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—¿Volviste con él?—es lo primero que me pregunta Nathan cuando abro la puerta y me encuentro cara a cara con él

Parpadeo y respiro profundo aferrándome a la manilla de la puerta.

—¿Estás borracho?—frunzo el ceño cuando me llega el olor a vodka y Nathan esboza una sonrisa inocente recostando su cabeza en el marco de la puerta

Miro detrás de él al servicio secreto, que se mantienen estoicos junto a mis hombres, pero todos ellos tienen los ojos fijos en Nathan.

»Dios—suspiro, acercándome para rodear el torso de  Nathan con mis brazos—. Vamos adentro, voy a prepararte un café.

—¿Qué?—parpadea—. Ah, tengo algo para ti...—se mira las manos y uno de los hombres se acerca con un ramo de gardenias—. Gracias—asiente en dirección a su hombre antes de extenderme las flores

—Son muy lindas, entremos—asiento en dirección a los hombres antes de cerrar la puerta tras nosotros—. ¿Qué haces aquí, Nathan? ¿Cuando llegaste?

—Me invitaron para la recaudación de fondos, creí que sería buena idea estar ahí como apoyo por todo lo que pasa con Christopher—ríe—. Y entonces ustedes se veían tan enamorados. Toda la noche se vieron como... si se amaran.

Dejo las flores en la mesa frente al sofá antes de dejarlo sentarse.

—Nunca dije que no lo amara—suspiro, agachándome frente a él—. Yo... iba a decírtelo hoy cuando supiera que estabas en casa. No sabía que habías viajado a aquí.

—Entonces si volvieron.

—No aún—muerdo el interior de mi mejilla—. Eres un hombre maravilloso, Nathan. Eres... lo que cualquier mujer querría.

—Cualquiera menos tú—sonríe con tristeza—. Tú lo prefieres a él. Prefieres su amor tóxico, el sufrimiento y las lágrimas que te causó.

¿Cómo niego algo que es cierto? Porque si. Incluso siendo tóxico, imbécil y todo lo que la gente quiera, yo amo a Christopher.

—Si—admito en un murmullo—. Y no es justo que esté contigo amándolo a él. No es justo ni para ti ni para mi. Mereces alguien que pueda amarte, Nathan, que ame tu dulzura y... la personificación de un maldito príncipe azul que eres—tomo sus manos y las aprieto suavemente

—Tú mereces algo mejor, Hailey—toma mi rostro entre sus manos—. Mereces mucho más de lo que él puede ofrecerte.

—Ese es el problema, Nate—aparto sus manos suavemente—. Él me ofrece el mundo, y cualquier otro que me ofrezca algo siempre será comparado con él. Tóxico, malo, lo que sea, yo lo amo y él me ama. Y no es justo que te haga esto, no es justo seguir contigo.

—Entonces se acabó—asume y asiento. Sonríe con tristeza—. Lo eliges a él.

—Me elijo a mi y a lo que me hace feliz—aclaro—. Perdóname por no poder darte lo que quieres, pero terminar es lo mejor.

—No te disculpes, de alguna forma lo entiendo, creo—se levanta y me apresuro a ayudarlo cuando se tambalea—. Entiendo que él no quiera dejarte ir, yo tampoco quiero; ¿pero qué puedo hacer cuando no me amas a mi?

—Esperar que llegue alguien para ti—beso su mejilla y él gira su rostro en mi dirección para verme directamente a los ojos

—Sigues y seguirás siendo la mujer más hermosa que he visto nunca—dice y trago grueso—. Eres maravillosa, Hailey.

—Tú también lo eres.

—¿Puedo... pedirte una última cosa?—pregunta y asiento—. Un beso. Por favor.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora