22 NOCHES

Capítulo 10: Noche 6.

22:06 PM.

La sexta noche de mis trasnochos fue irregularmente subjetiva para interpretar lo que se manifestaba en sentimientos y pensamientos, mis emociones se hacían sólidas en cada noche. Mi felicidad no era más que euforia, pero, nunca había estado tan confundido como en las primeras noches de mi desconcierto amoroso, sentía que algo me estaba cambiando. Ya no estaba tan amargado, tempestuoso, descontento y apesadumbrado como solía, ahora sonreía, agradecía y aprendía de lo que vivía. Era una energía que me regresaba la inocente y virtuosa esperanza de volver a confiar en alguien, y de intentar lo imposible sin miedo a perder. No existe una ilusión más bonita que la que sentimos cuando empezamos a conocer a alguien.

Tenía miedo de enamorarme, pero ya comenzaba a sentir algo más fuerte, el amor que sentía por él era tan venenoso que me hacía mudar de piel como una serpiente. Me transmutaba en alguien que no conocía, y trascendía en lo que sentía para ser el reflejo de lo que me hundía. Hablábamos como adultos y jugábamos como niños, pero me sentía como un adolescente confundido al recordar la belleza que irradiaba, no sólo con su físico sino con la forma en la que me trataba.

Eran las 2:00 AM y tenía aquella estúpida sonrisa que solo él podía sacarme con existir, desconocía el conformismo y la miseria que me ceñía, recibiendo poco y dando todo a un hombre que probablemente pensaba en alguien más antes de dormir. Con la mirada perdida en el profundo cansancio de mis terrores, apagué la luz de la habitación y me acurruqué en mi cobija. Muchas cosas pasaban por mi mente, pensaba en el pasado y en el futuro como si eso fuese a darme un buen presente, mi frustración se mantenía ausente, pero la incertidumbre estaba vigente.

Eras el dueño de mis noches y yo el esclavo de tus días, intentaba alcanzar la cima pero tú siempre venía detrás de mí para abatirla, me tumbabas contigo y me aferraba a ti creyendo que me salvarías, pero solo te ibas mientras caía.