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Hailey Williams.
Londres, Inglaterra.

—¡Pero miren a esa cosita hermosa!—Simón casi corre hacia nosotras cuando entramos a la sala de la mansión Morgan

Makayla chilla en mis brazos y comienza a sacudirse emocionada al ver a su padrino.

Todos los ojos se fijan en nosotras y agradezco a dios que Alex haya tenido en consideración solo invitar a los más cercanos a la campaña de Christopher.

—Dame a mi sobrina, quiero cargarla—me pide Simón y ruedo los ojos antes de entregarle a mi hija, que mira a Simón fijamente como si estuviera considerando si le gusta o no estar en sus brazos—. Hola, cielo.

—Aparta—Patrick se acerca y me rodea con sus brazos—. Gracias a dios que estás aquí, ya no aguanto esta tortura.

—¿Cuál tortura?—frunzo el ceño y él mira sobre mi hombro, lo que me hace darme la vuelta para encontrarme con lo que he visto en todos lados desde que inició la campaña.

Christopher y Gema.

Me doy la vuelta y tomo a mi hija de los brazos de Simón para evitar malos ratos. Respiro profundo y me obligo a hacerle frente a la situación que nos llevó a esto principalmente.

Christopher y sus pocas ganas de poner a Gema en su lugar.

—Paapa—Makayla abre y cierra sus manitos en dirección a Christopher, quien de inmediato nos nota y se acerca dejando a Gema atrás

—Princesa—veo la sonrisa de mi pronto ex esposo por primera vez en meses. Besa la mejilla de nuestra hija y la toma en sus brazos antes de fijar sus ojos en mi.

Aprieto la mandíbula.

»Hailey—asiente.

—Christopher—mi voz es plana, pero cuando veo sobre su hombro una sonrisa reclama mis labios y lo rodeo para correr a los brazos del doctor que me levanta cuando choco contra su pecho rodeándolo con mis brazos—. Reece.

—Hola, hermosa—besa mi frente antes de apartarse y repasarme de pies a cabeza—. Mírate, cada vez que te veo estás mas hermosa y sexy.

—Cierra la puta boca—escucho una advertencia detrás de mi y Reece le lanza una sonrisa retadora antes de pasar su brazo por mis hombros

—Lo siento, no las saludé—me disculpo con las chicas y ellas se levantan a abrazarme y besar mi mejilla mientras Reece no se aparta de mi lado

—Te ves muy bien, ¿cómo estás?—me pregunta Alexa y le ofrezco una sonrisa

—De maravilla, Brasil es hermoso y a Makayla le encantan las playas—casi suspiro al recordar lo bien que me la pasé en Brasil.

Makayla ama las playas tanto como yo. Estar ahí fue... increíble para mi y mi hija. Todo es maravilloso, la comida, la gente, la cultura, las playas... iría una y mil veces.

—Pero claro que de maravilla si estás radiante—me dice Laila y río—. Quizás hasta conoció a algún brasileño delicioso, de esos que...

Rachel tose y señala con su cabeza hacia Christopher, pero Laila se encoge de hombros con indiferencia.

—Como sea, bienvenida—Rachel me da un corto abrazo—. Es bueno tenerte de vuelta. Y... extrañábamos mucho a esa pequeñita—extiende su mano hacia Makayla y acaricia su mejilla, pero ella recuesta su cabeza en el hombro de su padre y me mira fijamente

—Si, es bueno tenerla de vuelta—Alex entra a la sala junto a Sara—. ¿No es así, Christopher?

Frunzo el ceño cuando Christopher le lanza una mirada de muerte a su padre, quien me ofrece esa sonrisa cálida que me ha ofrecido en los diez años que me conoce.

—Si, es bueno—Gema me ofrece una sonrisa tensa y yo la miro con burla. «Es un buen intento de fingir amabilidad. Solo que nunca he creído en su historia de mosquita muerta»

—No lo dudo—la miro a los ojos y ella traga grueso retrocediendo un paso.

No se me ha olvidado que ella se metió entre Christopher y yo; y tampoco que Christopher se lo permitió.

No estoy aquí para ser participe de ningún jueguito que ellos tengan. Estoy aquí por mi hija y para que él firme el jodido divorcio.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora