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El elegante multimillonario Won Park, se encuentra de pie al lado de Jeon Jungkook, el nuevo boxeador revelación en la industria del mundo del boxeo y la élite.

Cada uno toma su turno para posar solo y luego se reúnen para saludar a un par de personas que los saludan.

—Por favor, fotografíate con mi hijo —le pide uno de sus fans.

Jeon de inmediato ve a su padrino, Won asiente y los dos guardaespaldas se acercan a la barricada.

—Oye, no empujes —reprende uno de los matones a un joven.

Jungkook coge al niño de aproximadamente dos años en brazos, lo acomoda como puede y cuando cree que está listo sonríe hacia el frente. El hombre llama la atención de su hijo el cual después de cinco intentos por fin sonrió y miró en la dirección correcta.

—Muchas gracias, Jeon —le agradece el hombre, mientras recibe a su hijo.

—Nos vemos —se despide el pelinegro.

Jungkook agita sus manos en el aire y luego es escoltado junto a su padrino hasta dentro de las instalaciones.

—¿Nervioso? —lo cuestiona Park.

—Solo un poco —responde Jeon, mientras ve hacia todos lados.

—Vas a acostumbrarte con el tiempo —menciona Won.

—¿Sí? Yo creo que no —parlotea el pelinegro mientras divisa a Amber caminando hacia ellos.

—Hola chicos —los saluda a ambos la rubia.

Su jefe la observa de pies a cabeza, luce bellísima, el rojo del vestido se le ve perfecto. Cuando termina de contemplarla se da cuenta que solo está ella.

—¿Dónde está, Jimin? —la interroga.

—Bueno, él…

—Amber, necesito que dejes de defenderlo.

—No lo estoy defendiendo —se defiende de manera rápida la chica. —Le llamó —le hace saber, mientras le entrega el celular—. El auto de Albert se quedó sin combustible. 

—Si esa es una de sus excusas voy a mandarlo a qué realice servicio comunitario —brama, molesto.

—Me pidió que enviará a John por él. Vienen en camino. 

—Won, amigo. Sabía que vendrías —se escucha la voz animada de un hombre.

—Jake, es un gusto verte —lo saluda Park.

—Oye, tú chico es genial —balbucea, elogiando a Jungkook.

—Lo sé, lo sé —concuerda con aires de grandeza, Won.

Acto que a Jungkook le hace recordar a Jimin.

—Jeon, acércate —le pide su padrino. —El es Jake —señala al de cabello negro con destellos rubios a su lado—. Es uno de los reclutadores de Adidas. 

El pelinegro ensancha sus ojos, sonríe y de inmediato extiende su mano derecha para estrecharla con el contrario.

—Tienes una zurda extraordinaria —lo alaba Jake. —Gana la siguiente pelea y te asegurare un jugoso contrato con nosotros —se mofa con seguridad.

—Una motivación más para ganar mi siguiente pelea —expresa con confianza, Jungkook.

—Ya sabes que hacer chico —murmura Jake, le da una palmada amistosa en su bíceps izquierdo y luego se aleja un poco junto a Won.

—¿Cuándo es que empezaste a hacer tan popular? Adidas te tiene en la mira. Eres sorprendente, Jeon —habla Amber.

Jungkook ríe mientras ve la costosa decoración, nota los candelabros colgando y lo único que se le viene a la mente es que uno de ellos puede llegar a caer y lastimar a alguien.

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