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Un mes después...

-Recuerda la cena por mi cumpleaños esta noche-le recuerdo a Christopher mientras me maquillo-. Será a las nueve.

-Lo sé-se acerca y besa mi mejilla-. Te daré tu regalo en casa.

Río.

-Seguro que si-me burlo, empujándolo suavemente-. Oye, ¿puedes pasar tú por el pastel? Los escoltas estarán ocupados conmigo hoy y tú puedes pasar después de la rueda de prensa.

-Lo haré-se para detrás de mi y posa sus manos en mi cintura, repasando con sus ojos mi vestido negro ajustado-. Te ves preciosa.

-Siempre lo hago-le guiño un ojo y él ríe negando antes de salir del vestidor, dejándome a solas. De nuevo.

Aunque sus salidas han reducido considerablemente desde lo de Makayla, sigue haciéndolo. Es parte de la campaña, lo entiendo, pero eso de Gema estando sobre él todo el tiempo como un chicle no me agrada.

Gema en general no me agrada. Puedo ver como intenta ser demasiado dulce con los Morgan, como intenta ganárselos a toda costa y como intenta endulzar a Christopher.

Sus sonrisas hacia mi son falsas, sé que no le caigo bien. Sobretodo porque estuve saliendo con Bratt hace años mientras a ella le gustaba.

Yo ni siquiera lo sabía, ella tampoco era ni jamás será mi amiga. ¿Por qué me habría importado? Y al final de todo nunca formalicé nada con él. No sé porqué sigue guardándome rencor.

De todas formas, no me interesa, pero si me interesa que se acerca mucho a Christopher y él nunca hace nada por apartarla.

"Te has ablandado desde que nació Makayla" las palabras de mi madre rondan mi cabeza. "No puedes ablandarte, Hailey. Tu carácter siempre ha sido fuerte. Date tu lugar, y si él no te respalda, déjalo. Te apoyamos"

Respiro profundo y niego. «Solo son unos pequeños tropiezos. Se solucionará cuando podamos prestarle nuestra completa atención a eso»

***

No llegó.

La fiesta acabó, Christopher no llegó y ahora estoy en la habitación de nuestra hija, dándole un beso de buenas noches mientras me obligo a contener las lágrimas que pican en mis ojos.

Quizás mi madre no estaba tan equivocada.

Escucho la puerta principal cerrarse, pasos subir las escaleras con cuidado y el corazón se me rompe en menos de un segundo.

Estoy tan cansada de entender. De ser comprensiva y no recibir ni una pizca del Christopher que conocí en la secundaria. Del Christopher que me coqueteaba, al que le encantaba presumir y que me enamoró siendo un idiota, pero uno del que era prioridad.

No voy a ser esas mujeres que soportan cosas una y otra vez. Yo doy dos oportunidades, no tres ni cuatro. Dos.

Salgo de la habitación de Makayla, cierro con cuidado y voy rápidamente a la nuestra, entrando al vestidor para sacar las maletas cuando un mensaje llega a mi celular.

No jodas.

Laila:
Oye, hoy escuchamos una discusión y sé que no es mi problema pero como amiga es mi deber decírtelo.

Laila:
Christopher y Gema se besaron. Ella le estaba reclamando por no ver lo que "tiene frente a sus ojos". Amenazó con decirte y Christopher la amenazó com hundirla. No creo que ellos sean nada, pero al parecer pasó hace semanas durante una gala y creo que deberías saberlo.

Mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón cae a mis pies.

No me lo dijo. Christopher jodidamente no me habló sobre ello. ¿Por qué lo haría? ¿Quién querría perder a la idiota que sigue esperándolo en casa a la espera de recibir algo de su amor de nuevo?

Si antes habían dudas, ya no.

Tomo mi ropa. Tomo todo lo que puedo y la saco de los ganchos dónde están colgadas para lanzarlas rápidamente dentro de las maletas.

-¿Qué diablos haces?-cuestiona Christopher y me volteo para verlo

Tiene un ramo de rosas en sus manos. Un. Ramo. De. Rosas.

No me gustan las rosas.

Eso solo aviva más el dolor, me hace quejarme y sujetarme de la madera del armario para no caer de rodillas.

Años. Cinco malditos años casados y ni siquiera recuerda cuales flores me gustan. ¿Cuando pasó esto? ¿Cuando nos convertimos en extraños viviendo bajo el mismo techo?

-Me voy-le hago saber y se tensa. Pero no dice nada, solo me mira como si no pudiera creer lo que ve.

»Estoy cansada, Christopher-no puedo evitar que las lágrimas corran, eso lo hace fruncir el ceño-. Galas, fiestas, todo tipo de cosas a las que no te acompaño por elegir cuidar de nuestra hija y... eso está bien. Pero sigues poniendo todo en un lugar sobre nosotras y no lo voy a permitir. No voy a permitir que le rompas el corazón a mi hija como haces con el mío. Me niego.

»He estado esperando que mi esposo vuelva, que el Christopher al que amo vuelva-niego-. Cuan ilusa fui. Supongo que fue la juventud lo que me hizo ser ciega a ti, porque nunca creí que serías tú, de todos los hombres, que rompiera mi corazón como lo hizo mi padre.

Eso lo hace apretar sus manos en puños.

Que bueno que al menos recuerde a mi padre y el hecho de que nos abandonó por una amante. Que nos dejó y no miró atrás ni una sola vez.

»Te besaste a Gema-reclamo y sus ojos de inmediato van a los míos-. ¡Te la besaste, joder!-llego hasta él en un segundo y le volteo el rostro de una bofetada

Vuelve a mirarme. Está enojado, hay un enojo muy brillante en sus ojos, pero sé que no va a tocarme. Por muy imbécil que sea, ese no es Christopher.

»En el momento en que dejaste que tu trabajo ocupara nuestro lugar me perdiste-le hago saber, mirándolo directamente a los ojos-. Me voy, me llevo a mi hija. Y que dios te salve si intentas alegar o amenazarme porque juro que llevaré esta mierda a su punto máximo y sabrán lo que pasó el día del hospital.

Él sigue ahí. No dice malditamente nada y eso duele más que cualquier otra cosa que haya hecho desde que empezó la campaña.

Porque no hace nada. No me dice que me ama, que soy la única, que todo está en mi cabeza o que se arrepiente. No dice absolutamente nada.

Y eso entierra mi corazón.

-Si te vas, estás muerta para mi-murmura y mis cejas se levantan con sorpresa

-Pues bien, lo he estado desde hace ya un tiempo y tu hija también.

Recovering love [Christopher Morgan] ¡Pausada!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora