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—Joder, solo hazlo, Hailey—me digo a mi misma, sentada en la cama con el celular frente a mi.

Mi corazón late demasiado rápido, siento una presión en mi estómago y mis manos prácticamente tiemblan, lo que me obliga a entrelazar mis dedos y apretar mis manos con fuerza mientras tomo respiraciones profundas.

«¿Por qué estoy tan nerviosa? Es solo Christopher. Una llamada y ya»

No, no es solo una llamada. He estado todo el día pensando en qué debía hacer después de pasar la noche dando vueltas en la cama mientras pensaba en lo que debía hacer.

Tomé una decisión y debo hacérselo saber a Christopher. Iba a ir a su oficina pero no quería arriesgarme a que la prensa me viera entrar y comenzaran a sacar noticias falsas por todos lados.

Luego, pensé en esperar hasta la noche, pero he estado sintiéndome ansiosa todo el día y sé que la razón de ello es él. Decirle. Hablar con él y por fin soltar lo que he sentido sobre mis hombros durante tantos años.

En lugar de tomar el celular, tomo el control remoto del televisor y me propongo buscar algo para ver y distraerme.

Pero mis ojos siguen moviéndose hacia el celular mientras cambio de canales. Sigo pensando si debería hacerlo ahora o...

«A la mierda. Ahora»

Tomo mi celular, marcando el número que, para mi maldita desgracia, conozco de memoria antes de llevarlo a mi oreja, mordiendo el interior de mi mejilla con nerviosismo.

Suena una, dos y tres veces antes de que descuelgue.

—Hailey—me saluda Christopher y yo respiro profundo.

—Hola. —Miro mi mano, frotando mi dedo sobre la marca de mi anillo que aún no se ha terminado de ir. «¿Después de cinco malditos años? La vida me odia»

—¿Pasa algo?—pregunta y yo muerdo mi labio inferior, tomando el control remoto para seguir cambiando canales en busca de apaciguar mis nervios con algo. Lo que sea.

—Quería hablar contigo. —Termino dejándolo en el canal de noticias, bajando el volumen mientras la mujer habla sobre una reunión con algún presidente de no se qué—. ¿Mal momento?

—Mmm, no. —Lo oigo suspirar—. Estoy desocupado. Dime.

La imagen en el televisor cambia, y mis cejas se levantan cuando veo una toma aérea de la caravana de autos blindados y motocicletas.

"EN VIVO: El ministro Morgan se reúne con el presidente Stabler".

«Joder»

—¿Seguro que estás desocupado?—cuestiono.

Estar a punto de reunirte con quien encabeza y lidera un país no es exactamente estar desocupado. Todo lo contrario.

—Lo estoy, nena. —La afirmación de Christopher solo me hace negar, pero una pequeña sonrisa comienza a formarse en mis labios—. ¿Vas a decirme qué decidiste?

Quiero reír, porque estoy tan indignada; es decir, ¿cómo haces de lado tan fácilmente una reunión importante?

Pero al mismo tiempo, me causa una profunda satisfacción saber que este es mi Christopher. Es el Christopher que me gustaba antes de divorciarnos, el Christopher que volvió en estos cinco años en el que me he esforzado para no dejarme llevar por lo que la vuelta de su amor y madurez me genera.

—Mhm, si. Es la idea. —Suspiro—. Creo que... podríamos intentarlo. Ya sabes. —Respiro profundo, emitiendo un quejido cuando siento la vergüenza asentarse en mi estómago—. Por favor, no me hagas decirlo de nuevo. Solo... ven a casa cuando puedas.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora