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Después de tres meses el día del pesaje había llegado. Todo el mundo cuestiona el cambio físico de Jeon, haciendo rumores sobre un posible dopaje, a lo cual su equipo siempre salía a desmentir.

Se preguntarán ¿qué hizo Won Park luego de su conversación con James? La respuesta es nada, dejó que todo fluyera porque así es como su plan se iba llevando a cabo.

—Jimin, hazme el favor y sonríe —lo reta su padre.

El castaño se fuerza a sonreír y luego ve a su padre.

—Te dije que no quería venir —le recuerda su hijo molesto—. ¿Dónde está, Amber? ¿Por qué ahora le diste vacaciones largas? 

—Jimin, fue decisión de ella. Llámale y date cuenta por ti mismo —miente Won.

Y es que la rubia había renunciado y cuando su jefe y ex pareja le llamó, fue solo para decirle que le diría a su hijo y a todo el personal que diría que ella le había pedido vacaciones largas. También le ordenó no comunicarse con su hijo, a lo cual Amber cambió su número telefónico y evitaba a toda costa responder los mensajes de Jimin en todas sus redes sociales.

—¿Ah, sí? —replica el castaño. 

—No empieces con tus berrinches, Jimin.

—Muy tarde —parlotea ensimismado. —Yo creo que me estás ocultando algo. ¿Por qué me ocultas algo? —confronta a su padre.

—Si tú me dices algo que me ocultas, te diré si te oculto algo sobre Amber. ¿Me ocultas algo, hijo?

Los ojos de Jimin se ensanchan, desvía su mirada y de manera ágil responde—. No creo que pueda ocultarte algo papá, eres dueño de mi vida, la manejas a tu antojo así que, no creo que yo pueda ocultarte algo.

Won ve a su hijo, abre su boca para contestar, pero se detiene. Sonríe de manera burlona y mientras asiente acota—. Claro, papá lo sabe todo. Porque si no lo sabe todo su hijo toma malas decisiones.

—Quiero hablar con Amber. ¿Puedes hacer que ella me responda?

—Haré lo que pueda, cariño —musita Won para luego depositar un beso sobre la sien de su hijo—. Ahora vamos.

Jimin siente como su padre entrelaza su mano con la suya, le da tranquilidad, pero también lo deja un poco pensativo sobre la pregunta de si le oculta algo.

Cuando llegan al auditorio toman asiento en la primera fila frente a la mesa en la que Jeon y su equipo se van a situar. El castaño ve hacia la izquierda y se percata de la presencia de su ex pareja.

—¿Qué hace James aquí? —pregunta paranoico.

—Tranquilízate, él sigue siendo quien avala las peleas —contesta su padre.

—Quiero irme —refunfuña el chico.

—Jimin, no te hará daño. Estoy aquí, mi deber como padre es protegerte. Si supiera que estás en peligro no te hubiera ordenado que vinieras —expresa su padre, intentando tranquilizarlo. —Además, Jeon nos necesita —agrega.

Jimin se queda pensativo, su padre no lo lastimaría, se excede un par de veces al protegerlo, pero no es nada que hiera sus sentimientos.

El presentador anuncia la llegada de ambos peleadores y una avalancha de reporteros y periodistas corre hasta quedar frente al escenario del auditorio.

El día más esperado ha llegado, el pesaje un día antes de la pelea, dónde los luchadores brindan un par de declaraciones y algunas veces los insultos los llevan a empujones y provocaciones hasta llegar a los golpes. Una excelente razón por la cual Jimin no es aficionado el día del pesaje, pero está sentado al lado de su padre porque lo había obligado y porque le prometió a su novio que estaría sentado en la primera fila.

ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora