Secretos

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Capítulo 33

Secreto

Freddy

¿Qué tan malo era mentir en una relación? Quizás podría considerar esto una mentira piadosa, no lo creo, en cualquier caso, creo que decirle la verdad le causaría más dolor que mentirle. Él no tenía por qué enterarse de nada y mi objetivo era regresar con él y luego de alguna forma hacer que dejara el caso, jamás creí que terminaría sintiéndose inútil, no era mi objetivo que sufriera, así que de alguna manera debía remediar eso.

¿Cómo podía evitarle el dolor? Definitivamente, no le diría nada. No había forma de que él supiera, ya que se había retirado por decisión propia, debía aprovechar esta oportunidad para enderezar todo y no arruinarlo.

Terminamos de guardar todo en las maletas. Él seguía algo decaído, pero yo era el mejor para sacarle una sonrisa. Lo abracé por la espalda y dejé un montón de besos por su cuello. Sus manos tomaron las mías, sobre su pecho, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

—¿Qué haces? —beso la comisura de mis labios—. En un par de horas tenemos que tomar un avión.

Escondí mi rostro en su cuello —Juro que no intentaba nada más.

Si fuera por mí no saliéramos de esta habitación, pero tanto él como yo teníamos mucho que hacer una vez regresáramos.

¿Debería quedarme un tiempo más en su casa? Tal vez ya era hora de volver y tener una de esas relaciones normales dónde cada cual tiene sí sitio, solo duermen juntos los fines de semana y tienen citas románticas, no cenan juntos a diario y no se ven las lagañas al despertar. No me gustaba la idea, me causaba ansiedad pensar en no compartir mi veinticuatro horas del día con él.

¿Debería mudarme junto a él? Sí, creo que podría pensar en ello. Tal vez encuentre un piso cerca. No lo sé, me estoy volviendo loco.

—Mañana te comunicarás con mi padre —pidió él.

—¿Qué? —levante mi rostro—. ¿Quieres que me presenté?

Pellizco mi mejilla —No, aún no tonto. Quiero que él sea tu abogado, sé que será mejor que yo.

Mordí el interior de mi mejilla —Vale.

No podía contratar a su padre, ya sabía que era uno de los mejores, pero yo ya tenía contratado a un bufete, ni siquiera debía contratar a Brandon, pero como trabajaba en un bufete pequeño me arriesgué. Podía encargarme de esto, no era tan grave.

—Te lo advierto, ni se te ocurra decirle que estamos en una relación —me advirtió.

Lo giré para tenerlo frente a mí —Ya te dije que te daría tu tiempo y no lo haré.

Alzo una ceja —Ni por accidente, Freddy, ambos sabemos que eres muy...

—¿Sexi?

—Tarado —respondió.

Bueno, mi novio no era muy romántico, pero este tarado estaba locamente enamorado de él. Tenía las cosas claras, este hombre era mío.

Adoraba si compañía, incluso en un molesto avión él hacía que el tiempo pasara más rápido, era de esas personas que sabía sobre todo y tenía una manera orgullosa que explicar cada detalle, además me encantaba llévale la contraria y molestarlo, solo para ver si mejillas arder con ese intenso rosa y sus ojos volverse más oscuros. 

Su mano atrapó la mía y descanso todo el viaje con la cabeza apoyada en mi hombro. Ya no me importaban las miradas, ni los susurros, él solo quería disfrutar y vivir.

Te estuve esperando L(G)TBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora