22:17 PM.
Ya se estaba haciendo tarde y debía regresar a mi casa, el momento de hablar con Amanda llegó. Ella estaba sentada en el comedor de la cocina preparando la cena, la vi tranquila y supe que debía hacerlo, no quería hacerla sentir mal ni arruinarle su noche de cumpleaños, pero necesitaba hablarle porque quería que lo solucionáramos como los mejores amigos que éramos.
- Amanda –dije indulgentemente, acercándome a ella–, ¿Podemos hablar de algo?
Amanda me miró, confundida. Tenía interés en lo que quería hablarle.
- ¿De qué?
- No quiero que lo tomes a mal, solo tómalo como algo que tu mejor amigo te está diciendo porque necesita hacerlo.
- Pero, dígame, ¿Qué pasó?
Hice una pausa incómoda.
- Además de la razón por la cual no quiero quedarme esta noche, es el motivo del por qué me he sentido vulnerable todo el día. Amanda –suspiré, era muy difícil decirlo–, todo el día has actuado como sí te molestara mi presencia, es lo que veo y lo que siento... Todo lo que digo o lo que hago te molesta, esto se he hecho frustrante para mí porque mi intención aquí no es molestarte sino acompañarte.
Amanda se quedó callada por unos segundos y empezó a negar con la cabeza.
- No –respondió fríamente, entrando en cólera–, eso no, estás mintiendo. ¡Eso es una gran estupidez!
- No te lo dije para que te alteraras –añadí–, solo quería decírtelo porque se supone que eres mi mejor amiga.
- ¡No seas ridículo, Michael! –Refunfuñó, alzando la voz–. Es la idiotez más grande que me han dicho.
Todos en la casa escucharon los gritos de Amanda, Valentina fue la primera en acercarse.
- ¿Pasó algo? –Preguntó Valentina, preocupada.
Observé a Valentina con vergüenza, se supone que era algo entre Amanda y yo.
- ¡Sí, sí está pasando algo! –Gritó Amanda, señalándome coléricamente–. Él es quien está comportándose como un maldito ridículo, todo el día ha estado actuando tan patético que me molesta con tan solo mirarlo.
Escuchar a Amanda expresándose así sobre mí no solo en mi cara, sino delante de Valentina fue decepcionante. El impacto me arrebató las palabras.
- ¿Por qué levantas la voz? –Pregunté inalterablemente–. No entiendo por qué la necesidad de insultarme y gritarme como si yo fuera tu esclavo. Sólo te dije algo personalmente y no imaginé que harías todo este escándalo.
De pronto, alguien salió de unas de las habitaciones. Era Abigail, la prima de Amanda, tenía una contextura corpulenta, piel blanca y cabello negro.
- ¿Qué está pasando aquí? –Preguntó con vacilación–. ¿Por qué el escándalo?
Mis ojos brillaban de decepción, agaché la cara y apreté mis puños. Quería salir corriendo.
- ¡Él! –Amanda volvió a señalarme–. Es un maldito ridículo, ¿Cómo puede decirme que me molesta lo que él está haciendo o diciendo? ¡DIOS!
Amanda hablaba con una voz burlona mientras parpadeaba rápidamente.
- Ya, chicos, cálmense –decía Valentina, intentando calmar a Amanda, yo me mantenía apacible e indiferente mientras me moría por dentro–. Ya paren de pelear, estamos aquí para pasarla bien.
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22 NOCHES
Teen FictionMichael Dantés, regresa a la literatura con uno de sus libros más traumáticos y reveladores. "22 Noches", una obra autobiográfica escrita en la soledad del insomnio, el desamor y la depresión, narra la travesía del autor al enfrentar sus miedos desd...