Noche 14.
22:14 PM.
Una noche más para mí calamidad, otro día menos para mi existencia. Fue un domingo solitario y ambiguo como cualquier otro día, por cada hora trascurrida me preguntaba cómo es que había perdido mi dignidad entregando mi corazón a alguien cuyo corazón latía por otro más, yo sólo quería comer mi corazón para escupirlo y liberarme de él con toda la sangre que me quedaba por derramar, era imposible hacer que todo fuera tan fácil y dejarlo ir sabiendo que lo único que quería era tenerlo cerca. « ¿Qué soy para ti?» Pensaba en mi cama paralizado por la inseguridad que me hacías sentir, pensaba cómo era posible que lo nuestro era una típica relación de amigos cuando sabías perfectamente que había algo que de seguro no querías aceptar, ya no podía seguir haciéndome el loco con que yo era el único que sentía esas cosas, fingiendo que no veía lo que sucedía. Supongo que eso era lo que a ti te gustaba, seguir jugando con una venda en los ojos, corriendo a ciegas en un maratón sin importar cuantas veces podrías decaer a mi lado.
Estaba entre la vigilia y el sueño, no sabía sí estaba despierto o dormido, escuchaba mis pensamientos y parecía que alguien estuviera ahí hablando todo lo que pensaba. Comencé a sentir un hormigueo que recorría todo mi cuerpo en plena rigidez, un zumbido inquietante apareció de repente y mi cuerpo empezó a elevarse con una vibración celestial, la alcoba se llenó de humo y sentí una paz interior cuando el silencio se apoderó de mí ser. Era la fantasía y la realidad de un sueño perfecto, había salido de mi cuerpo y estaba levitando en el aire con la invasión de la duda y la tranquilidad.
«Ahora estoy fuera del cuerpo» dije repetidamente, la levitación cesó y bajé lentamente hasta quedar de pie sobre el suelo, todavía podía verme a mí mismo durmiendo en la cama. Miré la puerta de la habitación mientras se abría lentamente haciendo un chirrido, me dirigí hacia ella con una extraña neblina cubriendo mis pies y salí al pasillo, estaba consciente de que estaba soñando. El reloj de la casa estaba volteado hacia abajo y las agujas giraban en sentido contrario, le quité la mirada y continué hacia la salida de la casa. Mis gatos Salem y Percy me miraron y comenzaron a gruñir, no me reconocían, sentía que ellos estaban en una realidad muy diferente a la mía.
De pronto, el inquietante siseo de una serpiente retumbó en el silencio con un relámpago infernal; con los ojos muy abiertos miré a mí alrededor soltando un suspiro escalofriante, di una pequeña vuelta hacia atrás y vi que mis gatos se habían convertido en dos horripilantes cobras, siseaban furiosas con aquellos ojos negros que proyectaban una mirada intimidante, me eché hacia atrás rápidamente y esquivé el veneno espeso que lanzaban hacia todos lados con ímpetu, aquella misteriosa y pestífera sustancia quemaba todo lo que tocaba. Me dirigí hacia la puerta de salida y corrí sintiendo un peso por todo mi cuerpo, al salir de la casa mi noche se convirtió en un colorido día, fue tan mágico que el cielo parecía una pintoresca obra de arte, la Luna seguía brillando con las estrellas ante la luz del día, el Sol se veía perfecto entre las nubes blancas y rosas que lo ocultaban.
¡Lisandro estaba ahí afuera! Fue fascinante y sorprendente ver a mi mejor amigo, salté de la alegría y corrí hacia él para abrazarlo; tenía su gorra rosa y una chaqueta jean bastante elegante, detrás de Lisandro apareció un carruaje negro con dos bellísimos caballos que tenían el pelaje rosado, me sentía como si fuera parte de la realeza y solo tenía puesta mi vieja pijama. Nos subimos en el asiento trasero de la carroza y repentinamente apareció una anciana en el puesto del chofer, una mujer rubia con una piel impecable y un moño alto que perfeccionaba las facciones de su rostro, su sonrisa irradiaba tranquilidad y armonía en aquel hermoso lugar, la anciana tenía un vestido blanco con un collar de diamantes que colgaba de su cuello.
Los caballos corrían muy rápido, arrastrando el carruaje sobre el pavimento del pueblo en el que estábamos. Por arte de magia el entorno se convirtió en un pintoresco lugar de montañas y árboles altísimos. El sonido de las cascadas más altas me hacía sentir como en casa, me sentía aliviado y por primera vez mi mente estaba en silencio.
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22 NOCHES
Teen FictionMichael Dantés, regresa a la literatura con uno de sus libros más traumáticos y reveladores. "22 Noches", una obra autobiográfica escrita en la soledad del insomnio, el desamor y la depresión, narra la travesía del autor al enfrentar sus miedos desd...