre me había confesado que a su edad tampoco quería ser madre pero que cuando ella nació la hizo la mujer más feliz del mundo y que sabía que a ella le pasaría lo mismo, empezaba a desear convertirse en madre.

El fuego del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora