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—Buenos días, princesa—beso la mejilla de Makayla cuando entro a la cocina y encuentro a mamá dándole de comer.

—Maama—mi hija extiende sus brazos hacia mi y yo río, cargándola mientras camino por la cocina comenzando a preparar mi desayuno.

—Mamá, tengo que ir a la oficina del abogado hoy—miro sobre mi hombro y ella asiente mientras yo le sonrío a Makayla—. ¿Puedes quedarte ella en lo que firmo los papeles? Alexa va a acompañarme.

Estuve pensándolo bien toda la noche. Quiero hacer esto. Quiero... dejar de aferrarme a una cuerda que es tirada con cada vez más fuerza dañando mis manos.

—Por supuesto—afirma cuando Loren entra a la cocina—. Vaya, bienvenida a la vida. ¿Qué tal tu paseo?

Saco las tostadas que unto con jalea de fresas y muerdo antes de acercarme a la mesa con mi desayuno en mano.

—Grecia es precioso—Loren besa mi mejilla y la frente de Makayla—. El viaje fue de lo mejor y... creo que me gusta esa universidad.

Loren tiene que comenzar a escoger universidades, así que se unió a un programa que le muestra las diversas opciones por el mundo que ofrecen lo que ella desea para que pueda tener de donde elegir.

—Me alegra escucharlo—siento a Makayla en mi regazo y le ofrezco el biberón que ella misma toma con sus manos y comienza a beber—. ¿Quieres vivir en el campus?

Yo me ofrecí a pagar sus estudios en el momento en que sus padres murieron. Es sobrina de mamá después de todo, es familia y ella es una buena chica.

—Si, me facilitaría las cosas—se levanta y busca las cosas para servirse un tazón de cereal—. Encontraré un trabajo de medio tiempo...

—Nada de eso—mamá niega—. Pagaremos lo que necesites. Enfócate en la universidad para que tengas un buen futuro.

—No quiero sentir que me aprovecho—ella respira profundo y toma una cucharada de cereal—. Les agradezco mucho esto pero ustedes tienen sus propias ocupaciones.

—No está en discusión, Loren—niego cuando ella se sienta de nuevo, sacando su celular cuando suena—. Céntrate en los estudios, tienes ese privilegio y deberías aprovecharlo.

—Oh, bueno, mierda—parpadea a la pantalla y sus ojos suben a mi—. ¿Has visto las redes sociales en las últimas cuatro horas?

Niego.

Anoche me sentía demasiado mal como para comenzar a revisar redes sociales. Bebimos demasiado y estoy segura que tanto las chicas como Patrick están igual que yo.

»Bueno, habían rumores de un rompimiento total de cualquier lazo entre Christopher y Gema—dice y mi pecho se oprime ante la mención de Christopher—. Ella anoche salió prácticamente deshecha llorando del departamento donde él se está quedando.

—Karma—me encojo de hombros—. Ya no me importa, voy a firmar los papeles del divorcio hoy. Christopher puede hacer lo que se le venga en gana, pero yo ya acabé con esta mierda. Voy a llevarlo a juicio de ser necesario.

—Pues lo que sea, nunca más tendrás que preocuparte por Gema—me muestra el artículo y frunzo el ceño cuando leo el título.

¡Última Hora!
Viceministra Lancaster destituida por órdenes del Ministro Morgan.

***

—Buenos días—estrecho la mano de mi abogado.

—Buenos días, toma asiento—me señala la silla y asiento—. Me sorprendió tu llamada. Después de la última cita, creí que ustedes intentarían arreglar su matrimonio.

—Larga historia—ruedo los ojos y él pone los papeles frente a mi—. ¿Son los mismos términos que acordamos?

Asiente.

—Nada ha sido cambiado, puedes revisarlo si gustas—me extiende un bolígrafo cuando el teléfono de la oficina comienza a sonar—. Discúlpame un momento. Puedes leerlo mientras atiendo esto.

