Los días transcurrían y me acercaba más a la fecha final, nunca había manifestado tantos sentimientos encontrados como en aquellos días de duelo e incertidumbre. El miedo que tenía solo podía hablarlo con mi psicóloga y mi madre, simplemente quería abrazar a mi hermanita y nunca soltarla.
Me dolía ver cómo mis únicos amigos se alejaban en los últimos días de mi vieja vida, unos desaparecían y otros se convertían en desconocidos, lo peor fue cuando lo más cercanos demostraron su menor interés por el viaje de mis sueños. Pensaba y sobrepensaba lo difícil que sería alejarme de mi madre y mi hermana, pasaba mis noches abrazando la almohada mientras sollozaba en silencio. Necesitaba a alguien que no se fuera de mi lado, Observaba a mis mascotas con los ojos llenos de lágrimas, después de tanto no me imaginaba despidiéndome de mis gatos y mi perrita. Abrazaba a Fatty con el llanto de mi memoria, recordando cuando la vi nacer, pensando en las veces que rescataba a los gatitos de la calle para llevarlos a casa y sentirme acompañado.
Muchas cosas pasaban por mi mente, desde lo mejor hasta lo peor. Me sentía confundido y perdido, no sabía sí en verdad había elegido el camino correcto, a veces me preguntaba qué había hecho con mi vida o en qué me había metido, parecía que estuviera en problemas serios. Recordaba la razón por la cual tomé esa vía, pero siempre colisionaba con cualquier pared cuando miraba al pasado. Mi felicidad era tortuosa.
Los altos niveles de estrés me hicieron enfermarme en la semana de mi cumpleaños, fue uno de los cumpleaños más tristes que tuve, pasé todo el día en un hospital. Aunque tenía el apoyo de mi psicóloga, estaba muy nervioso por el viaje, presenté un cuadro severo de ansiedad, estrés y diversos ataques de pánico; lo suficiente como para debilitar mi sistema inmunológico, estuve a punto de una bacteriemia, esto gracias a la invasión de una bacteria muy resistente que se alojó en mi boca, generando una infección que ocasionó la inflamación dolorosa de la lengua y las mucosas bucales. Mi bella madre siempre estuvo a mi lado, encargándose de los medicamentos que eran necesarios para tratar la infección.
Por cada día vivido la nostalgia me sometía, a dos semanas antes de mi vuelo mi vida entró en una etapa crítica de pánico y sentimientos encontrados, sabía que estaba en los días de una vida pasada que pronto llegaría su fin, en un futuro no muy lejano me convertiría en alguien nuevo después de que mi antiguo yo muriera. La relación que tenía con mi mamá y mi hermana se hizo más fuerte, me dolía imaginar que pasaría un largo tiempo sin verlas, durante las noches no dormía por la tristeza que precedía del gran cambio. De madrugada despertaba a mi mamá para abrazarla y llorar en sus brazos, estaba acostumbrado a ver mi viaje con una fecha muy lejana hasta que los días llegaron sin previo aviso.
Mi mamá me daba todo el apoyo que necesitaba, mientras más tiempo pasaba a su lado quería detener el reloj para ignorar la tensión de que la despedida se acercaba. Nunca creí que sería un evento tan traumático y angustiante como lo vivía, por más hermoso que era el lugar donde llegaría no podía controlar el duelo que estaba enfrentando en los últimos días. Me entregué espiritualmente a Dios, la debilidad me empujó a buscar la fe que perdí en los años pasados, místicamente sentía protección y tranquilidad al orar.
Mi hermana no decía mucho, pero sentía su silencio. La conocía y percibía que no quería exponer sus sentimientos, prefería guardárselos para ella y llorar a escondidas para no demostrar su nostalgia. Vivi me preocupaba demasiado, justo el día de mi vuelo tendría el examen de reparación de las asignaturas que reprobó en el último año. No estábamos en un buen momento para pensar moderadamente con cordura, parecía que estábamos viviendo una pesadilla de la que no podíamos despertar; pero, mirándolo desde otro punto de vista mi salida era el primero paso, para luego irme, estabilizarme y posteriormente llevármelas a Francia. De lo contrario, seguiríamos viviendo los maltratos y la violencia de mi padre, quien no sabía absolutamente nada de mi viaje.
Sé que hoy no puedo verlo de la forma en la quiero verlo, quizá la añoranza me hace olvidar los sueños que cumpliré en París, pero antes que nada, reconozco lo afortunado que soy y le agradezco a la vida por haberme permitido llegado hasta donde estoy ahora. Todo ha sido un aprendizaje desde lo mejor hasta lo peor, las sonrisas, los llantos, los recuerdos y las veces en las que confronté mis miedos, sobre todo, las personas que formaron parte del camino que inicié en Venezuela.
No negaré que el miedo paraliza mis manos para no escribir lo que siento, he preferido sobrepensar que relatar lo que pienso por temor a leerlo. A veces me considero un fracasado por no culminar mis carreras, pero eso no tiene por qué limitarme, porque soy joven y no me rendiré hasta ver mis libros en las librerías más grandes del mundo, sé que la vida volverá a sonreírme con oportunidades inimaginables.
Hoy con 23 años quiero decirle unas palabras al Michael que seré en unos meses o años, ahora mismo estoy escribiendo esto en casa con mamá y Vivi, nunca olvides la protección y la felicidad que tienes al estar con ellas en cada segundo. Es algo que no encontrarás en otra persona que conozcas de ahora en adelante, aunque sepas que los seres humanos somos pequeños planetas diferentes uno del otro, jamás olvides lo especial y perfecto que te sentías cuando esas personitas te adentraban en sus mundos. La mirada y la atención de tu mami, los abrazos, su olor, la forma en la que te daba todo su amor cuando a veces lloraba en silencio, cuando te enfermabas y era la única en estar para ti porque todos se iban, esa es la mujer que recordarás cada día hasta que la vuelvas a ver. Seguirás soñando con ella en la distancia, recordando la conexión que tenías con tu hermana, cuando siempre se protegían uno al otro sin importar qué, cuando hablaban en lenguajes personalizados que solo ustedes podían entender, así entre muchos recuerdos que harán latir tu corazón cuando estés en aquel avión que te llevará al otro lado del mundo.
ESTÁS LEYENDO
22 NOCHES
Novela JuvenilMichael Dantés, regresa a la literatura con uno de sus libros más traumáticos y reveladores. "22 Noches", una obra autobiográfica escrita en la soledad del insomnio, el desamor y la depresión, narra la travesía del autor al enfrentar sus miedos desd...