22:18 PM.
La situación del día anterior me afectó en cantidad, todavía me sentía humillado y herido por lo que pasó con Amanda, la decepción se apoderó de mi titubeante realidad. Perdí todos los motivos de volver a confiar en alguien, la soledad de mi alma me hacía vagar por el llanto de mi perdición. También habían pasado días sin saber de Antonio, lo extrañaba y me preguntaba qué había hecho mal para que me ignorase por completo, solíamos hablar las veinticuatro horas del día y prácticamente estaba acostumbrándome a él. Lo veía en línea y sabía que su prioridad era alguien más, probablemente tenía a otra persona más interesante que yo, extrañaba recibir sus mensajes de buenas noches cuando me encontraba durmiendo.
De pronto, pensé en algo estúpido que sacrificaría lo poco de dignidad que me quedaba, sé que no era una idea pero necesitaba estar tranquilo conmigo. Marqué el número de Antonio y comencé a llamarlo, el miedo me estaba haciendo temblar, fue una noche en la que estaba muy emocional.
- ¿Hola? –Contestó Antonio.
Sabía que había metido la pata al cometer la estupidez de llamarlo, mis impulsos eran más fuertes que mi cordura.
- Oh, hola... –Hice una pausa, dejando sonar mi respiración–. ¿Cómo estás?
- Bien, Michael. ¿Tú cómo estás?
Segundos de silencio.
- Me contenta mucho que estés bien –proseguí, tenía muchos nervios–. Yo... Yo estoy bien.
- ¿De verdad estás bien, Michael?
- ¡Sí! –Respondí con seguridad y después me contradije–.No, disculpa, para ser honesto no me siento bien.
Estaba actuando sin pensar, tuve la necesidad de confesarle lo que sentía.
- ¿Quieres que lo hablemos ahora o nos vemos en algún lugar? –Preguntó Antonio, sonando preocupado–. Aquí estoy para ti, dime lo que quieras y yo te escucho.
Inesperadamente, apareció mi ansiedad manifestándose con la necesidad de llorar. Mi voz se estremeció y mi respiración se aceleró, por primera vez Antonio me escuchaba llorar.
- Últimamente han estado sucediendo muchas cosas en mi vida –confesé entre lágrimas de aflicción. Sostenía el teléfono temblorosamente–, siento que, he estado callando por muchas noches y ya no quiero seguir viviendo en una mentira... Me siento muy presionado con lo que pienso y lo que siento, no creo que pueda seguir con esto.
- Michael, pero, ¿Qué es lo que te presiona exactamente? –Preguntó mientras hablaba con afecto y cariño–. Puedes hablarme lo que quieras, aquí estoy para ti.
Su voz me daba seguridad y tranquilidad, pero no podía parar de llorar.
- Antonio, quiero decirte algo...
- ¿Dime? –Habló interrogativamente.
- Tú me...
Mi voz se cortó.
- ¿Puedes escucharme? –Arrojó intranquilo, había mucha interferencia por la mala señal de mi casa.
Estuve a punto de decirle que me gustaba, fue como sí algo místico lo hubiera impedido.
- Tú me pareces una gran persona –completé la frase mentirosamente–, y agradezco tu apoyo como no tienes idea.
- ¿Seguro que no querías decirme algo más?
- No –respondí velozmente, soné bastante torpe, nervioso y distraído–, es la presión que tengo por el millón de cosas que tengo que hacer todos los días, ya no me gusta esta rutina...
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22 NOCHES
Teen FictionMichael Dantés, regresa a la literatura con uno de sus libros más traumáticos y reveladores. "22 Noches", una obra autobiográfica escrita en la soledad del insomnio, el desamor y la depresión, narra la travesía del autor al enfrentar sus miedos desd...