Capítulo 51: El corazón de un libro.

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Semanas después.

22 de diciembre del 2022.

Mi vida retomó el sentido cuando salí de vacaciones, terminé el segundo año de medicina y aprobé el último semestre de ingeniería, encontré un empleo y me mantuve ocupado por varias semanas, se sentía bien estar lejos de la toxicidad de mi hogar y de la universidad. El esperado lanzamiento de mi audiolibro fue todo un éxito, muchísimas personas lo escucharon en la noche del estreno, la emoción de leer comentarios positivos me lleno de orgullo y felicidad, después de tanto esfuerzo hubo una gran receptividad con mi audiolibro.

La vigesimosegunda noche del año salí para verme con Mónica en el centro de la ciudad, me vestí con un traje negro de pedrería, estaba listo para salir a brillar y darme a conocer ante nuevas personas. Nunca había visto las calles tan iluminadas como en esa noche, los adornos y las luces navideñas hacían que mi ciudad se viera como una versión tercermundista de Nueva York. Había gente refinada y bien vestida caminando por la avenida, desconocía a las personas que veía porque nunca las había visto en mi vida.

Mónica lucía irreconocible cuando la miré, estaba afuera del centro comercial vistiendo un precioso bodysuit dorado de joyería y lentejuelas, se veía alta y poderosa con sus brillantes y lujosos botines de pedrería. Tenía el cabello suelto y un maquillaje perfecto para su atuendo, parecía una Barbie.

- ¡Hola, Michael! –Saludó con una sonrisa.

Abracé a Mónica y la observé de arriba abajo con orgullo.

- ¡Te ves radiante! –Aclamé deslumbrado.

Tomé su mano y le di una vuelta. Posteriormente, Mónica sujetó la mía y me hizo girar con admiración.

- ¡Somos una obra de arte! –Exclamó Mónica, maravillada–, por cierto... Tengo algo que hice para ti, es un detalle sencillo y especial que representa todo lo que vivimos en este año tan hostil.

- ¿Me vas a pedir matrimonio? –Le pregunté, riéndome de la intriga.

Mónica estiró su mano y reveló un lindo brazalete elaborado con diamantina azul. Tendí mi mano alegremente y permití que Mónica me lo pusiera. El brillo del amuleto relucía en mis ojos, observé a Mónica con regocijo y sonreí sintiéndome contento, honrado y encantado.

- Mi 2022 no habría sido igual si no me hubieras acompañado en cada punto de inflexión –dijo Mónica, nostálgica y emotiva. El sentimiento hablaba por sí mismo–, gracias por no dejarme sola y por siempre confiar en mí... Y no sé por cuanto tiempo estés en mi vida, pero mientras estés quiere que sepas algo, ¡Jamás te dejaré solo! –Gritó, riendo entre lágrimas de alegría y superación–. ¿Okey? Sí estás pasando por algo cuéntamelo y lloramos juntos, no puedo permitir que sufras solo cuando hemos sobrevivido a tantos batallas. Eres un amigo extraordinario y estoy muy orgullosa de ti, he aprendido mucho de ti y quiero seguir haciéndolo, más que mi amigo eres mi maestro.

- ¡Te amo! –Exclamé, lanzándome a ella con un caluroso abrazo–. Wow, tengo tanto por decir y no sé cómo expresarlo. Éste brazalete representa las 22 noches en las que me acompañaste, sin contar todos los días que faltan por vivir juntos. Mónica, nunca consideré alejarme de ti ni dejarte por alguien que obviamente no lo merecía. Significas mucho para mí y sé que esto no será pasajero, ¿Sabes qué es lo más bello de mis recuerdos? Cuando yo sufría, tú sufrías, cuando tú sufrías, yo sufría... Eres lo mejor que llegado a mi vida en los últimos años y no pienso dejarte ir tan fácilmente, te prometo que continuaremos creciendo y cayendo juntos, pero sobre todo... ¡Triunfando!

- Vagaría en el desierto por 22 noches para mostrarte lo mucho que te amo y que te admiro –añadió Mónica, brillando con las joyería de su indumentaria–. Nuestra noche apenas comienza, ¡Soñémosla!

22 NOCHESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora