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Una semana después...
Londres, Inglaterra.

—Hola. —La puerta del gimnasio se cierra tras Christopher y yo respiro profundo, dejando las pesas en el piso antes de darle mi atención.

—Hola. —Enarco una ceja ante la taza con café en su mano—. ¿Para mi?

—Si. Quería tomar café contigo antes de irme al trabajo. —Se sienta en el banco junto al mío y yo suspiro—. ¿Cómo estás?

Río, tomando un sorbo de mi café mientras mis ojos se dirigen a los suyos.

—¿Cómo estoy yo?—Niego—. ¿Cómo estás tú? Has estado bastante ocupado estos días y cuando vienes no hablas.

Esa era su rutina. Se levantaba, tomaba café e iba al trabajo para pasar todo el día en la oficina y llegar a casa tarde en la noche; ni siquiera iba a su casa, estaba utilizando la habitación de invitados en la mía.

—Solo estaba pensando. —Respira profundo—. ¿Qué te parece si viajamos?

—¿Viajar a dónde?—Enarco una ceja—. Tienes trabajo, Christopher, Makayla tiene escuela y yo también debo trabajar...

—Makayla puede cumplir su horario en línea y tú también, tu trabajo no requiere estar de forma presencial. —Traga grueso—. Vengan conmigo. Por favor.

Puedo ver en sus ojos que está un poco perdido. La muerte de Regina lo desconcertó incluso si ya sabíamos que pasaría.

—¿A dónde?—cuestiono.

—Dubai. —Me mira a los ojos y yo trago grueso.

Ahí me pidió matrimonio. Durante una cena en el edificio más alto de Dubai, pudiendo apreciar las hermosas estrellas y las hermosas luces de la ciudad, él me pidió que me casara con él y yo acepté.

—¿Qué vamos a hacer en Dubai?—pregunto en un murmullo y él se levanta de su lugar, dando un par de pasos hasta llegar hasta mi.

Parpadeo cuando lo veo agacharse y dejar su rostro a la altura del mío.

—Quiero que nuestra hija conozca nuestro lugar especial. —Levanta su mano para acariciar mi mejilla y yo suspiro—. Valdrá la pena, nena. Te lo prometo.

—¿Dejarás de guardar silencio?—pregunto.

Sé que está viviendo la pérdida a su manera. Makayla y yo hemos sido pacientes y lo hemos apoyado estando cerca cuando él también lo está, hablándole y, en el caso de mi hija, abrazándolo durante largos ratos hasta que alguno de los dos se queda dormido.

Pero necesito que hable. No estoy dispuesta a hacer un viaje en el que él solo va a estar en silencio. Respeto su pérdida, a mi también me duele, pero necesito que él hable conmigo.

—Si. —Él asiente, inclinándose para apoyar su frente en la mía—. Solo necesitaba un poco de tiempo, Hailey, pero ya estoy bien. Puedo seguir con el plan.

—¿Qué plan?—Río y él acaricia mis labios suavemente con su pulgar.

—Recuperar a mi esposa. —Roza nuestros labios y yo me quedo quieta en mi lugar, sintiendo que mi corazón comienza a latir con rapidez ante la íntima cercanía.

—¿Chris?—Deslizo mi mano por su hombro hasta su nuca.

—¿Si, nena?—Suspira.

—Dame un beso, por favor—pido, y no pasan ni dos segundos antes de que sus labios aterricen sobre los míos.

Gimo complacida cuando nuestras lenguas comienzan a acariciarse, llevándome a ese punto de placer y necesidad al que solo él puede llevarme. Haciendo que mi piel cosquillee y mi cuerpo exija más y más.

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⏰ Última actualización: 7 hours ago ⏰

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Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora