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Jungkook había intentado hablar y tener tiempo a solas con Jimin, pero el castaño tenía agenda llena debido a un evento con la fundación. Entonces tuvo que aguantarse a no poder verlo, escucharlo y tocarlo un día completo.

—Salta la cuerda. No dije que pares —le recrimina Jake al verlo tomando un descanso.

—El reloj sonó —dice entre jadeos de cansancio, Jeon.

—El reloj no manda. Mando yo, ahora vuelve a saltar la cuerda y detente cuándo yo lo diga —demanda el coach, para luego beber un sorbo de café.

Jungkook lo mira con desdén, inhala profundo y nuevamente empieza a saltar la cuerda moviendo sus pies de manera ágil. Un par de minutos más tarde Jake le pide que pare, se toma un descanso y luego se coloca los guantes para poder lanzar un par de golpes a una de las bolsas de boxeo.

—¡Más fuerte, Jeon! —lo motiva su coach—. Otra vez.

El pelinegro realiza el movimiento una vez más y lanza un izquierdazo al centro del saco.

—Ese fue bueno. Dame otro más. Muy bien muchacho, eres excelente.

Amber entra al gimnasio, cuando divisa al entrenador va directo a él.

—Jake, sé que están ocupados, pero Won necesita que desocupen el gimnasio —le informa la rubia.

—¿Qué? ¿Por qué? —indaga el coach, mostrando su disgusto.

—Marketing —dice la chica. —Dimarco, grabará un comercial, es su último día en la ciudad y le prometió a Won que grabaría un comercial para promocionar el gimnasio. Luego lo grabarán ustedes —los pone al tanto.

—¿Por qué grabaremos un comercial? —indaga Jeon.

—Porque tú eres la estrella en ascenso del box y Dimarco la estrella en ascenso de la UFC —acota Amber. —Ese comercial será un éxito, Jimin tuvo una grandiosa idea —canturrea.

—Jimin —articula Jungkook.

—Ah, sí. Si quieres verlo está afuera molesto porque lo arrastré hasta aquí y casi no ha dormido por lo de la fundación. Y bueno, Won no ha querido dejarlo solo —lo pone al tanto la rubia.

Jungkook se quita los guantes y sin decir nada empieza a alejarse de su entrenador y de la asistente de su padrino.

—Oye, Jeon. ¿A dónde crees que vas? —lo cuestiona Jake.

—El entrenamiento terminó —parlotea en voz alta el pelinegro.

—Yo no dije que terminó, regresa aquí.

—Tú no, pero nuestro jefe sí —replica entre risas, Jungkook.

Amber sonríe y asiente, pero cuando Jake la ve deja de sonreír y se pone seria.

Cuando Jungkook se ha duchado y cambiado, coge su mochila y se dispone a salir del gimnasio. Ve el ring y puede presenciar cómo Dimarco está calentando, regresa su vista al frente y sale de una vez por todas. Camina directo hacia donde Jimin se encuentra, solo y desesperado.

—¿Qué haces aquí solo?

El castaño se sobresalta, pero al reconocer a su novio se tranquiliza.

—Espero a John, pero está al otro lado de la ciudad gracias a papá —contesta de mal humor.

—Yo te llevo, vamos.

Jimin lo mira y niega, pero el pelinegro no se da cuenta hasta que se percata que camina solo hasta su motocicleta.

—Jimin.

—No iré contigo, papá ha estado paranoico desde ayer.

—¿Por eso es que me has evitado?

ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora