Capítulo 1
El nuevo París
Brandon
¿Por qué era tan difícil esto del amor? Se veía tan fácil, todos compartían su vida con alguien o tenían amantes, cupido me había abandonado o simplemente no se enteró de mi existencia. Me enviaba a las personas equivocadas y no es que mis expectativas fueran demasiado altas, es que simplemente la mayoría de las personas me causaban un aburrimiento mortal.
¿Habría alguien por aquí que valorará el buen vestir tanto como yo?
¿Alguien que ame ir al teatro los sábados y que disfrute de la música clásica?
¿Alguna personita que aprecie una buena comida y un vino tinto tanto como yo?
¿Existe alguien que pase horas hablando de buena literatura?
¿No? Pues qué mala suerte, seré el típico ratito que vive solo en un pequeño apartamento, eso sí, con una decoración de buen gusto. Porque solo me quedaré, pero jamás con mal gusto.
¿Cuántas citas había tenido ya esta semana? Sí, fueron doce, tal vez no debí dejar que Susan me abriera un perfil de Tinder y que encima quedara ella con las personas.
—Conseguí ese bolso de milagro, estaba muy limitado en el país —hablo la rubia sin cerebro.
Cumplía algo, tenía buen gusto, pero todas sus conversaciones se limitaban a hablar de las cosas que compraba con la tarjeta de su papá. No era mi que buscaba.
Mire la hora en mi reloj, habían pasado treinta minutos desde que nos encontramos en este café, era mi café favorito y aun así me sentía estresado y aburrido. Si continuaba aquí un rato más iba a explotar.
—¿Y tú qué haces? —pregunto ella, mascando un chicle que combinaba de tanto en tanto con café.
No apreciaba el café recién molido y hecho con métodos artesanales de este lugar, como se le ocurría combinarlo con una goma de mascar de fresa.
Suspiré, era la primera vez que hacía una pregunta y no solo hablaba de sí misma.
—Estudio, abogacía, derecho —le informé—. Aunque ya trabajo como asistente en un bufete.
—Oh, sí, genial, genial —tomo su teléfono celular y comenzó a testear.
Bien, por mí esto estaba finalizado, le hice la señal a Susan y enseguida mi teléfono celular comenzó a sonar. Lo tomé poniendo una mala cara, pues claro, había que actuar para que fuera creíble.
—Sí, claro, estaré ahí enseguida —conteste, me levanté rápidamente—. Lo siento, a mi padre le acaba de dar un infarto.
—Pero... —intento decir algo.
—Mejor no me llames es su segundo infarto del mes y lo más probable es que muera —lo siento papá.
Ella abrió mucho los ojos —Oh, por dios.
—Sí, mejor iré a despedirme. Me ha..., fue lindo.
Salí corriendo del local tan rápido como pude después de dejar algunos billetes en la mesa, podía ser un hijo de puta mentiroso, pero era demasiado caballeroso como para invitarla a mi lugar favorito y no pagar yo.
M refugié detrás del coche de Susan, un escarabajo lila que esperaba no notará al salir. En efecto, paso junto al coche aún testeándolo en su teléfono celular. Estuvo cerca, acomode mi traje azul y volví a entrar al café, esta vez sentándome junto a mis amigas.
—No estuvo tan mal —fue lo primero que dijo Mel al verme.
Rodé los ojos —Mal no, lo siguiente ¿Por qué aceptas a ese tipo de gente?
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Te estuve esperando L(G)TB
RomanceBrandon un hombre lo suficientemente atractivo e inteligente como para dejar a cualquier mujer boquiabierta, pero, ¿que sucede cuando ninguna mujer parece ser suficiente para el? Tiene una cosa clara, el excitó profesional, la buena apariencia y ami...