veintiocho.

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—¿Crees que le guste? —le pregunté a la prima de Gabriel, Ale, mientras veía el restaurante adornado.

—Sabes qué le va a gustar más? —la miré—. Que su amorsito le haya organizado todo esto.

Sonreí. La canción de Junior H y Gabriel saldría hoy y yo preparé una fiesta sorpresa para festejarlo junto a todos sus amigos.

—Es muy afortunado de tenerte.

—Y yo a él.

Mi celular vibrando me interrumpió y sonreí al ver su nombre.

—Hola, amor —respondí al teléfono—. ¿Cómo vas?

—Saliendo del estudio, mi chula —contestó—. ¿Ya voy por ti?

—Por favor, te mandé la ubicación.

—Sí, la vi, llego en una media hora, mi cielo.

—Aquí te veo.

Brinqué emocionada después de colgar. Ya quería que viera toda la fiesta.

—No mames, ¿viste quién llegó? —me preguntó Ale.

Miré a la puerta y ahí estaba Natanael Cano. Abrí los ojos de más.

—¿Qué hago?

—¡Ve a saludarlo!

Cuando le envié la invitación, jamás pensé que siquiera la vería. Incluso cuando me contestó, pensé que solo me había dado el avión.

—Hola —me acerqué—. Pasa, pasa, gracias por venir.

—Nombre, gracias a ti por invitarme —me sonrió—. ¿Ya llegó el Gabo o qué?

—No, pero ya no tarda —contesté—. Pueden sentarse al fondo.

—Con madre —me abrazó—. No estés nerviosa.

—¿Crees que le guste?

—Morra, el Gabo no hace nada más que hablar de ti, podrías haber pegado un pinche globo y aún así le gustaría.

Carcajeé.

—Bueno, pasen —les pedí—. Pueden servirse lo que quieran.

Asintió. Me quedé en la puerta unos minutos y después recibí un mensaje de mi novio:

"Amor, llego en cinco minutos. Te espero en la camioneta afuera, ¿sí?"
10:32 p.m

Me asusté y escribí rápidamente una excusa para que entrara.

"Gab, no me siento bien, ¿puedes entrar por mí? 😟"
10:34 p.m

Qué horror, era de lo peor. Pronto Gabriel me llamó.

—Mar, ¿qué tienes? —dijo apenas contesté—. Ya estoy acelerando para llegar rápido.

—No te preocupes, solo quería que me ayudaras a salir —respondí—. ¿Puedes?

—Sí, mi chula, ahí quédate y no te muevas.

Apenas colgué, arreglé todo y a todos para recibir a Gabriel.

Unos minutos más tarde vimos la puerta abrirse y todos lo recibimos felices. Me miró extrañado.

—Sorpresa, mi amor —dije feliz abrazándolo.

—Pero no es mi cumpleaños —susurró en mi oído—. ¿Se te olvidó? ¿Quieres que finja que sí es?

Carcajeé.

—Es por tu canción.

Vi sus ojos iluminarse.

—Todo esto por mi canción? —asintió—. Ay, mi cielito.

Me abrazó fuerte contra él.

—Muchas gracias por quererme tanto, amor.

—Nada que agradecer, teníamos que festejar tu canción.

—Ve a saludar a tus invitados—le pedí emocionada.

Me agarró de la mano para que lo acompañara a saludar a todos. A todo el mundo le decía que yo era su novia.

—Fue mi Mar—le dijo a sus amigos—¿Apoco no se rifó?

Verlo emocionado contar de la fiesta y de la canción hacía que mi corazón saltara.

—Yo a mi morra no la dejo ir nunca—siguió hablando de mí.

Así era con todos y así se pasó gran parte de la noche. Al final, solo éramos él y yo sentados en uno de los sillones mirando a todos.

—Muchas gracias, mi cielito—besó mi mejilla—Estoy muy feliz.

Podía ver el amor inmenso en sus ojos por cómo me miraba. Hasta me sonrojaba solo verlo.

—Vamos a casarnos —dijo de repente.

—¡Gabriel!

—Mar, es que no me quiero separar de ti nunca —respondió—. Nunca nadie me había querido tanto.

—Yo no me voy a separar de ti.

—Yo no podría seguir sin tenerte a ti —dijo con su mano en mi mejilla—. No me imagino hacer nada de esto sin mi compañía favorita.

Sonreí y me escondí en su cuello.

—Hace unos años implorábamos poder celebrar algo así y no podía dejarlo pasar.

—Siempre has celebrado todo lo que hago, chula —besó mi frente—. Y así de grande festejaremos tu trabajo.

Besé levemente sus labios.

—Ya quiero que se vayan todos —susurró en mi oído.

—¡Gabriel! Son tus invitados.

—Pero es que yo quiero festejar contigo a solas.

Sonreí y me acerqué a su oído.

—El baño está solito.

Apenas me escuchó, una sonrisa se pintó en su rostro. Se levantó y me dio la mano para seguirlo.

fendi;gabito ballesterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora