El viernes por la mañana tenía clase de la asignatura que más odiaba, salud comunitaria. Esa era una de las razones por las que sentía que perdía mi tiempo y las esperanzas de ser médico. Es irónico. De las seis asignaturas que veía en el segundo año, sólo una trataba de lo que realmente era la carrera desde el punto de vista científico; las otras cinco solo eran parte del chavismo, no podía esperar más de una universidad chavista. Después de todo, eso no me importaba mucho, pues, mientras viera a Antonio todos los días no tenía problemas con ver las clases más inútiles y ridículas del mundo.
Legué al salón de clases y a la primera persona que vi fue a Antonio, estaba esperándome en la mesa más sola y distante del aula. Mientras me acercaba a él parecía que el tiempo se detenía para los dos, era una escena en cámara lenta. Se veía hermosísimo con su impecable bata blanca y su cabello despeinado.
- ¡Buenos días! –Dije estúpidamente–. ¿Cómo estás?
Coloqué mi mochila en la mesa y me senté a su lado. Antonio estaba nervioso.
- Oh, hola, Michael –balbució, frotándose las manos–. Buenos días.
Me puse la bata y la abotoné lentamente. Antonio estaba mirándome sin aliento, parecía un muñeco de cera.
- ¿Cómo estás? –Volví a preguntarle.
- Perdón, jajajaja –se reincorporó con la voz entumecida–. Yo bien, ¿Y tú?
Le arrojé una mirada extraña y sonreí con rareza, iba a responderle cuando inesperadamente llegaron mis dos amigas, Nairobis y Mónica.
- ¡Michael! –Gritó Mónica con alerta, su mirada irradiaba susto y desespero–. ¿Estudiaste para la exposición de hoy?
Ladeé la mirada hacia Antonio y luego la direccioné en las chicas.
- ¿Cuál exposición? –Repliqué dramáticamente–. ¿De qué me hablas?
- ¡Michael, olvidamos que hoy era nuestra exposición! –Vociferó Nairobis despavorida–. Recuerda que éramos un grupo de tres, Mónica, tú y yo. ¡Estamos jodidos!
Mónica empezó a reírse psicóticamente. Nairobis estaba llorando y riendo a la vez.
- ¡NO! –Exclamé con la voz trémula–. No, no puede ser No entiendo. ¿De cuándo es esa exposición?
- La mandaron hace más de un mes –expuso Mónica, cubriéndose la cara con las manos–. Somos el primer grupo en presentar el día de hoy.
- ¡Ay, maldita sea! ¡JAJAJAJAJAJA! –Empecé a carcajearme nerviosamente–. ¿Y ahora qué?
- Mónica y yo acabamos de hacer una lámina muy humilde para presentarla hoy –añadió Nairobis, enseñando un pedazo de papel sucio, húmedo, arrugado y malhecho.
Al mirar la lámina hice un gesto de terror y preocupación que les dio risa. Antonio empezó a reírse disimuladamente.
- Satán, protégenos –balbucí horrorizado–. Hoy será el fin de los tiempos.
- No está tan mal –mintió Antonio, conteniendo la risa con los labios fruncidos–. No creo que les importe mucho una asignatura de chavismo y política... ¿O sí? Solo presenten esa mierda así tal cual, los chavistas son conformistas.
- ¡Claro que sí importa! –Increpó Mónica, alterada–. Es una evaluación final, el valor de esta calificación es muy alta. En caso de reprobar podemos repetir el año completo.
- Pues, no será tan importante que la olvidamos –satirizó Nairobis–. ¿Y ahora qué?
Momento de silencio, estábamos pensando con miradas burlonas de preocupación y hastío.
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22 NOCHES
Roman pour AdolescentsMichael Dantés, regresa a la literatura con uno de sus libros más traumáticos y reveladores. "22 Noches", una obra autobiográfica escrita en la soledad del insomnio, el desamor y la depresión, narra la travesía del autor al enfrentar sus miedos desd...