Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!

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—¿Mamá?—contesto la llamada, limpiándome la nariz y aclarándome la garganta.

La línea se queda en silencio durante unos largos segundos. Puedo escuchar a mi madre respirar profundo del otro lado.

—¿Qué hizo?—cuestiona y yo cierro los ojos—. Habla con mamá, Hailey. Dime qué pasa. Desahógate.

No tardo en contarle a mi madre todo. Desde Nathan hasta la propuesta de viaje de Christopher y lo bien que la pasamos antes de la discusión de hoy. Le explico lo que pensaba decir Christopher y todo lo que solté, confesando que estoy en un momento donde no sé si hice lo correcto al dejarlo entrar de nuevo en mi vida.

—Mi pequeña niña—mamá inhala profundamente, y sé que está muy enojada en este momento—. Siempre supe que nadie te merecía. Nadie te merece.

Quizás Laila tenía razón. Quizás no debí darle una segunda oportunidad.

Pero yo fui terca, esperaba que volviera la relación en la que no podíamos quitarnos las manos de encima. Y volvimos... por solo un par de días.

—Intentó herirme, sé que ese era su propósito, mamá—miro la foto en mi regazo. «Nuestra boda»—. Pero no sé si puedo seguir soportando esto. No quiero hacerlo. No quiero... estar con un hombre que pone su orgullo por sobre todo, que intenta hacerme sentir mal por algo que tenía todo el derecho de hacer.

Conozco a Christopher. Sabía en lo que me metía cuando me casé con él. No esperaba que nuestro matrimonio no funcionara, no esperaba que él se pusiera incluso sobre mi cuando antes habría puesto mi vida sobre la de cualquier cosa o persona.

Yo no cometí ningún error. Puse todo de mi en esta relación, en entender a Christopher y hacer todo lo posible para que nuestro matrimonio siguiera funcionando incluso cuando sentía que me rompía por dentro.

—Y no tienes que aguantar nada, mi cielo—dice—. Sé que lo amas, sé que le diste la oportunidad, Hailey. Pero la verdad es que se lo has hecho fácil. Déjalo que obtenga tu perdón solo. Si es que después de hoy aún crees que quieres seguir con esto.

¿Quiero?

No lo sé.

***

—Señora, deberíamos volver a casa—insiste Ivan.

Christopher no volvió a casa.

Tomó el jet a Londres. No dijo nada, no hizo nada. Simplemente volvió a Londres dejándome completamente dolida y rota.

De nuevo.

—No—sigo caminando por las calles, necesitando aire fresco y disfrutando de la fría noche de Montana.

Estoy de nuevo en este punto. De nuevo necesitando que las calles desconocidas de algún lindo lugar para despejar mi cabeza e intentar que el dolor en mi pecho se desvanezca.

—Señora, por favor—Ivan me toma del brazo y yo me detengo—. Entiendo que duele, entiendo que necesita despejarse. Pero va a enfermar. Por favor, volvamos al rancho.

Hay frío. Supongo que el clima aquí es extraño. Pero estoy bien con ello, me agrada sentir el frío contra mi piel apagando mis sentidos.

—¿Todos lo escucharon?—los ojos se me llenan de lágrimas y él asiente—. Soy el hazme reír, ¿no?. Perdonando a un hombre que no merece ser perdonado, juzgada por mi vida amorosa...