Tomo los papeles y comienzo a ojear exactamente los mismos términos que fueron acordados para el día de la firma antes de que Christopher se explicara.

Con cada línea que paso, mi corazón duele más y más, pero es algo que necesito hacer. Necesito poner fin a esto cuanto antes.

Lo amo, con toda mi alma, pero duele como si me hubieran clavado una daga en el corazón y... ya luché. Ya le di la oportunidad y él simplemente me jodió en la primera oportunidad que tuvo.

Me pongo en sus zapatos, me hubiera dolido saber que estuvo con otra, pero jamás le hubiera reprochado pues estaba en su completo derecho. Entiendo el dolor, pero no entiendo su necesidad de herirme.

¿Cómo fue capaz de hacerlo?

Tomo el bolígrafo. «No hay vuelta atrás»

Christopher.
Un par de minutos antes.

—¿La destituiste?—me reprocha Alex mientras insisto de nuevo al número de Hailey.

Maldición.

No me contesta. No ha contestado ninguna de las llamadas que le he hecho desde que supe que llegó a Londres.

Me fui de Montana porque estaba furioso. Ya había jodido las cosas con Hailey en el momento en que me dejé llevar por la rabia del momento y no quería joderlo aún más.

Esperaba que el viaje me aclarara la cabeza. Y lo hizo.

Joder, el ardor en mi pecho por el hecho de que haya sido tocada, besada y probablemente follada por otro hombre aumenta cada vez más hasta que el dolor se vuelve sumamente insoportable.

Pero yo lo permití. Yo la dejé tres meses.

Me jode saber que mientras yo pensaba en ella y en nuestra hija otro hombre la besaba y tocaba. Me jode que ella haya podido seguir adelante tan fácilmente cuando a mi me generaba desprecio cualquiera que intentase acercarse a mi.

Pero no era a ella a quien le pesaba la conciencia. Porque con cada mujer que se acercaba yo solo pensaba en sus lágrimas.

Y con cada salida con ese hijo de puta ella seguramente también pensaba en lo mismo.

—Eso no es tu problema, el ministro aquí soy yo—lo aparto de mi camino con la intención de salir de aquí e ir al departamento de Hailey.

—¡Tus decisiones son estúpidas!—me grita—. ¡No puedes simplemente echar a tu viceministra como si nada!

—¡Puedo y lo hice, joder!—lo encaro—. ¡Me importa un quintal de mierda a quien le guste y quien no! ¡Lárgate y déjame en paz de una jodida vez que no necesito tus miserables consejos!

Puedo y lo hice. Porque voy a acabar con este maldito problema de raíz. Gema es la principal inseguridad de Hailey en nuestro matrimonio y yo me atreví a avivarlo.

Ahora yo mismo acabo con ello quitando a Gema de un cargo en el que mi mujer está obligada a verla. La mando al otro lado del mundo con un ascenso para que Hailey y yo podamos estar bien de nuevo.

Si es que eso es posible después de la mierda que solté.

Mi celular suena con una llamada y mi esperanza desaparece cuando veo el nombre de Patrick en la pantalla.

—¿Qué?—abro la puerta de mi oficina y me encamino fuera, ya harto de que ella rechace mis llamadas.

—Hermano... mierda—suspira—. No podré ir a la reunión prevista. Alexa y yo tenemos que... acompañar a Hailey.

Frunzo el ceño.

—¿Acompañarla a dónde?—cuestiono, sintiendo que la preocupación se planta en mi pecho.

Mierda, si algo le pasó a Hailey o a Makayla...

—Dame—escucho como Alexa le arrebata el celular a Patrick—. Vamos a acompañarla para estar con ella después de firmar el maldito divorcio como debió ser la primera vez que la jodiste, Christopher. Vete a la mierda.

Cuelga y toda mi sangre se hiela, cada músculo de mi cuerpo se tensa mientras las palabras de Alexa resuenan en mi cabeza.

Divorcio.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora