Recaída

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Capítulo 21

Recaída

Brandon

Los siguientes días no fueron demasiado diferentes, Freddy creaba cualquier motivo para obligarme a perseguirlo por todos lados. Termine además de siendo su abogado convirtiéndome en un chófer, un exportador más de sus bailes o acompañarlo a ir de compras. Sus justificaciones siempre se relacionaban con el trabajo o se inventaba alguna enfermedad, sabía que era un mentiroso, pero temía que un día fuera verdad y no quería dejarlo por orgullo, mucho menos perder el trabajo, aun así sentía que no habíamos avanzado mucho, las pruebas que teníamos se basaban en un montón de números y fechas, no había nada realmente importante que no se pudiera destruir tan fácilmente. Empezar un caso con tan poca información era darlo por perdido.

Por mucho que me comiera la cabeza para solucionar esto, Freddy no me daba acceso a mucha otra información, no me permitía ver a su padre y él no parecía saber mucho de lo que sucedió. Sentía que estaba intentando perseguir a un fantasma.

Me acomodé en el asiento con las bolsas a mi alrededor, tenía que buscar una manera de buscar información.

—¿Este te gusta? —pregunto saliendo del vestidor.

Llevábamos dos horas de compras y yo no había hecho más que llevarle las bolsas a petición de él, ya que ayer me hizo buscarlo al trabajo porque se había lastimado una mano, la cual noto que está perfectamente bien.

Llevaba un traje rojo, se veía bien en él, su piel se hacía un poco más bronceada y combinaba con el negro intenso de su cabello.

—¿No te queda un poco justo? —señalé.

Me había mantenido firme estás dos semanas, no quería volver a involucrarme con él, por eso de mi boca nunca salía un cumplido.

—Para trabajar debe ser así, a las mujeres les gusta que se marquen los músculos —explico acercándose a mí—. ¿A ti no?

Sus muslos se marcaban y la tela de la camisa blanca se transparentaba en su pecho, podía ver algunas líneas de tinta.

Trague —¿Por qué debería gustarme a mí?

Él sonrió y se inclinó hacia adelante, colocando sus manos en el respaldo del sillón, rodeándome con sus brazos, pero sin siquiera tocarme. Su mirada se volvió algo burlona y esa sonrisa picará, dientes blancos con los que mordía sus labios a la vez que miraba los míos.

—Cierto —chasqueo sus dedos—, te solía gustar más cuando estaba sin ropa.

Rodé los ojos —Tienes una gran autoestima.

—¿Debería quitarme la ropa y comprobar? —se soltó los primeros botones de la camisa.

Mire a mí al rededor, estábamos en los vestidores de hombres y aun así había dos encargados y un par de clientes. Él no se atrevería a hacer un espectáculo nudista en medio de la tienda y con público.

Tal vez sí, cuando volví a mirarlo ya había abierto la camisa y estaba soltando el primer botón de sus pantalones. Me levanté y lo empujé al interior del vestidor, el espacio era estrecho, él levantó la barbilla y rozo mis labios levemente. Me había sorprendido.

—Ves, te comportas como un animal si lo hago —susurro en mi oído.

Negué con la cabeza —No es eso, solo que no quiero terminar arrestado por qué a ti te dé por terminar desnudo en una tienda.

Me miró a los ojos —Es lindo que aún te preocupes por mi churri, ahora dime, ¿por qué tan cerca?

Mire el reducido espacio y como nos encontrábamos. Lo estaba presionando contra el espejo y siendo sincero, aunque era pequeño el lugar, no era tanto como para estar así con él, pero no lo reconocería. Sus manos atraparon las mías y las presionó sobre su abdomen, hacía mucho que no lo tocaba, se sentía cálido y duro, pero su piel era suave.

Te estuve esperando L(G)TBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora