Capitulo 26
Luna de miel
Freddy
Si algo tenía claro es que en estos momentos yo tenía que volverme un chicle pegajoso y no separarme nunca de Brandon. Me convertiría en uno de esos caramelos que cuando los muerdes, ¡sopresa! Tiene chicle dentro. Ese seré yo y el estaba a punto de descubrirlo.
Entendia su punto, no solo éramos nosotros dos, pero esperaba que ese tiempo que necesitaba no fuera demasiado. Ya espere un año por idiota, no queria más.
Lo mire a mi lado, acurrucado en la manta con la boca abierta y un hilo de baba cayendo en la almohada, se había quedado dormido después de aclarado el asunto y una pequeña ronda de sexo, ahora era medio día y no parecía tener intensión de levantarse.
Me acerque a él, peine su cabello con mis dedos y acerque mis labios a su oído.
—¡Brandon, despierta!
Me lanzo un bofetón que casi me desmaya.
—¡Freddy! —acuno mi mejilla—. ¿Por qué haces eso?
Sentía mis ojos llenos de lágrimas, el golpe me había sorprendido y mi piel aun ardía mucho. Ya entiendo porque decidió ser gay, si le da un golpe asi a una mujer que intenta despertarlo de la manera romántica en la que yo lo intente, la mata. Por suerte yo era macho, peludo..., si de esos que tienes pelos en el pecho, bueno me depilaba, pero la idea era esa.
Sonreí —Tengo hambre, churri.
Él aplastó mis mejillas —¿Por qué carajos me despiertas así? Tienes la cara roja.
—Si lo sé, casi me mandas a un lugar mejor —exagere, no fue para tanto.
Él soltó un largo suspiró y me acunó en sus brazos —Tengo mucha comida en la nevera, pero si prefieres algo más podemos pedirlo.
Realmente no quería salir de casa, me hubiese gustado más comer una pizza de atún y ajo, sin cepillarme los dientes después, porque si, me gusta que se quede el sabor, ver una película e irnos a la cama a dormir hasta las tantas del otro día.
Ya me había costado mucho que aceptará no trabajar hoy, quería tenerlo todo el día para mí, pero no podíamos solo tener sexo y comer, eso no era lo que hacía una pareja, ¿cierto? No lo sé, nunca tuve una, pero según Disney o rescatas a tu amor de las garras de siete malvados enanos o eres un Romeo de esos que llevan a citas y regalan flores. Sabía por experiencia que a él le gustaba lo segundo.
—¿Por qué no tenemos una cita hoy? —propuse.
Él arrugó el entre cejo ¿Tan raro era?
—Pense que estabas muy cansado y querías quedarte en la cama —me recordó él.
—Cansado del trabajo, podríamos despegar la mente en una cita —me explique mejor.
Él mordió su labio —¿Salir?
¿Había hablado en coreano? Ni siquiera sabía coreano,
—Por supuesto, o me vas a tener aquí como consolador recargable —me cruce de brazos.
Si decía que si no me iba a molestar, pero preferiría que dijera que no y me dejara llevarlo a un lugar bonito y cursi de los que a él le gusta.
—No lo sé —se dejo caer en la cama—. ¿Dónde iríamos tu y yo?
¿Que tiene de malo que seamos él y yo? Estuvimos un par de semanas siendo solo nosotros y el mundo, la pasamos muy bien de esa manera..., bueno ocurrieron algunos desastres. Nos desviamos, discusiones, un animal salvaje me mordio, una serpiente nos atacó, nos llevamos el grandioso recuerdo de comprar condones y lubricante juntos por primera vez y como olvidar cuando casi salimos del closet frente a mi amigo, si a eso le sumamos los celos que hubieron en casi toda ocasión podíamos llegar a la conclusión de que yo y Brandon no éramos muy buenos teniendo citas a solas. Eso tenia que cambiar.
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Te estuve esperando L(G)TB
RomanceBrandon un hombre lo suficientemente atractivo e inteligente como para dejar a cualquier mujer boquiabierta, pero, ¿que sucede cuando ninguna mujer parece ser suficiente para el? Tiene una cosa clara, el excitó profesional, la buena apariencia y ami...