veintinueve.

2.7K 241 3
                                    

Limpie las lágrimas de mis ojos y seguí escribiendo. Estaba por terminar los agradecimientos que diría después de mi presentación, que sería en un par de días. Cada párrafo y cada palabra que había era sobre Gabriel.

—Qué horror—dije al verme en el espejo.

Tenía los ojos completamente hinchados, y es que desde la mañana que Gabriel se fue a trabajar, me había dedicado a escribir.

—¡Llegué!—apenas lo escuché, cerré la computadora.

Cuando entró al comedor y me vio, su gesto cambió.

—¿Qué pasó, mi amor?—preguntó preocupado.

Tal vez seguía muy conmovida por todo lo que había escrito ahí, o simplemente estaba en esos días que te hacen estar muy sensible.

—No, nada—dije tratando de despreocuparlo, pero a su vez, me solté a llorar.

—¿Qué traes?

Se sentó a mi lado y me atrajo hacia él abrazándome.

—Es que ya escribí mis agradecimientos.

—¿Y eso te pone triste?

Negué.

—Es solo que escribí cosas muy bonitas.

Gabriel rió levemente.

—Mi amor, ¿pero qué tiene eso de malo?—respondió—¿Puedo leer?

—Obviamente que no—contesté.

—¿Es sobre mí o qué?

—Un poquito, pero hablé más de mi familia y todo eso—mentí.

—¿Te pone triste que no vayan a venir?

Asentí.

—No te preocupes, mi niña—frotó mi espalda—Ese día nos la pasaremos tan bien que no recordarás que faltó gente.

—Pero no son solo ellos, tampoco mis amigos quisieron venir.

—Pues qué bueno, porque no merecerían festejar contigo—me abrazó más—Te has matado mucho como para tener gente a fuerza ahí.

Suspiré y asentí.

—Te juro que haré todo para que te sientas festejada como se debe, mi amor.

Cómo Gabriel no se iba a merecer todos mis agradecimientos si ha sido el único cómplice de todo mi trabajo y además mi más fiel fan.

—Con tal de que estés tú ahí, ya sabré que valió la pena—lo besé.

fendi;gabito ballesterosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora